Se habían excedido como hace tiempo no lo hacían en ese bar, uno con el motivo áspero de su solitaria vida y las presiones de sus padres, mientras que el otro con un motivo distinto, solamente quería divertirse como cuando era universitario, y vaya que lo hicieron.
La borrachera llegaba al punto que con suerte ambos podían reconocer que otra persona se encontraba a su lado en la cama. Gojo lo único que sentía eran las hormigas en su vientre bajo, se había excitado de solo tener alguien cerca en un colchón, aún no era consciente que no era su cama. Mientras su acompañante solo se había echado boca abajo luego de inspeccionarlo con la mirada.
Con torpeza levantaba la camisa de su amigo rubio, relamiéndose los labios al ver esa curva en su espalda donde al final se concentraban dos montañas, sus nalgas. Lo torpe y tonto de todo el paraíso visual que tenía Gojo, era que su conciencia no estaba activada, se encontraba borracho, demasiado, con excesivas ganas e instintos animales, por sobre todo ciego.
Se removía, balbuceaba palabras inexistentes, se giró quedando boca arriba, comenzó a desabotonarse la camisa por el calor que sentía, su pecho subía y bajaba en un vaivén tranquilo, como por obviedad llevo su palma acariciando sus pectorales, sintiendo su cuerpo más caliente de lo habitual, su acompañante acaricio su vientre, fue ahí cuando Nanami gimió bajito.
Gojo gustaba de una vista esplendida, aunque su borrachera no le ayudará mucho, veía como su próxima víctima de sexo desenfrenado se acariciaba así mismo, tentándolo, llevando sus fantasías y necesidades hasta la luna, rompiendo con su último gramo de cordura, el acto debía de empezar o se reventaría ahí mismo el calor.
Se poso arriba del otro chico, besando su cuello con hambre y devoción como lo hacía con su ex novio, lo peor de todo es que se encontraba por dentro tan dolido con él y a pesar del alcohol en su cuerpo, no lograba eliminarlo de su vida, por eso recurría a follar con cuanto objeto se mueva mientras no se negara.
El rubio sentía besos en su cuello, dientes descuartizando su piel con profundidad y salvajismo, una mano que se hundía en su vientre acariciándolo como hace meses no sentía, y las copas de más ayudaron a su mente a volar, creía que esa mano traviesa en su estómago se trataba de Haibara, ese hombre que lo traía loco y con ganas de sexo. Su cuerpo actuaba según su calor, y se giró, desabrochando por debajo como podía su pantalón y bajándoselo de un tirón arrastrando su bóxer, elevando sus caderas porque no soportaría el juego previo, tenía ganas y no se pondría a jugar como niños.
Su vista se nublaba, en cuanto vio esos glúteos desnudos elevándose dispuesto a todo, no dudo, se desvistió con torpeza mientras trataba de masturbar su propio miembro. El cuerpo bajo suyo se removía con necesidad gimiendo.
-¡Hazlo!- gritó el más bajo.
Intento varias veces penetrarlo sin embargo el alcohol en sus venas no lo ayudaba hasta que tuvo éxito, se introdujo como quien quisiera partir en mil pedazos al ser que se follaba. Nanami gritó con tanto dolor y placer que su cuerpo temblaba y parece que hasta la última gota de alcohol se había evaporado, mientras Gojo se aferraba a su estómago haciendo presión para hundir su pene por completo aún más al fondo.
Soltó el abrazo que sostenía en el más rubio y tomo con dureza del cabello ajeno, jalándolo mientras movía frenéticamente su lengua en la oreja.
-¡Tan puta!- gritaba el ojiazul en el oído.
Se sumergía con brutalidad, como queriendo separar las piernas del otro y no volverlas a juntar, porque era excitante, ese lado animal suyo cuando salía, era para destrozar cuerpos al andar. No dejaba un solo ser con ganas, todas y todos los que habían pasado bajo ese estado suyo lo sabían, podía ser tan bruto como hasta hacerte sangrar y no arrepentirse de ello.
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GoNana - El Heredero del Clan Gojo ~
ФанфикEsta es la triste (no, realmente no es triste) historia (más que historia parece novela) de como dos amigos pueden enredar sus vidas hasta un punto sin retorno por una noche de copas, sin embargo, a veces el alcohol nos da el valor de actuar, nos li...