Capítulo 4

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LUFFY

– Con gustar te refieres a...– No terminó de hablar. Solo imaginar que Law pudiera corresponder sus sentimientos se sentía imposible. Las alertas de su cabeza quisieron decirle que podía ser un engaño. Tenía que recordar que después de la alianza, Law sería su enemigo de nuevo. No veía porque no podría hacer todo ese espectáculo para tener una ventaja sobre él.

– Quiero besarte, tocarte, tomar tu mano y escucharte hablar de tus aventuras por el tiempo que quieras. – Torao dio un paso más cerca. Luffy pudo oler las feromonas del alfa. Era cierto que le incomodaba la cercanía del pelinegro, porque desde esa noche en la que Torao tocó su cuello, sus sentidos estaban hechos un lío. Sentía que podía confiar en el alfa de Torao tanto como lo hacía con Zoro.

Por la forma en la que había crecido rodeado de alfas dominantes, admitía que se encontraba a gusto cuando otros alfas tomaban el control por un rato. En el barco, si bien él era el capitán, tener a Zoro alrededor siempre le encantó por varias razones. Principalmente por que a veces se sentía un poco exhausto de ser el que tuviera que tomar decisiones importantes. En cambio, con Zoro como su segundo al mando, a veces se podía relajar un poco y ser tan infantil como quisiera porque sabía que había otra presencia alfa allí.

Lo mismo le ocurría cuando estaba con Ace. Podía comportarse como un cachorro y dejar que Ace se encargara de ser el adulto entre los dos.

Por supuesto no era estúpido, no dejaba ver ese lado suyo con cualquier alfa. Pero ahora, con Law allí, él quería hacerlo, quería que el médico tomara el control.

– Mirarte me roba el aliento. – Concluyó Law, a la vez que terminó por cerrar la distancia entre sus cuerpos, casi abrazando a Luffy. El más alto llevó una de sus manos hasta la mejilla de Luffy y la acarició con delicadeza.

– ¿Cómo sé que esto no es una trampa? – Las palabras salieron débiles. Quería confiar, solo le bastaba un par de palabras más, nada más. ––Demuéstrame que lo dices en serio, si no, no te creeré.

Pero las palabras se las llevó el viento, porque Trafalgar era un hombre de acciones.

Descubrió su cuello.

Al igual que Luffy en el pasado, le dio acceso a su punto más débil. La suave carne se veía limpia y jugosa a los ojos del más bajito. Su alfa se emocionó sobremanera al ver que aquel hombre con rostro temible, le mostraba respeto y sumisión.

Le creía. Mierda, incluso si era un engaño, ya no le importaba.

Luffy se acercó al cuello y posó allí su rostro, respirando hasta la última feromona. El olor no le gustaba, pero podía acostumbrarse. No era tan raro que dos alfas tuvieran una relación. Era visto un poco mal por la sociedad debido a las complicaciones que traía una relación así, pero no era imposible.

A parte de que no podrían tener hijos y tendrían que tener cuidado con el exceso de dominancia, el resto era nada.

– ¿Confías en mí? – Habló Law. Luffy sacó la punta de la lengua para lamer la piel blanca. En el proceso, justó atrapó una gota de sudor que bajaba por la quijada del cirujano, sabía a nerviosismo. Entendió que cada segundo de aquello era difícil para el médico, tanto como lo era para él.

– Confío. No me defraudes. – Alzó su rostro para mirar a Torao, y en un silencioso acuerdo, sus bocas se acercaron pausadamente hasta que sus labios hicieron contacto y ya no hubo marcha atrás.

Sentir los labios firmes y algo ásperos de Torao volvieron loco al pequeño alfa. A pesar de que era la misma persona que antes lo besó, no había punto de comparación. El primer beso que se dieron fue duro, incómodo. Luffy casi se ahogó por las feromonas de desesperación de Torao. Ahora, pudo sentir en sus papilas gustativas como el sabor del más alto se volvía un poco más dulce.

Entre Alfas (LAWLU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora