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Finalmente pasó un semana

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Finalmente pasó un semana.

Me encontraba arreglándome con lo más elegante que tenía para el juicio de mi vida.

Y en el proceso llore como nunca. Me siento demasiado triste, puedo reconocerlo. Y eso es malo. No me puedo poner a llorar en mitad del juicio, tal vez pensarían qué estoy dando pena y tal vez no gane el caso. Eso sería terrible.

Este juicio lo tuvimos que haber tenido hace y varias semanas, desde la primera que salí del hospital, pero me encontraba muy mal mentalmente y me bloqueaba mucho cuando hablábamos de todo lo que me pasó.

Estaré junto a gente que confío, como son los papás y el abuelo de Kageyama. Ellos atestigaran a mi favor. Y mi psicóloga también. Finalmente sabré todo lo que tengo, ya que decidimos que el día del juicio sabría mi diagnóstico final. Llevo más o menos un mes con psicólogo día por medio, supongo que fue suficiente para que me identificaran con algo.

Las primeras horas fueron terribles. Volví a dormir en la casa de Kageyama, ahora sí en la habitación de Miwa (todo esto de dormir en la habitación lo hablé con ella, incluso, la misma Miwa me ofreció su lugar y aunque intenté negarme fue como discutir con mi compañero, imposible de hacerla de cambiar su opinión), sin poder dormir ni descansar. Me quedé pensando en lo que me había ocurrido antes de que Kageyama llegara a mi vida y de alguna manera me salvara. El fue como un Natsu 2.0; dado que me hizo pensar si era necesario vivir una vida triste y falsa, solo por proteger a mi hermana.
Al final llegué a la conclusión de que algunas veces me puedo permitir flaquear frente a ciertas personas. Ese algunas personas quiere decir la señora Kageyama y nadie más, porque siempre que voy a su casa y mi compañero salió a correr ella se sienta en el sofá y yo comienzo a decir algunas de las verdades. Es difícil mentirle con con el tema de mi sueño, pero cada vez estoy durmiendo un poco más por las noches.
Una vez Kageyama vuelve de su carrera nos ponemos a ver algunos partidos que tiene grabado o juega con Natsu (depende mucho sobre si mi hermana me está dormida o no).

Las tardes en aquella casa luego de la cita con la psicología son muy liberadoras, más cuando siento que me sacan todos mis pensamientos negativos en esas sesiones.

Tengo que decir que no siempre estoy con buen humor después del psicólogo. Muchas veces salgo enojado por no poder sanarme rápido ¿Por qué me cuesta tanto? Simplemente tengo que olvidar todo lo malo que me pasó. Nada más.
El único problema de salir enojado es que después me desquito un poco con el resto del mundo, le termino respondiendo mal a Kageyama o sacando ese lado un poco más hiriente que se creó en el fondo de mi. Claro que Kageyama me ponía en mi lugar y no le molestaba recordarme que él no era el culpable de las cosas que me habían ocurrido.
Siempre me terminaba sintiendo triste esos días y lo único que deseaba era un descanso de todo. Era extraño, pues no voy a clases, si lo único que hago últimamente es estar pendiente de Natsu y sobrepensar sobre el juicio...

Volviendo al tema del juicio, sentía que estaba a punto de tener un ataque de pánico o algo parecido, no lo sé, no estoy pensando mucho.
No veo a mi mamá desde hace casi tres meses y tengo mucho miedo por su reacción al verme.
Sé que en ningún momento interactuamos directamente, pero de todas maneras es una sensación poco agradable la que tengo.

Sin Poder Gritar [Haikyuu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora