Capítulo 10: Esta será mi realidad

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Andy se encontró sentado en el amplio apartamento de sus sueños, confundido y aturdido. La droga había obrado su extraño hechizo, devolviéndolo a ese lugar que parecía más real que la realidad misma. Las paredes eran de un blanco inmaculado, las ventanas se abrían a un paisaje de ensueño con vista a la ciudad y el aire olía a nostalgia y esperanza.

Miró a su alrededor, tratando de comprender cómo había llegado allí. ¿Era esto un sueño? ¿O acaso había cruzado una frontera entre mundos? Las preguntas se agolpaban en su mente, pero antes de que pudiera encontrar respuestas, Bella apareció.

Ella entró en la habitación con gracia, llevando una bandeja con el desayuno. Su cabello rojo caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos verdes brillaban con una mezcla de cariño y preocupación. Se acercó a Andy y le acarició la mejilla.

"¿Está todo bien, cariño?" preguntó Bella, su voz suave como una melodía. "Te veo distraído".

Andy parpadeó, incapaz de articular palabra. Bella parecía tan real, tan tangible. Como si jamás se hubiera ido. Pero ¿cómo podía ser? ¿En verdad había conseguido regresar?

"Lo siento", murmuró Andy finalmente. "Sentí que me fui por un momento".

Bella sonrió y se sentó junto a él en el sofá. "Entiendo, todo esto del nuevo negocio te tiene cansado", dijo. "Yo también lo estoy. Y más ahora que en dos semanas es nuestra boda".

Andy asintió, sintiendo que las palabras de Bella resonaban en su alma. "¿Boda?", preguntó. "¿En dos semanas?"

Bella frunció el ceño y lo acusó con la mirada. "¿Acaso lo olvidaste?" dijo. "De verdad que esto es lo último".

"¡No, claro que no!" Respondió Andy con rapidez "Solo pensaba que el tiempo pasa muy rápido, aun pareciera que nos conocimos ayer"

Bella cambió su expresión a una sonrisa y abrazo a Andy con muchísimo afecto.

— Lamento haberme molestado, sé que ambos estamos distraídos con el trabajo y todo el preparativo de nuestro compromiso. Lo importante es que estamos juntos ahora, cariño. Termina tu desayuno.

Andy la miró, perdiéndose en sus ojos verdes. Tal vez no importaba si esto era un sueño o una realidad alterna. Tal vez lo único que importaba era la compañía de Bella y la sensación de estar en casa.

Se dejó llevar por el abrazo de Bella, cerrando los ojos y permitiéndose creer, aunque la línea entre lo real y lo imaginario se desdibujaba. ¿Qué precio tendría que pagar Andy por permanecer aquí junto a la mujer que amaba?

Bella se levantó del asiento con una gracia que parecía desafiar la gravedad. Andy no pudo evitar admirar el hermoso cuerpo de Bella, apenas cubierto por un camisón de seda. La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, delineando sus curvas y creando un halo dorado alrededor de ella.

Mientras Bella se alejaba hacia la cocina, Andy se quedó allí, aturdido por la visión. ¿Era esto parte del sueño o una realidad aún más extraña? No importaba. Bella estaba allí, y eso era todo lo que importaba.

Bella regresó con una taza de café humeante en la mano. Se sentó junto a Andy y le entregó la taza. "Aquí tienes", dijo con una sonrisa. "Necesitas despertarte un poco más".

Andy asintió, tomando la taza con manos temblorosas. El aroma del café llenó la habitación, mezclándose con el perfume de Bella. "Gracias", murmuró. "Estás muy hermosa hoy, Bella. Tengo mucha suerte de estar con una mujer como tú"

Bella hizo una expresión de sorpresa. "Vaya, vaya... ", Dijo. "Parece que alguien se levantó más meloso hoy de lo habitual".

Andy quería decir muchas cosas y preguntar otras, pero Bella continuó antes de que pudiera hablar. "Por cierto", dijo, "ya envié todas las invitaciones de la boda a nuestros amigos. Incluido el Señor Rodríguez, tu antiguo jefe".

Andy con mucha cautela en sus palabras, quiso agregar lo siguiente:

— Me gustaría que nos fuéramos de viaje de luna de miel.

— ¿A donde quieres ir? — Preguntó Bella.

— Hawaii.

Bella se sobresaltó de la silla. "¿Hawaii? ¿Es En serio?"

— ¿Que? ¿Acaso no te agrada la idea?

— Cariño, a donde sea que este contigo, será el lugar perfecto para mí — Respondió  — Aunque si es en Hawaii, tampoco me quejo.

Ambos se ríen, y de repente, Andy mira a Bella con mucha profundidad, se lanza sobre ella y la abraza con mucha necesidad. Andy estaba feliz de volver a estar con Bella, feliz de haber regresado a la vida que se merece.

Andy soltó un par de lagrimas disimuladamente para que Bella no se diera cuenta, sintiendo que el mundo real de allá  afuera se desvanecía a su alrededor para convertiresta fantasía en su realidad. Mientras Bella estuviera a su lado, todo estaría bien. Juntos, enfrentarían lo que viniera.

De ahora en adelante, Andy haría lo posible para que este sueño fuese su mundo, su verdadera vida, su realidad.

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