CAPÍTULO 4

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En un abrir y cerrar de ojos el omega ha llegado a las 17 semanas de gestación

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En un abrir y cerrar de ojos el omega ha llegado a las 17 semanas de gestación.

El alfa comenzó a pedir meriendas para las tardes, cosa que en su vida había hecho, pero su excusa era que no quería oír las quejas del omega, aunque este nunca las había externado y el que se colaba en los pensamientos del otro era él.

Siempre que llega el té acompañado de galletas o algún pequeño postre. El omega se levanta y sirve para el alfa, nunca toma nada hasta que se le es ordenado.

Ese día en particular el señor Kim pretendía preguntarle algo de sus gustos, por simple curiosidad, pero no llegó ni a formular la primera pregunta que tenía pensada.

—¿Qué demonios traes puesto?

El omega se ve a sí mismo.

—Mi ropa, bueno... la tuve que modificar porque cachorrito... Porque... Ya-ya no me queda.

Es horrible, la camisa que lleva puesta era color gris y a los costados cocidos a mano unos feos triángulos celestes. Decide no decir más, da las instrucciones del día y ambos se ponen a trabajar.

En eso están cuando algo más espantoso qué los triángulos en su camisa se deja ver, un lazo que detiene los pantalones del omega, los movimientos de acomodar carpetas dentro de una caja ha levantado la camisa dejando a la vista ese lazo que en otro lugar hubiera sido bonito, pero para detener un pantalón es horrible.

—¡Mierda!—el alfa se acerca, tanto que deja paralizado al otro, alza más la camisa, lo que ve lo deja igual, pero en su caso es ver la pequeña pancita que se asoma—E-esto...

Traga para deshacerse del nudo en su garganta, escucha el teléfono, hecho que lo salva de esa situación complicada.

El omega se queda ahí mientras el alfa va a contestar.

El alfa estuvo muy cerca y su aroma lo envolvió, aunque fue un momento, siente un ligero mareo y un agujero en el estómago.

—D-debo salir... T-terminamos por hoy—nunca había tartamudeado, es un líder, un jefe, alguien que genera miedo con solo verlo ¿Por qué este lindo omega le provoca sentirse nervioso?

Por ese día ha acabado toda interacción entre ambos.

Aunque en el omega ha producido un cambio, en la soledad de esa cabaña que considera su hogar-momentáneo-, comienza a liberar sus feromonas cosa que le asusta y decide concentrarse lo más que puede para que no salgan más, solo provoca que se maree, definitivamente el doctor Jung tiene razón y el suprimir a su lobo está afectando.

[...]

Es otro día, llega a su lugar de "trabajo" en el sofá donde por lo general se sienta hay bolsas de tiendas que en algún momento de su vida pudo ver en las manos de su hermano, sabe que puede haber en ellas. Decide no tocar nada y seguir con la instrucción que se le dio el día anterior.

Omega Bonito ᴺᵃᵐʲⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora