En un Dojo no lejos del bar estaba un sudoroso espadachín con unas pesas enormes que le doblaban el tamaño.-es suficiente por hoy-dijo un señor pelinegro-ya es tarde, vete a duchar antes de ir a casa-Mihawk se despidió de su hijo antes de salir de Dojo-.
Después que se fuera su padre el peliverde se empezaba a limpiar la cara sudada y se dirigió a las duchas.
El agua fría caía lentamente por todo su cuerpo y era inevitable no pensar en el rubio.
-ahhhh mierda-levantó la cabeza para que el agua le cayera en la cara-cada vez que cierro los ojos veo tu linda sonrisa-inconscientemente se sonrojó-quisiera verte..-.
Después de unos 10 minutos se terminó de duchar y se estaba cambiando cuando se dio cuenta que tenía algunas (muchas) llamadas perdidas y eran del rubio, esto le extraño porque dejaron de hablar pero le daba curiosidad así que devolvió la llamada.
-hola?-esa voz no era conocida-disculpe la insistencia con las llamadas-dijo el señor detrás del celular-.
-quien habla?-zoro se puso serio, quien era el que tenía el celular del rubio? Se preguntó confundido-.
-lo llamaba porque su amigo está dormido en el bar y este número era el que estaba como de emergencia- el señor se oía nervioso-.
-la dirección..-susurró al teléfono-.
-como dice?-con ingenuo pregunto-.
-cuál es la maldita dirección?!!-fue una pregunta directa y agresiva-.
-la dirección es ****** en la calle ******-afirmo el señor-.
-"no está lejos"-colgó el celular, se puso una gorra negra y se dirigió rápido a la salida del Dojo-.
El peliverde quiso llegar lo más antes posible al bar pero se perdía por las calles aunque estuviera cerca del establecimiento, dio vueltas como unos 20 minutos hasta que dio con el lugar, entró agitado y con la mirada buscaba al chico, no tardó mucho en encontrarlo, cuando lo hizo se dirigió hacia él con rapidez, estando detrás de él vio al cantinero y sin decir nada quiso cargar al rubio pero el barman tenía algo que decirle.
-disculpe joven-con nerviosismo le entregó una factura-este es todo lo que bebió el chico-.
Casi le da un paro cardiaco al peliverde, casi, casi el rubio se tomaba todo de la cantina, estaba impresionando por la cantidad de dinero que decía en esa factura, solo suspiro y saco su tarjeta para pagar todo.
Después de pagar se llevó cargado en la espalda al rubio.
Esto fue visto por las dos mujeres que lo miraban a lo lejos llevarse al rubio.
-crees que fue una buena idea?-pregunto nami insegura-.
-si lo es-sonrió orgullosa del plan que había hecho-no estás contenta que no tuviste que pagar nada?-la miro con satisfacción porque sabía que el peliverde había pagado los tragos de ellas también-.
-claro que estoy feliz-hizo un puchero para que no viera la felicidad que le rebalsaba-solo estoy preocupada por sanji-kun-suspiro y cruzo los brazos-.
-tranquila-puso una mano en la cintura-conociendo al joven zoro no le hará daño-miro hacia la puerta del bar-.
el paso era lento y seguro, en el tiempo que estuvo caminado el peliverde tenía la mente en blanco, estaba ido y lo único en que pensaba era en donde iba a llevar al rubio.
-quien eres?~-pregunto un ebrio cocinero al ver que no le contestaba siguió hablando -porque no me hablas?~-miro los aretes del peliverde-jejeje~ conozco a alguien que tiene unos aretes así~-los toco torpemente-.
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•Un lindo desconocido•
FanfikceSanji un niño de 6 años se escapa una tarde de su casa para ir a un parque no muy lejos de ella,el pequeño rubio no se daría cuenta de que la persona que conocería allí se volvería alguien muy especial para el...