Inefable

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Jimin se deslizaba corriendo por los pasillos para tomar la siguiente clase, la primera se la había perdido, ¿Qué más daba?. Jungkook y Yoongi se habían quedado en el segundo nivel para tomar las suyas. Pero él tenía que subir al tercer piso.

Al entrar al salón Seokjin lo recibió con una mirada que destilaba confusión, como si presenciara el final de un maratón en la que el rubio hubiese sido el último en llegar.

Se sentó junto a Jin, su compañero desde que Tete se fue. El chico de pelo negro le había prometido a Tae cuidar del pequeño querubín, mantenerlo al tanto entre otras cosas.

—Por tu cara diría que la fiesta estuvo genial — Jin lo increpó con una sonrisa burlona — Tan memorable, que la primera hora se ha desvanecido en tu olvido.

—La alarma decidió traicionarme esta mañana — Jimin replicó con una despreocupación fingida.

Jin lo miró con sospecha antes de preguntar:

— Tae hizo todo un drama con eso de "cuidarte" y "avisar" — sus dedos danzaron en el aire, formando comillas imaginarias. — Pero dime, ¿por qué vistes el uniforme de Jungkook? ¿Desde cuándo son tan amigos?

Jimin se quedó boquiabierto, sorprendido, mirando al pelinegro

—¿Cómo... cómo has descubierto tal cosa? — balbuceó, su voz un hilo tembloroso. Había creído que Jin poseía dones adivinatorios, pues ¿quién más podría sospechar?

—El joven es una estrella en este firmamento escolar, y todos sus uniformes llevan sus iniciales que no se pueden ignorar — el castaño señaló con sutileza las letras "JK" bordadas en la tela.

—¡Maldición! — el rubio maldijo en susurros— no fue a propósito, mas bien un descuido. No tenía opción, era esto o no venir a clase — se apresuró a explicar, esperando que su amigo entendiera y no se armará una escena de telenovela.

—¿Un descuido? — Jin arqueó una ceja confudido. — ¿Y Taehyung está al tanto?

—Sí... — Jimin susurró, la vergüenza tiñendo sus palabras. — Pero no es lo que tu mente imagina. Solo buscaba ahogar mis penas en alcochol, y Jungkook solo fue amable — confesó tímidamente esperando que su amigo no lo juzgara

—Entiendo... — Jin respondió con escepticismo—No es que sea cotilla, pero te has convertido en mi responsabilidad. Eres el tesoro más preciado de Taehyung. Si algo te llegase a suceder me mata antes y despúes de hacerlo me vuelve a la vida para hcerlo nuevamente— expresa dramático— haberte dejado llevar por el alcohol y confiar en un chico al que recién conoces no suena tan convincente. Solo quiero que reflexiones. Después de todo tú tanto como Tae son mis amigos. No puedo simplemente despreocuparme por ustedes— Sonríe lo más sincero posible

El rubio solo pudo quedarse en silencio. Lo que había dicho Jin era cierto, no podía simplemente confiar en unas personas de la noche a la mañana, había sido muy arriesgado y entendía su punto.

—No te preocupes, no volvera a suceder—

unos minutos después el profesor cruza la puerta para impartir la clase.

El recreo, era ese oasis en medio del desierto, era el instante más anhelado por todos. Era el tiempo donde el césped se convertía en un estadio de rugby, las canchas resonaban con el rebote de balones de baloncesto, y los rincones se llenaban de susurros y páginas de libros devorados con avidez. Pero para Jimin en ese instante quedaba en segundo plano, ansiaba el aire fresco como un náufrago ansía la tierra firme. Su boca, carente de sabor, le recordaba el amargo arrepentimiento de no haber probado la sopa que Jungkook había preparado para el está mañana

JUNG Vmin/KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora