7. Un mejor techo

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Lisa exhalo al ver el departamento, ahora parecía el departamento de una soltera, la ropa por todos lados, botellas vacías por todos lados, aún así era mejor que su departamento en Queens.

-Lo siento, no recordaba que estuviera tan desordenado.-Se disculpo Rosé, Lisa solo asintió y camino a la habitación de invitados.

-¡No, espera!-Grito Rosé Lisa imagino que se podría encontrar algo que la lastimara así que asintió y se detuvo.

-Usa nuestra habitación.-Ofreció la rubia.
-Es decir, yo no he dormido ahí desde hace meses, solo cambiare las sábanas.

-Esta bien Rosé, yo lo haré.-Rosé se sintió frustrada por las pocas palabras que le decía Lisa, su lenguaje nunca fue tan limitado con ella como lo estaba siendo en ese momento.
Rosé fue gruñendo a la habitación y preparó la cama, se sintió orgullosa de haberlo hecho, por primera vez desde hacía cinco años había hecho la cama, tomó su teléfono y llamó a su asistente, que estaba acostumbrada a recibir llamadas de Rosé a cualquier hora.

-Lee, cancela mi cita de los próximos meses, solo haré consultorías por teléfono.-Lee que vio la hora maldijo a su jefa por despertarla a las tres de la mañana.

-¿Perdón?-Pregunto intentando descifrar si había escuchado bien.

-Que canceles mis citas de los  próximos tres meses, solo daré consultorías por llamada, o en mi domicilio, depende el caso.-Gruño Rosé, sin dar más explicaciones termino la llamada.
La rubia se apresuró a ordenar la habitación, tomó una pijama y ropa interior y salió de la habitación.

-Lili, ya esta lista la habitación.-Rosé tomó la mochila con la que Lisa había salido del trabajo, se molestó un poco al haber encontrado a Lisa Justo en el lugar que estaba cuando se marchó, había sido su hogar por casi cinco años cuando iniciaron su relación, y su hogar de casadas, ¿como podía actuar como si ese lugar no hubiese sido  su hogar por tanto tiempo? ¿Como podía actuar como si nunca hubiera estado ahi?

-Gracias Roseanne.-Respondió la pelinegra y camino a la habitación con Rosé detrás de ella.

-Mañana traeré el desayuno.-Aviso la rubia con una sonrisa.

-No, no es necesario, a Ella no le gusta los desayunos, solo me deja comer manzanas y agua.-le respondió Lisa, Rosé sintió como si le hubiera pateado los huevos, ¿que mas no sabía de Lisa ahora?

-Oh, entiendo, descansa y hasta mañana.-Respondió Rosé desapareciendo tras la puerta, Lisa se sentó en la cama, la habitación estaba justo como la había dejado, se recostó en la almohada y respiro el aroma de su hogar, el aroma a los suavizantes de tela, que aunque había comprado los mismos no olían igual a estos, quizás era cierto eso que dicen, cada familia tiene su aroma.

Eran las siete en punto cuando Rosé se levantó y fue a la tienda a llenar su despensa, su mejor amiga Jennie a gruñidos le envío una lista de alimento recomendados para las embarazadas de seis meses, y los alimentos que debía evitar, claro que la furia de su amiga desapareció cuando supo que Lisa era la embarazada y feliz envío miles de recetas preparadas por ella misma pensando en los gustos de su amiga, Rosé compro tantas libras de manzana que los empleados pensaron que era una re vendedora, una muy tonta por que no obtendría ganancias, cuando volvió a casa, corto manzanas, estaba segura que eran dos libras pero Lisa y Ella tenían que comer.
Se sentía tan extraña limpiando todo lo posible, ordenando y lavando ropa, había aprovechado la salida para llevar la ropa a la tintorería, y cada vez se sorprendía de que salía más, sintió que tenía el encanto Gemino que uso Madame Lestrenge porque cada vez tomaba una prenda aparecía otra, estaba segura que se estaba duplicando todo.

-Buenos días.-Rosé dio un pequeño salto al escuchar la voz de Lisa mientras se inclinaba tras el sofá para alcanzar más ropa.

-Hola Lili, tengo tu desayuno, deberías estar en cama.-Le dijo Rosé ocultando sus bóxers sucios, Lisa puso los ojos en blanco, se imaginó el porque los intentaba alcanzar tras el sofa.

-Estoy bien, necesitaba estirarme.-Lisa abrió enorme los ojos al ver tanta manzana por toda la cocina.

-¿Venderás manzanas?-Pregunto Lisa.

-No, es, tú dijiste que era lo único que Ella soportaba.-Explicó avergonzada la rubia rascando su cabeza.

-Si, pero creo que te has acabado las manzanas de Nueva York.-se burlo Lisa.

-La mayoría de tu alimentación lleva manzana así que rápido se acabarán.-Lisa no entendió a que se refería Rosé y por un momento se sintió abrumada por tanto cuidado.

Termine con mi ex. CHAELISA (GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora