2. XVI

453 49 6
                                    

1 mes después

La fiesta ha quedado lista. Todo está preparado. Salgo del trabajo sin antes recordarle al señor Bradley que la fiesta comienza a las nueve en punto de la noche. Cuando vuelvo a recordarle no hace más que asentir y mirarme como si fuera yo una estúpida.

– ¿Llevarás a Logan? – pregunta en cuanto me doy la vuelta. Ágilmente me doy vuelta de nuevo y asiento inocentemente. – Bueno, dile que te cuide porque no habrá hombre que no quiera 'bailar' contigo.

Enmarca un acento completamente diferente en cada palabra y eso me da escalofríos. Mi piel se eriza y me llevo un gran estremecimiento. Me doy vuelta y doy marcha hacia la salida para empezar a prepararme para la 'Gran Fiesta'.

No juzgo nada, pero, ¿por qué ir a una fiesta pretenciosa? Sé que ir me dará muchas oportunidades de conocer a gente muy importante y poder encajar finalmente en el mundo de Logan y todos esos millonarios a los cuales siempre he envidiado.

Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del tono de llamada de mi celular, y sin más, contesto inmediatamente. Es Momo. No ha dejado de decirme lo bueno que está Logan y las ganas que tiene de volver a verme junto a mi novio en otra reunión en la cual estaría también Robert. Oh Diablos.

– ¿Robert te llevará?

– Bueno, ¿con quién más si soy su prometida? – dice al otro lado del auricular.

– ¿Prometida? ¿Qué jodidos estás diciendo? – digo ahora un poco exaltada.

– ¡Me ha pedido que me case con él! – grita eufórica.

– ¡Joder! ¿Estás hablando enserio? – pregunto ahora más que emocionada. Su felicidad es la mía, no puedo mentir.

– Sí. – chilla.

– Vale, entonces ve y me cuentas todos los detalles en la fiesta. No quiero que te ahorres nada, Momo. Te veo en un rato.

– Vale, tía. Nos vemos luego.

Nos despedimos y colgamos. Camino en dirección a mi auto y en cuanto lo encuentro manejo hasta casa, donde probablemente está Rosé junto a Jung disfrutando de un par de películas acompañadas con palomitas. Me aparcó frente a la bonita casa que tengo y bajo del auto apresurada.

Extraño demasiado a Jung y quiero abrazarlo, cogerlo entre mis brazos y llenarlo de besos. La simple idea me causa satisfacción. Corro en dirección a la puerta y entro de un portazo haciendo que las campanas que colgué en la entrada suenen bruscamente y se enreden entre sí.

– ¡Mamá! – grita la voz de Jung.

– ¡Mi amor! – respondo a su llamado. Dejo caer mi bolso y veo como corre hacia mí. Mientras él lo hace, yo lo invito a mis brazos y él sin más se acobija entre ellos. Lo abrazo fuertemente y beso su cabeza repetidas veces. Lo amo más que a nada. Me hace olvidarme de todo mi asqueroso pasado, de mis estupideces como adolescente y de mi ignorancia total. Su pequeño cuerpo es mío y de nadie más. Me pertenece.

– ¿Cómo te ha ido en el colegio? – le pregunto. Entró hace unos días al jardín de niños.

– Bien. La tía Rosé me llevó a natación. – dice emocionado.

– Me alegra, bebé. ¿Te apetece que mire la peli con ustedes?

– Sí. – asiente emocionado.

Camino hacia la sala principal y me siento en el sofá con Jung sobre mis piernas. Veo la película junto a Jung y Rosé pero a escondidas veo el celular y los mensajes tan misteriosos que me manda Logan. No puedo evitar sonreír así que Rosé me mira mal y aprieta los labios con enojo.

sex instructor; jenlisa g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora