EXTRA 1

743 76 1
                                    

El bonito jardín les daba la bienvenida, era de noche por lo que la iluminación ayudaba a dar el clima perfecto y ostentoso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El bonito jardín les daba la bienvenida, era de noche por lo que la iluminación ayudaba a dar el clima perfecto y ostentoso. Autos de lujo entrando y dejando a sus pasajeros que iban vestidos elegantes.

—Mi caramelito, necesito que aproveches, conoce alfas—es la décima vez que su padre le da esa indicación—. Es momento para que comencemos a ver lo de tu boda.

—Sí, padre, te prometo que intentaré hablar con más alfas esta noche.

No le gustaba, después tenía que escuchar los malos comentarios de otros llamándolo fácil y que buscaba ser el centro de atención.

Pero debía hacerlo, sino su padre se pondría de mal humor y sabía perfectamente que muchas veces su hermano terminaba siendo el que recibía la descarga de ese mal humor.

Al llegar, pudo observar a alfas con los que anteriormente había entablado alguna que otra conversación aburrida, gracias al cielo su padre le había dicho que ellos no cumplían con los requisitos. Aun no entendía eso de los requisitos.

Estuviera excelente en su cómoda cama, pero ahí estaba en busca de su futuro esposo. Caminaba por el recinto saludando a todo aquel que se topaba.

Llegado a un costado, se esconde en la oscuridad que le brindaba una columna, necesitaba un respiro de tanta hipocresía vestida elegante.

—Excelente elección de lugar.

Una presencia que hasta ese momento no había notado se hace notar. Unido a una voz profunda.

Algo pasa con su interior, se queda estático intentando regular la sensación.

—S-sí... mucha gente para mí... gusto—posiblemente sonó muy tonto.

—Ya lo creo ¿Quieres salir al jardín?

Y entonces sucede, la presencia se mueve para encararlo, ahí está, el hombre más hermoso que alguna vez ha visto, ve destellos plateados en sus ojos.

—Perdón... por asustarte—le dice más bajo que antes.

No se da cuenta que en sus propios ojos también un destello plata se hace notar.

Se quedan un largo rato solo observándose, reconociéndose más bien.

—V-vamos al jardín—dice por fin, necesita verlo con más luz que la que ese escondite le ofrece.

La plática que sostuvieron fue amena, hasta que el padre del omega lo llama.

—Espero volver a encontrarte, Jimin.

—Ojalá, Yoongi.

—¡Vámonos, es tarde!—escucha a la lejanía el omega.

Se despiden sin más. La sonrisa que adornaba su rostro es borrada de golpe cuando se encuentra con la cara seria de su padre.

Omega Bonito ᴺᵃᵐʲⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora