GoNana - El Heredero del Clan Gojo ~

Capítulo #24 La cita ❀

Diez meses después...

Habiéndose colocado como el nuevo dueño de la empresa familiar de los Gojo y teniendo la suya propia el tiempo entre ambos había escaseado considerablemente.

Yaga ayudo a presionar lo suficiente en los medios de comunicación acerca del caos en la empresa Gojo, lo que hizo que esta perdiera su valor en las acciones, al caer en picada, Higuruma intervino y coordino la compra de acciones, logrando que Gojo fuera el nuevo dueño del 90% de la compañía.

Una vez que esta compra se acredito, presento las pruebas y Yaga peleo hasta destrozar a los Geto en la corte, con una orden de restricción para la seguridad de Kento y Satomi.

Una vez como el nuevo director, despidió sin contemplaciones a su padre, creando su propia junta directiva liderada por Yaga, mientras que Megumi tomaba cargo de la empresa nueva, que liberaba el nuevo antivirus más completo del mercado.

"Six eyes", un poderoso software que usaba inteligencia artificial para combatir las amenazas informáticas fue recibido con gran popularidad, aunque en un principio todo fue por la forma de promocionarlo (con Gojo como modelo usando sus poderosos ojos azules), realmente fue bien aceptado por empresas privadas, y poco a poco comenzó a ganar terreno en el mercado tan competitivo.

Itadori Yuji fue presentado por Gojo como el genio detrás del software dando el crédito a su equipo, Nobara poso para las cámaras entusiasmada, las cosas iban sobre ruedas.

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Observaba aquella silueta bien conocida por sus manos, como cada mañana aprovechaba esos minutos para volver a grabar en su memoria cada rincón por donde su palma bendecida tenía el placer de tocar.

¿Es posible enamorarse hasta los huesos de alguna persona?, tiempo atrás hubiera acudido a su compañera fiel la risa en respuesta de esa duda o simplemente agitar las manos, tan distinto a la respuesta que su boca susurraba en estos instantes.

-Buen día- citó el rubio atesorando la mirada de su compañero de vida.

Cual animal suelto y alegre se abalanzó a los brazos de Nanami, regalando quien sabe cuántos pequeños besos y mordiscos mientras sus manos ajustaban a su cuerpo la cintura ajena. En modo de saludo juntaba sus labios.

-Tendremos una cita esta noche, no existe excusa aceptable ya he hablado con tus padres, se encargarán de mi princesa mientras yo me encargo de ti - Sentenció con burla recibiendo una mordida en su clavícula para nada suave por parte de un ofendido Nanamin.

Más de tres meses habían pasado desde que se mudaron a su nuevo hogar, una bonita casa con patio trasero y cinco habitaciones, el motivo de esto fue el trabajo, sentía la necesidad de un espacio donde tuviera privacidad para trabajar sin intervención ni fastidiar al resto de su familia con la decoración con sus laptops.

El cuarto más amplio fue decorado por el rubio, pese a sus riñas y reproches tendría que dormir en una habitación en tono crema, no tardo en aportar su lado sensual a la cama, tanto cojines como sabanas de algodón egipcio y seda. El segundo cuarto era propiedad de los peluches, aquellos animales de algodón y felpa dominaban el territorio de su hija, aún la cuna seguía en uso, mientras las paredes adornadas de pequeñas hadas de ensueños.