Maykol

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Capítulo 3: "Hechizo localizador"

En el capítulo anterior tuvo lugar la reunión con los nobles anti monarquía. Maykol reveló información sobre las apariencias alternas. Se presentó a Nora y a parte de su pasado. Hubo un conflicto con Umberto, el padre de Nora y líder de los nobles anti monarquía. Maykol nos contó acerca de un rumor que Safía cree tratar sobre su madre. ¿Será cierto? Veamos qué sigue.

—Esperad un momento. ¿De qué estáis hablando? —Damián parecía desconcertado, aunque ahora que me fijo, todos parecen estarlo.

Sin embargo, antes de poder responder, Safía se me adelantó.

—Hay un...

—Safía.

Mi hermana desvió la mirada hacia mí, confusa.

—No —su cara era de extrañeza absoluta—. No es que quiera ocultarlo. Pero no podemos revelar información de la cual desconocemos su origen y veracidad.

Me dirigí a mis hermanos esta vez.

—Lo siento. Pero es algo que sin madre y padre no podemos contar. Podría cambiarlo todo. Esperar será lo mejor.

Al poco rato, mis hermanos pequeños se encontraban jugando al "pilla pilla" cerca del columpio en el árbol del jardín; Safía, sentada en el suelo a mi lado, observando cómo continúo pintando un cuadro entre sombrío y esperanzador. Mis hermanos mayores, cerca de la puerta, pero sin obstruir el paso, aguardaban nuevas órdenes o indicios de nuestros padres, mientras debatían acerca del suceso anterior, creyendo ilusamente, que no nos dábamos cuenta, o al menos Safía y yo, ya que en varias ocasiones desvié la mirada a mi hermanita, quién me devolvía la mirada cómplice.

—Hijos e hijas mías —la voz de mi madre sonó detrás de nosotros, haciendo que todos le prestemos atención. Acababa de detenerse en medio del jardín entre todos nosotros—, Umberto y sus compañeros se han marchado. Vuestro padre tiene a sus guardias en busca y captura de Nora. Al parecer, ese hombre venía preparado por si dábamos la orden de traerla al palacio.

—Imagino que por eso se retrasó —puntualizó Selene.

—Es posible —mi madre levantó la vista hacia mí—. Estoy orgulloso de cómo has llevado la situación, Maykol. Sin embargo, tanto tú, como tú —desvió la mirada hacia Safía—, vais a tener que explicarme por qué sabéis todo lo mencionado. Por supuesto eso implica todo aquello que no hayáis dicho. ¿He sido clara?

Mi hermana y yo asentimos sin mediar palabra.

—Bien. Por otro lado —nos dio la espalda, mirando a Zacarías con una mezcla entre decepción y enfado—, tú no has cumplido tu palabra. Te pedimos que nos dejases hablar a tu padre y a mí pero en su lugar nos dejaste sin palabras a todos y tu propio hermano pequeño, quien menos preparación tenía para esto, ha tenido que cubrir tus fallos con una astucia digna de Gautier.

Zacarías agachó la cabeza y me miró con rabia.

¿Y qué culpa tenías tú de sus cagadas? Que no hubiera abierto la bocaza, no te jode.

—Madre —traté de interrumpir— no creo que eso sea apropiado.

Mi madre me miró con seriedad.

—¿Puedo saber a qué te refieres, Maykol?

—Me refiero a que es injusto decirle eso a Zacarías.

Todos me miraron extrañados, Zacarías el que más.

Normal, ¿se puede saber por qué lo defiendes?

—No lo estoy defendiendo.

Ay. ¿Me escuchó? ¿Este también puede?

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