DESTINO | GILBERT BLYTHE

Capitulo 35

Amelia 

nos levantamos en la tarde, desayunamos/almorzamos decidimos salir de casa e ir al trabajo ya que a la niña que aun la tenía en observación presentaba algunos problemas y no quería que esto pasara a mayores

-¿estas segura de seguir tratándola?-pregunto mi esposo, tomando las riendas para poner en marcha la carreta 

-Claro, ¿porque no lo haría?-pregunto acomodándome mi vestido

-no sabes si la enfermedad que ella tiene es contagiosa ¿qué pasa si eso pasa?- su voz tenia un tono de preocupación

-no lo se-murmure 

-¿cómo que no lo sabes?,  y si la enviamos a Toronto para que ellos se encarguen-  propuso viéndome

-¡¡NO!!, ella es una niña sin importar las consecuencias la ayudare- exclame viéndolo

-Yo no quiero perderte Amelia, me niego a esto- dijo en un susurro 

nos quedamos en silencio al ver que me dejaría enfrente del trabajo para guardar la carreta 

-yo se que no quieres perderme cariño, pero cuando decidimos hacer esto sabíamos las consecuencias no podemos quedar mal con una niña que nuestra única esperanza somos nosotros- confese bajando de la carreta para caminar a la puerta 

sin duda no quería dejar a esa niña sola sin importar las consecuencias 

-buenos tardes- salude viendo a Dylan y Maya en el área de descanso y comida

-buenas tardes Señora Blythe - saludaron al mismo tiempo 

me dirigí a la habitación de Lía la llame el primer día ya que es sordomuda tenía alrededor de 5 a 6 años aproximadamente

al entrar vi a Mateo contándole un cuento en lenguaje de señas, vi su rostro pálido y sus ojos estaban hincados

 la pequeña es una luchadora

-hola Amelia- saludo Mateo sin verme, termine de ver como la pequeña comenzaba a parpadear lentamente quedándose dormida 

-¿que le paso?- pregunte sentándome en mi escritorio, rápidamente me entrego sus anotaciones 

-le di medicamento para aliviar el dolor, pensé que no le haría efecto ya que vomitaba demasiado, me asuste cuando comenzó a sobarse el pecho- dijo preocupado 

-la debió de pasar muy mal me quedare observándola por 3 días para que no vuelva a pasar, ¿te pregunto por tu cara?- pregunte viendo como tenía un poco su ojo morado e hinchado

-le dije que me pico una abeja- confeso sentándose frente a mi - comió muy poco me preocupa que siga bajando de peso- tomo mi mano sus ojos estaban cristalizados 

escuche la puerta abrirse dejando entrar a mi esposo rápidamente de mi boca salió un << SHHH>> al ver que la niña estaba dormida se acercó lentamente  a nosotros 

-solo quería decirte que te apoyare en esto- dijo en voz baja 

al escuchar esas palabras mi sonrisa de ancho 

-te amo- sentí como juntaba los labios con los míos

-saben muy bonito y todo, pero respétenme - dijo Mateo haciendo que Gilbert se separara de mi y rodara los ojos 

-entonces mejor tapate los ojos-hablo mi esposo cruzándose de brazos 

- tu mujer me tiene acarrado de la mano- lo solté rápidamente- descuida ya sabe mi secreto

-o bueno- hable con alivio

-lastima ya no te pondrás celoso una verdadera lástima- hablo fingiendo una tristeza  

-me quedare aquí para tenerla en observación - confese - quiero estar aquí para ella si llega a pasar algo 

-yo también quiero estar aquí- dijo Mateo

lo observe por un momento asintiendo- pero tomaran medidas de seguridad - aclare viendo como ambos asentían

.....

me encontraba en el laboratorio analizando la sangre de Lía escuche la puerta abrirse comenzaba a anotar todo, sentí como me daba cortos besos en mi mejilla me pare pasa besarlo haciendo que el me agarrara de mis glúteos subiéndome en la barra de madera 

-espera, los chicos- hable entre el beso 

-ya se fueron, mateo está viendo a Lía - aclaro abriendo mis piernas para meterse entre ellas 

sentí como me besaba con intensidad llevando su mano a mi cuello pego con fuerza nuestros labios antes de soltarme y agacharse apretando mis muslos con fuerza levantándome la falda haciendo un lado mi ropa interior  para hundir su cara en mi intimidad 

-UHH- se me escapo un jadeo

me apretó más fuerte de los muslos sintiendo como introducía su lengua haciendo que mis piernas se estremecieran ante tal deleitable sensación 

-Gilbert- hable entre bajos jadeos, mi cuerpo suplicaba más que su lengua,  sentí como chupaba mi zona nerviosa con presión asiendo morderme el labio para no dejar escapar un jadeo 

se puso de pie, nuestras respiraciones eran aceleradas admire como se bajaba rápidamente la cremallera dejando ver su miembro muy erecto posicionándolo en mi entrada jugando un poco, mordí mi labio con fuerza haciendo que sangrara un poco  en un rápido movimiento me hice para delante haciendo que entrara con brusquedad 

-tramposa-dijo tratando de normalizar su respiración- ahora te aguantas-dijo poniendo su mano firme en la barra y la otra en mi cuello comenzando a darme  estocadas lentas pero intensas haciendo que mis piernas se entumecieran 

al sentir como una fuerte corriente recorría todo mi cuerpo tire mi cabeza hacia tras al sentir el orgasmo con tal intensidad que no me había dado cuenta que mi mano estaba en un cuadrado de vidrio quebrándolo 

rápidamente se abrió la puerta-¿qué está pasando aquí?- pregunto mateo viéndonos con los ojos bien abiertos debido a lo sorprendido ante tal escena 

-¡¡sal de aquí!!- grite alejando a Gilbert y al mismo tiempo tirándole la libreta a Mateo que estaba cerrando la puerta 

-lo siento- dijo nervioso marchándose

suspire y vi a Gilbert riéndose

nos arreglamos y acomodamos nuestra ropa

-vamos a ver a Lía- propuso dándome un beso

-adelántate yo ordenare un poco aquí-

-te ayudo

-no, no es necesario ve sí, yo terminare rápido- aclare haciendo que el levantara una ceja

-es que me diste tan fuerte que no siento mis piernas y quiero descansar un poco, ya que aun muero de pena por  Mateo -confese, él me sonrió y me dio un beso en la frente y se marcho 

tome un gran suspiro y observe la herida que tenía en la palma de mi mano sin duda  estaba en serios problemas, ahora tendría que encontrar una cura antes que se dieran cuenta que me había infectado mi herida con la sangre de Lía