Pequeñas Dosis/ Jinx

Capítulo 3: Realidad

POV JOO JAEKYUNG

¿En qué momento ocurrió todo? No lo sé, en unos segundos estaba llenando a ese invensil de puñetazos. Todo lo que podía sentir era el penetrante olor de mis feromonas y el calor de mis nudillos rompiendo su cara.

"Hijo de mil putas. ¿Cómo puede decir que es el prometido de mi hyung, mi Kim Dan? Maldito bastardo. Todo lo que quería era molerlo a golpes y sentir el aroma de mi hyung en su cuerpo, solo me daba más ganas de seguir golpeándolo", pensé mientras continuaba con mis golpes.

— ¡Jaekyung, basta! — oí la voz de Dan a lo lejos, pero no lograba detenerme. Nueve malditos años esperando este momento, para ahora tener que imaginar que este hijo de perra le ha puesto las manos encima a lo que es mío.

Quería acabarlo.

— ¡Oigan, alguien haga algo, lo va a matar! — oí a algunas personas a mi alrededor.

— Por favor, Jaekyung, te lo suplico — vi a mi hyung tirarse al suelo desesperado mientras sus ojos se llenaban de lágrimas —. Por favor, detente.

Miré a mi hyung por unos segundos. Al ver su desesperación, me detuve. No sin antes tomar al maldito alfa por el cuello y advertirle que se alejara de mi hyung, mi omega.

— Señor, lárguese de aquí o llamaremos a la policía — me dijo tembloroso el de seguridad.

Me limpié las manchas de sangre de mi rostro y fulminé con la mirada a todos los imbéciles que me observaban. Luego vi a Dan acercarse al maldito alfa y preguntarle si estaba bien. Ja, ni siquiera se movió, no me sorprendería; es un simple alfa recesivo, en cambio yo soy dominante. ¿Cómo se atreve a tocarlo? Él es mío. Mío.

— Jaekyung — dijo mi hyung, tomando mi brazo y sacándome del establecimiento con un tono gélido.

— Hyung, te eché tanto de menos — intenté oler su cuerpo, pero sorprendentemente me alejó.

— ¿Qué mierda, Jaekyung? — dijo con los ojos llenos de lágrimas —. Regresas después de estar nueve años fuera del país y lo primero que haces es golpear a una persona sin razón. Estás loco.

— ¿Qué dices, hyung? Ese hijo de puta te estaba tocando...

— ¿Qué parte de que es mi prometido no entendiste?

Fruncí el ceño, tenía que ser una broma, él... Él no podía decir verdad.

— ¿Acaso bebiste, hyung? — dije intentando tomar su mano, pero él me alejó.

— Maldición, Jaekyung, no lo entiendes. No me toques, lárgate de aquí.

— Pero, ¿qué...?

— Que te vayas, no quiero verte, ¿cómo puedes volver y simplemente armar todo este alboroto? ¿Quién mierda te crees?

No podía comprender a mi hyung, parecía otro. ¿Dónde quedó ese omega dulce que decía que me amaba?

— No comprendo, hyung, ¿por qué me tratas así?

— Joo Jaekyung, ¿no entiendes? Vete, no vuelvas a aparecer por aquí. ¿Te das cuenta de que lo que has hecho es una locura? No has cambiado nada, sigues siendo el mismo puto impulsivo de siempre.

En ese instante sentí como si me clavaran un puñal y luego se marchaba como si nada. ¿Cómo es posible? Él es mi hyung.

— Kim Dan — dije bajando la vista y tomando aire para hablar — ¿qué pasó con nosotros? ¿Desde cuándo me odias?

Él solo volteó la cabeza y tensó la mandíbula.

— Solo vete... vete, por favor.

— Hyung, pero ¿y nuestra promesa?