Del odio a la amistad

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El reloj marco las 5 de la mañana y la alarma comenzó a sonar. Marcela se había levantado 10 minutos antes, solo estaba esperando que la alarma sonará, para levantarse de la cama.

Bien, hoy será un buen inicio de semana, la semana pasada fue un asco, la vida me trato como trate al Pou que descargue en mi celular hace años, de seguro fue karma. En fin, esta semana será diferente, lo presiento.

Se levanto de un golpe de su cama, se dirigió a bañarse, no sin antes escoger la ropa de la semana.

Perfecto. Universo, que el día sea tranquilo, por favor, ahora si te prometo no maldecir.

Segura de haber manifestado el mejor de los días, dio una vuelta emocionada, haciendo que su rodilla se golpeará con el piecero de la cama.

– Mmmm... maldición.

***

Había llegado a la universidad una hora antes; no tuvo complicación en bajarse del bus; todo iba bien hasta ahora, nada podría salir mal. Al llegar al salón se sentó cómodamente en una de las sillas de adelante y apoyo su cabeza al pupitre para descansar un poco, al instante la puerta del aula se abre, Marcela levanto la cabeza para ver quién era, inmediatamente sus ojos se toparon con aquel hombre de 1,80 m. Josh quien también era puntual había llegado al salón. Marce no sabía que decirle, pensaba en que si lo saludaba, él solo la ignoraría; aunque el sábado habían hecho cómodamente el avance del trabajo, nada fuera de lo normal, solo se dedicaron a investigar; sin embargo, ella no tenía la confianza de hablarle todavía.

- Hola – saluda Josh.

Increíble el galán la había saludo, para Marcela esto era raro y más cuando su contrincante le estaba sonriendo, no era una gran sonrisa, pero, era agradable.

- Hola – le devuelve el saludo. 

El ambiente ya no se siente tenso, eso la hizo sentir tranquila.

Josh tomó asiento a dos sillas de donde estaba Marcela. Nuevamente el silencio invade el salón. No era que no hubiese tema de conversación, es que ninguno de los dos estaba seguro de decirle algo al otro, sin embargo, no había porque seguir jugando a los mudos, cuando habían resuelto todo.

Si le dirijo la palabra, ¿le molestará? – pensó ella.

¿Me pondrá otro apodo si le digo algo? – pensó él.

Al carajo con todo – pensaron los dos.

- Yo – Dijeron al mismo tiempo.

Ah, lo siento, habla tú primero – dijo Marcela.

- No, por favor, ¿qué querías decirme? – contesta Josh.

- Quería saber si nos vamos a reunir en el parque, eso era todo.

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