Una pequeña niña de 6 años corría mientras su madre Jenna la perseguía, debía cambiarla pero la pequeña Avery no quería.
─ ¡Avery ven acá! ─Gritaba Jenna por toda la casa, todavía no entendía como esa pequeña cosita podía correr tanto sin cansarse.
Avery tenía mucha energía a pesar de ser solo una niña, era casi imposible creer que esa pequeña había hecho correr por cada esquina de la casa de dos pisos a su madre, y no logro ni siquiera tocarle un solo pelo.
Nadie podía detenerla, cuando ella se lo proponía lo lograba.
O eso hasta que su madre Emma se interponía, la única que le hacía caso es a ella y algunas veces a su madre Jenna.
─ Avery deja de gastarle las energías a Jenna, déjate cambiar ─Le dijo con voz de autoridad.
La pequeña Avery solo refunfuño y Jenna se sentó en el mueble, recuperando energías, podrá ser una chica flaca y joven pero su actividad favorita nunca será correr.
Empezó a cambiarla ahora un poco más calmada, al menos su esposa había logrado que su hija le haga caso, si no, tal vez llevaría otra hora, su hija escapando y ella intentado atraparla.
Que por cierto, después de el cumpleaños de Jenna había pedido el noviazgo con Emma quién no dudó aceptar. Al poco tiempo se terminaron casando, no podían soportar mucho tiempo sin estar comprometidas, su amor era más grande que cualquier relación.
Todos estos años la vida de ella había una sido una maravilla, sus amigos y familiares estaban de maravilla, todos eran felices. Su amigo Percy había logrado comprometerse con la chica que lo tenía loquito, Georgie se ha casado con Hunter, Maddie que aunque primero no quiso aceptar la relación de Jenna y Emma porque tenía un sentimiento hacía ella terminó aceptando su derrota, sabía que no podía contra el gran amor que tenían esas dos. Por otro lado, Lily se había interpuesto en algunas ocasiones de Jenna, casi siempre se la encontraba en la ciudad y siempre le gritaba barbaridades pero obviamente no les pondría atención. Lily fue solo un pequeño bache que tuvo que afrontar.
Actualmente vivía en una casa con el amor de su vida, Emma. Estos años juntas lo han disfrutado al máximo, su amor crece cada día más y sobre todo la pasión porque por más de que envejezca Emma u Jenna siempre se seguirán amando.
Inclusive si te pones a pensar tal vez son almas gemelas y quizá en algún otro universo también se quieren tan intensamente como lo hacen en este. El amor verdadero siempre se presentara en cualquier momento, sea universo, lugar u otro, si es tu verdadero amor estarás con él en todas tus vidas posibles.
Y Jenna estaba segura que si en este universo no terminaban bien en otro si lo hubiesen hecho.
El poder del amor.
Tal vez algunas personas les han humillado por su relación, no aceptan que una persona mayor este con alguien menor, lastimando sus corazones. ¿Que les importa a ellos su vida? Ellas pueden vivir su amor como quieran, son libres de hacerlo.
No pueden prohibir el amor solo por el hecho de la apariencia física o mental, si el amor es verdadero cualquier comentario que sea dicho no les importará.
Y si en algún momento se separan será porque no soportaron tanto amor aunque eso sería imposible. La razón de que Emma y Jenna intentarían reparar su relación, no podrían vivir sin ellas en su vida.
Sin Emma, Jenna no es ella.
Sin Jenna, Emma no es ella.
Así de fácil.
─ Cariño, ¿Haz visto mi vestido? ─Pregunto Emma quién buscaba su ropa en el armario.
─ Creó que estaba en el cajón de abajo ─Respondio aún con dudas.
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Mi madrastra ; Jemma g!p
FanficDonde Emma tiene "accidentalmente" relaciones sexuales con su hijastra y empieza a sentir sentimientos por ella. Jenna g!p ─17/01/24─