Capítulo 51

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Amelia

-Si no se quitan de mi camino los tiraré por la borda- amenaze cruzada de brazos al tratar de salir a la cubierta

- solo ten cuidado - dijeron al usinoro tratando de sostenerme, como si en cualquier momento me pudiera caer

- estas segura que puedes estar con tacones - di un gran suspiro para verlo

- ya te dije Cielo, solo tengo que tener cuidado de no caerme y ya, los puedo usar - aclare por décima vez - eres Doctor no entiendo como ahora tantas preguntas si sabes las respuestas

Me tome de las varandas mis nauseas matutinas eran insoportables y me dejaban muy débil, pero al ver la vista me hacia sentir mejor ya faltaba poco para estar cerca de la isla

- creo que debemos traer las maletas - dije al ver que faltaba ya poco para llegar

- no, quédate aquí yo traeré su equipaje - se ofreció Mateo

- dejaran por un momento de tratarme asi- comente viendo a mi esposo quien me miraba con la cara más dulce y tierna que pudiera existir

- no, creo que ahora te tendrás que acostumbrar a esto- aclaro dándome un corto beso en los labios

- y tú?- volte a ver a bash, quien miraba el mar

- oh yo no seré tan exagerado como ellos tengo dos hijos- aclaro sonriéndome se acercó a mí y me abrazo

- me darán un sobrino, te cuidaremos muy bien - comento abrazándome aun más

- oye la puedes lastimar- bash y yo rodamos  los ojos ante su comentario

- basta Gilbert no la quebrare- aclaro deshaciendo el abrazo

- oye no crees que el corset puede lastimarlos - hablo Mateo con nuestras maletas ya en sus manos

- siento que estos dos serán un gran tormento, bajemos antes de que los tiré al agua - alegue comenzando a bajar del barco

El camino hacia Avonlea era desesperante al tener a dos personas constantemente regañandote y sobreprotegiendote sin duda mi mayor virtud era la paciencia, aunque para ellos era una línea muy delgada

Al llegar a la casa me baje del carruaje teniendo cuidado ante las manos de ayuda de Gilbert y Mateo

- los veremos más tarde- aclaro Mateo al marcharse

- deberías descansar fue un viaje muy largo - aclaro Gilbert al llegar a casa pero me negué, quería salir un momento a tomar aire fresco

Al entrar al cuarto para desempacar me encontré a mi madre viendo por la ventana al voltearse pude ver su mirada, esta muy molesta

-hola madre- me limite a saludar

Ella se acercó a mí y me pego un poco duro en el hombro con su abanico rápidamente me puse atrás de Gilbert para usarlo como escudo

- ¡¡no puedo creer que te desaparezcas y ahora regreses con un simple hola, sabes lo preocupados que estábamos!!- regaño casi al borde de las lagrimas - ¡quítate Gilbert!- dijo pegandole a él

DESTINO | GILBERT BLYTHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora