UNA SITUACIÓN COMPLICADA

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Después de pasar la noche con malestares, estar todo el día en casa con Fernando me ayuda a mejorar mucho mas rápido, llamé a mi hermano para saber si todo estaba bien pues me que quedé preocupado por lo que ví antes de irme de la asamblea; él me tranquilizó diciéndome que todo está en orden y que no fue más que una pequeña discusión; eso espero, porque el costo político de esto puede ser muy alto, hombres muy influyentes votaron en contra estoy seguro, pero mi hermano Abdel es un hombre muy listo y se que no se dejará intimidar por nadie, además tiene todo mi apoyo y tambien el de mi padre.

Fernando esta grabando en su estudio, mi sol trabaja duro para poder hacer su música, en este momento lo hace sólo, pero con el paso del tiempo tendrá que tener un equipo a su disposición pues el sólo no se da abasto; cuando termina sus labores nos quedamos juntos todo el día, yo me dedico a mimarlo pues en un par de semanas estaré demasiado ocupado con el desfile anual por la conmemoración de la independencia de Haidar; ha pasado un año entero muy rápido y además pronto será la inauguración de los juegos olímpicos y también estaré muy ocupado con eso.

Estuvimos un rato practicando defensa personal en nuestro gimnasio privado, Fernando ha desarrollado bien su fuerza en este tiempo, incluso a mi me cuesta someterlo físicamente, eso me deja más tranquilo pues estoy seguro de que ahora nadie podrá intimidarlo ni intentar abusarlo de ninguna manera. También hemos practicado tiro al blanco con armas de fuego, a él no le gusta mucho pero tiene una puntería naturalmente precisa y eso le servirá porque al estar conmigo y cerca de mi familia podría llegar a necesitarla.

Para sorpresa de nadie terminamos tendiendo un apasionado encuentro en la lona del gimnasio, entre toque y toque la pasión surgió y nos dominó; ahora estoy acostado semidesnudo en el acolchado piso del gimnasio con Fernando sobre mi moviéndose sobre mi entrepierna, él sube y baja suavemente mientras gime, con sus ojos fuertemente cerrados y mordiendo su labio inferior; yo tengo una mano puesta en su cintura y con la otra lo estimulo mientras él acaricia mi pecho con sus manos.

-Ahh!...Tareck-. Gime corriendose en mi mano, esto hace que su interior me apriete más, no puedo resistir el inminente orgasmo que me abraza como el fuego; los dos terminamos acostados en el piso con la respiración agitada y sudando por lo que hicimos.

-Habibe...eso fue...uff, increíble-. Él se ríe y me abraza, nos quedamos en el suelo unos minutos y después de ducharnos cenamos mientras hablamos de mi trabajo y todo los detalles de la seguridad que habrá en los juegos olímpicos que se inaugurarán en Agosto; entonces recibí un mensaje de mi padre, quiere verme, yo también necesito verlo, él y yo debemos hablar, así que decido alistarme para ir a su casa. Fernando no quiere que vaya, quiere que nos quedemos juntos en casa todo el día y aunque tengo la tentación de ceder a su petición de verdad necesito hablar con mi padre.

-En serio tienes que ir? No te vayas mi amor...quedémonos hoy juntos, vamos a la cama...quiero más de ti-. Dice Fernando con sus brazos colgando de mi cuello y posando sus labios sobre mi boca de forma provocativa buscando enredar su lengua con la mía en un beso ardiente; me cuesta mucha fuerza de voluntad decirle que no, pero esta conversación con mi progenitor no puede ser pospuesta esta vez.

-Habibe no puedo, necesito hablar con mi padre, que más quisiera yo que quedarme contigo primor pero prometo que te lo compensaré mas tarde-. Al responderle esto él hace un puchero que lo hace ver tierno para tratar de convencerme, pero no podré complacerlo justo ahora y con mucho pesar me niego.

-Estas muy consentido-. Le digo apretando sus mejillas con mi mano izquierda, dándole un beso en la boca y con la mano derecha estrujo su trasero voluptuoso y le doy una suave nalgada, él se quejó pues está sensible debido al sexo que tuvimos hace poco en la lona del gimnasio; a regañadientes logro salir de la casa dejando a Fernando con sus hormonas a flor de piel y subo al automóvil rumbo a casa de mi padre.

EL DESEO PROHIBIDO DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora