Osiris

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Capítulo 3: "Lecciones de combate".

Osiris tuvo una intensa conversación con Katara, la madre de Luka, que le llevó a recordar cosas duras de su pasado. Tras esto, sus poderes emergieron y el rey Náfiro la pilló llorando en el pasillo, la acompañó a su habitación y aunque le costó, Osiris logró dormirse.

Ahora es por la mañana y Osiris va de camino a desayunar. Fue al comedor, donde se encontró al rey, a Luka y a Milán.

Puse cara de asco cuando los vi y detuve mi vista en el rey.

—Buenos días, majestad.

—Buenos días, Osiris. ¿Has dormido bien? ¿Te encuentras mejor? —me mostró una sonrisa amable.

—Sí, majestad, he dormido estupendamente y me encuentro mucho mejor —sonreí animada mirando de reojo a Luka, que me miraba con mala cara sin que nadie más se diera cuenta.

—¿Hm? ¿Ecotase melloh? —preguntó el bruto de Milán sin terminar de tragar su desayuno.

—Milán...no hables con la boca llena. Y sí, anoche me encontré con Osiris y no se encontraba muy bien. —me miró sonriente— Me alegro de que estés mejor.

Milán tragó haciendo un ruido muy sonoro, haciendo que el rey riera y Luka suspiró exasperado. Yo me limité a ignorarlo todo lo posible, me acerqué a la mesa y los sirvientes colocaron mis cosas para empezar a desayunar.

—¿Sabes, Osiris? —miré al rey con curiosidad— He estado pensando en lo que te ocurrió anoche. No sé cuál fue el detonante pero la manera en la que tu magia se descontroló fue muy interesante, parecía estar bajo control aunque no supieses que la estabas materializando. ¿Tienes alguna idea de por qué?

Luka y Milán nos miraban curiosos. Yo negué con la cabeza sin decir nada y comencé a desayunar, era demasiado temprano para comenzar con esto, además que no lo había pensado hasta ese momento. Desde que estoy aquí, no había materializado mi magia ni una sola vez. De hecho, solo había ocurrido una única vez antes y fue cuando me enfrenté a mis abusones aquella vez. Náfiro tenía razón, de aquella vez a ahora ha sido muy diferente. Esa vez mi poder simplemente se expandió por todas partes sin ningún orden ni dirección en concreto. Sin embargo, anoche, solo me rodeaba, dando vueltas en espiral ascendente, siendo más intenso en el suelo y desapareciendo antes de llegar al techo. ¿Qué habrá cambiado?

Joder, pues qué gran cambio para no haberlo usado antes. ¿Será por estudiar?

—Me gustaría que me acompañéis los tres hoy a la sala morada. —Los tres lo miramos incrédulos. ¿La sala morada? Allí es donde su majestad entrena su magia— Después del suceso de ayer con Osiris, y sabiendo que habéis estudiado mucho, he pensado que sería una buena idea reducir vuestro estudio y comenzar vuestro entrenamiento. ¿Estáis de acuerdo?

¿Se viene paliza a Luka? Ojalá, porque le tengo unas ganas...

—¡Yo sí! —expresó alegremente Milán.

—Como ordene, majestad —dijo el estupido de Luka.

—¿Osiris? —el rey me miró a la espera de mi respuesta.

—Venga Osi, di que sí, no seas cagona.

—Callate, Milán. Y no me llames "Osi". —Milán me sonrió burlón— Está bien, iré, majestad.

—Estupendo, no esperaba menos de ti. Eres la número uno ahora mismo.

Ese comentario me hizo atragantarme con mi desayuno mientras los estúpidos de Luka y Milán saltaron de sus asientos, sorprendidos y molestos por la declaración del rey. ¿Ha dicho que soy la mejor?

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