DESTINO | GILBERT BLYTHE

Especial

              

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Veo sus pequeños piecitos corriendo por la arena hasta llegar a la orilla del mar hagachandose para jugar con el agua, sus largos rizos caen por sus hombros haciendo que se mojen

— vamos Juliet — me ofrece su mano y la tomó emocionada me sacudo un poco la arena de mi vestido y camino junto a él hacia nuestra niña

— mira papi... es un carcol — se escucha la pequeña vocecita dulce con emoción

Me suelta de la mano y se pone a la altura de amelia para ver el pequeño caracol, yo me adentro un poco más al mar dejando que el agua me llegue hasta los muslos y me sumerjo cuando salgo veo a ambos jugando en el agua mientras mi esposo le hace como si volará

Las risas no tardan en escucharse y quisiera grabarme esa imagen en lo más profundo de mi corazón, mi esposo es alto, su tez blanca y sus ojos cafes son hermosos su cabello azabache y rizado hace que Amelia sea una copia femenina de él

Siento el roce de la piel en mis labios haciéndome sobresaltar

— ¿que tanto piensas querida? —pregunta separándose de mí, ni quisiera me di cuenta que se acercó tanto hasta el punto de besarme

— en nada — respondo con una gran sonrisa

El asiente y comienza a jugar con amelia nuevamente esta vez me sumo a su juego haciendo que terminemos muy mojados, al cabo de unos minutos nos encontramos sentados en la arena viendo como se oculta el sol

— Es tan hermosa — confieso al ver que en sus brazos tiene a mi pequeña dormida su cabello humedo se mueve con el viento

— tan hermosa mi pequeño rayo de luz— dice mi esposo apreciandola — igual a su madre — esta vez viéndome haciéndome sonrojar

— basta — digo sabiendo a lo que se avecina

— eres tan hermosa como las flores de primavera, radiante y llena de brillo.. eres como sol ardiente en mi piel — dice mientras su mano se dirige a mi mejilla acariciandola con tanta ternura que hace cerrar mis ojos – mi vida no sería vida si no te tuviera a mi lado..

Mis mejillas arden por sus hermosas palabras

— te amo — finalizó y el sonríe una sonrisa genuina llena de orgullo y ternura

— una mujer tan maravillosa e inteligente me ama — dice con tono de emoción — una hermosa e inteligente niña — sonríe y me da un beso — ni toda la riqueza que poseo puede ser más valiosa que ustedes dos

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—Disculpa, has visto a mi esposo— pregunto a la sirvienta que limpiaba la arena que había entrado a la casa por el aire

— están en la orilla del mar mi señora — dice con dulzura

Mi vista va al gran paisaje, el mar está tranquilo se escuchan como las olas chocan con otras y sonrió cuando mis ojos visualizan a mi esposo y hija corriendo por la orilla del mar

—Gracias — le digo caminando hacia la orilla

Entre más me acerco a ellos más puedo apreciar el sonido de sus risas

— pero miren como están de mojados y llenos de arena — los regaño mientras me cruzo de brazos

Amelia rápidamente sonríe al igual que su padre ambos tienen la cara llena de arena y es inevitable no sonreír