Capítulo 4: Fisioterapia

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Dan miró al azabache quizás con la esperanza de que cambiase de opinión. Él había ido todos los días al hospital desde que supo del trágico accidente de Jaekyung, quizás porque lo invadía un sentimiento de culpa, o por algo más...

Sin embargo, el alfa ni siquiera lo volteó a ver, así que no tuvo más remedio que salir aunque le doliera.

- Señor Joo - dijo el asistente - vera, hay algo que debe saber.

Jaekyung miró al beta con atención.

- Verá, después de su accidente el médico dijo que la recuperación de su brazo será lenta, debido a la gravedad del golpe. Por eso se le ha asignado un fisioterapeuta para que realice sesiones de terapia al menos tres veces a la semana.

- Sí, eso lo supuse. No veo lo interesante en lo que ha dicho.

- Bueno... El asunto es que el fisioterapeuta que se le asignó es el señor Kim Dan.

- ¿Qué? ¿Por qué él?

- Lo siento señor, fue su tío Park Namwook quien se encargó de buscar a Kim Dan. Él mencionó que debido a que su imagen podría verse afectada, no puede buscar a cualquier persona para que lo cuide.

- Eso es una estupidez, hay muchos terapeutas en Seúl, pueden buscar a cualquiera otro. No hay necesidad...

- Me disculpo señor - dijo apenado Jun Ho- pero la clínica en la que trabaja el señor Kim es muy prestigiosa y se ha dedicado por años a atender a personalidades famosas bajo un contrato de confidencialidad.

- Tsk, mi tío tendrá que explicarme su decisión.

- Por supuesto señor. Él vendrá dentro de algunas horas. Ahora, si me permite, quisiera mostrarle una copia del contrato que he realizado a su nombre. Me gustaría que revisara las cláusulas y si desea cambiar algo, puede hacerlo.

- Espera, ¿estás dando por sentado que mi hyu... quiero decir que Kim Dan será mi fisioterapeuta? Ya te dije que no quiero que él lo sea.

- Lo siento señor, pero su tío, el señor Park, me dijo que él mismo había firmado el contrato con la clínica en la que trabaja el señor Kim, y reiteradas veces dijo que el señor Kim es un omega de su completa confianza.

Jaekyung tensó la mandíbula. Lo último que deseaba era encontrarse con Kim Dan. Era una mezcla de decepción y rabia lo que sentía, sobre todo porque no pudo evitar percibir el rastro de las feromonas de aquel alfa.

- Bien, por ahora solo quiero saber cuándo saldré de aquí. Odio los hospitales.

- Por supuesto señor, hoy mismo será dado de alta si usted desea.

- Perfecto. Y por favor, necesito que investigues algo para mí.

- ¿Qué desea que investigue señor?

- Investiga todo sobre ese alfa que dice ser prometido de Dan. Quiero todo, desde el lugar en el que nació hasta el nombre de su mascota. ¿Entendido?

El asistente asintió.

Y el azabache lo agradeció para luego recostarse y cerrar sus ojos. Sentía su corazón destrozado, su decepción era más fuerte de lo que pensaba.

- Maldición - murmuró para si mismo - desearía no sentir nada.














Dos días después...

Jaekyung se encontraba sumido en la tarea de revisar algunos documentos en su oficina, mientras se acomodaba incómodamente en la esquina de su escritorio, sin quitarse el cabestrillo que le resultaba tan incómodo. A pesar de las molestias físicas, su concentración era total. Como presidente de una compañía tan grande, no podía permitirse distraerse por los problemas del corazón o eso intentaba.

Pequeñas Dosis/ Jinx Donde viven las historias. Descúbrelo ahora