Se dice que todos tenemos un destino.
Tarde o temprano las cosas pasan, no siempre con un orden adecuado o como nosotros quisiéramos.
-¿Qué debería hacer contigo? podría usarte para concretar mi venganza hacia el estúpido de tu padre... encerrarte...
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En la noche de ese mismo día, cenaron con sus amigos. La noticia de la boda tan repentina del líder del Clan Kim se esparció rápidamente, llegando hasta los otros clanes quienes comenzaron a hacer llegar regalos y felicitaciones.
Obviamente se les hizo saber que había sido una boda rápida debido al estado de embarazo avanzado del omega y que por eso no había invitación, ni festejo, ni nada. Todos quedaron contentos, excepto un líder y un padre muy enojado.
—Mi vida... no me toques así...
En la comodidad del sillón en la biblioteca-oficina, el omega intenta ir más allá con su alfa.
—No tuvimos noche de bodas Joonnie—con un puchero en el rostro el omega hace saber su descontento—. Los libros de novelas románticas dicen que después de una boda hay una noche de bodas, tú y yo no la tuvimos.
—Amor, tienes 30 semanas de gestación puedo hacerte daño.
—Pero los libros dicen que hay otras formas de hacer el amor.
—¿Cómo cuales?—el alfa esta bastante interesado en las lecturas de su esposo, debe comenzar a revisar los estantes de la biblioteca para ver que hay ahí.
—Leí uno donde decía que con las manos y la boca se podía.
—¿Quieres probar algo de eso?
El alfa beso de forma apasionada a su omega, pocas veces desde que han tenido más intimidad se ha besado así.
El omega deja escapar un gemido por lo que ese beso le hace sentir.
Las cosas se pudieron poner más candentes pero un llamado a la puerta los interrumpió.
—¡Qué!—contesta el alfa algo frustrado.
—¡No seas enojón!—le regaña el omega.
—Señores Kim, perdón la interrupción, su padre esta aquí y pide verlo... U-urgente.
—¿M-mi padre?—se intenta enderezar sin lastimar a su omega—. Mierda.
—¿Me vas a presentar a tu papá?
—Primero deja que hable con él, debe de estar furioso.
—¿Por qué no lo invitaste a la boda?
—Porque no le conté sobre ti—la expresión de tristeza de su omega lo hace sentir más culpable de lo que ya se siente—. Perdóname, me enfoqué en ti, en que estuvieras bien y luego comenzamos nuestra relación y... olvidé a mi padre.
—Espero que te regañe—le dice con un puchero un poco sonriendo con malicia, aunque entiende, después de aquella noche donde se hicieron más cercanos estaban en un burbujita, ellos dos y su cachorro moviéndose en su vientre.
—Déjame ver como están las cosas y luego vengo por ti.
Así baja, sin saber que se va a encontrar. Al llegar a la sala, el omega que tiene por padre esta sentado con la elegancia que lo caracteriza siempre, pero más serio de lo que recuerda, muy serio.
