Julieta, una niña de 6 años, vivía junto a sus dos padres, Iván y Rodrigo, en una linda casa ubicada en Buenos Aires.
Eran una familia bastante unida, y se notaba a kilómetros el amor que sus padres aún conservaban y querían entregarle a su preciada hija.
Una noche, cuando Rodrigo terminó de arropar a Julieta, le dio un beso en la frente y se fue del cuarto de su pequeña.
Pero Julieta sentía que algo estaba mal, algo estaba pasando.
Ella se destapó y se levantó de su cama, se puso sus pequeñas pantuflas de oso y salió de su habitación.
Fue hasta el cuarto de sus padres, pero no había nadie allí. Bajo a la cocina y tampoco había alguien, busco por toda la casa, pero estaba sola.
Pensó que sus papás posiblemente solo habían salido a comprar rápido, pero mientras las horas pasaban, ella más se preocupaba, hasta que escuchó ruidos de la habitación de ella.
Caminó lentamente hasta arriba, subiendo las escaleras con mucho miedo.
Hasta que entró a su habitación, y pudo ver como un hombre sin cara mataba a sus propios padres.
Ella cerró rápidamente sus ojos y comenzó a llorar, las lágrimas no se controlaban y salían a montones.
Cuando abrió los ojos, vio que el hombre se había ido, pero que sus padres seguían allí.
Ambos estaban con sangre en sus pechos, mientras que aún se agarraban las manos por el miedo.
Podía notar aún las lágrimas en los ojos de ambos y el miedo que tenían.
Se acercó lo más rápido que pudo hasta ellos, viendo como su papá Rodrigo aún podía respirar.
-P-papi...- Hablo llorando Julieta, no quería perder así a sus padres, eran los más importantes para ella.
-T-e... a-ma-mos prin-cesa...- Dijo Rodrigo, dando así, su ultimo suspiro.
Julieta comenzó a llorar aún más, ahora estaba sola, no tenía a nadie.
Pero al volver a escuchar algo, ella se dio la vuelta tan rápido como pudo, dándose cuenta que ese hombre no se había ido.
Y ahora iba a por ella.
Comenzó a correr hacia su cocina para agarrar algo y defenderse, pero en un pequeño tropezón, pudo ver algo que nunca espero.
El hombre encapuchado, era la supuesta mejor amiga de sus padres, Valentina.
Ambas se quedaron estáticas, ¿Qué estaba pasando?
Valentina comenzó a acercarse lentamente hasta agacharse, para estar a la altura de Julieta.
-Hola, Julieta, ¿Algo qué quieras decir antes qué todo termine?- Preguntó y rió, como si fuese cosa de todos los días.
-O-ojalá... t-te mueras.- Dijo tan segura Julieta, que por un breve momento, Valentina sintió escalofríos.
Rió aún más fuerte, y al fin terminó con la vida de Julieta, clavándole un cuchillo en su pequeño pecho.
Valentina se levantó y comenzó a caminar hacía arriba, viendo cómo la pareja aún estaba agarrada de las manos.
Camino hasta Rodrigo y saco su mano de la de Iván, para ella poder agarrarla.
Le saco el anillo de casamiento al pelinegro y se lo puso ella, riendo de lo "patético" que se veía Iván.
Dio todo finalizado, cuando la policía llego, por los gritos que lograron escuchar sus vecinos.
Valentina tuvo cadena perpetua, sin oportunidad de ser libre, mientras que la familia, por honor a ellos, fueron enterrados los tres juntos.
Y así, finalizó todo.
¿O no?
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Julieta se levantó llorando muchísimo, mientras que sus padres estaban a su lado, preocupados porque la pequeña no se levantaba.
Rodrigo cargo a Julieta y comenzó a decirle que todo estaba bien, que ellos estaban ahí.
Iván se unió a ellos dándoles un abrazo a ambos, besando los labios de su esposo y la frente de su pequeña hija.
Unos minutos después, Julieta logró tranquilizarse, pudiendo contarle su terrible pesadilla a sus padres.
Ambos quedaron desconcertados, ¿Qué hacían ahora?
Por el miedo que su hija tenía, decidieron que Valentina, la amiga de Rodrigo, no se acercaría nunca más a ellos.
Dando por finalizada, una de las peores noches para la pequeña, y uno de los sustos más horribles de los padres.
