Marcela es una chica con muchas inseguridades; muchas de ellas causadas por su dura infacia; ella no se considera un esteriotipo de mujer, pero hasta ahora ha sabido vivir con su fisico sin ningún problema, sin embargo internamente vive una guerra q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El mar estaba tranquilo; la temperatura era alta, pero, el viento apaciguaba el calor y las olas chocaban contra la arena llena de caracolas.
Eran las 4 de la tarde, nadie se quería ir. Marcela se encontraba en el mar con Maricarmen y Rosana; Josh estaba recostado en una hamaca, hablando con lucas; Daniela estaba comprándose una ensalada de fruta; mientras que Antony y Adrián, estaban sentados en la orilla.
Rosana se detuvo un segundo a verlo desde lejos. Marcela se dio cuenta que estaba observando a la parejita y le salpico la cara con agua de Mar.
- Marce – queja – mis ojos.
Marcela se ríe, mientras Maricarmen, se acerca a Rosana para revisarla.
- Se ven lindos juntos ¿cierto? – menciona Marce, mirando a los chicos sentados en la orilla.
- Si – afirma Rosana – no puedo creer que todos tengan novios, menos nosotras.
Marce lanza una mirada con picardía.
- No tienen, porque son novias – suelta.
Maricarmen le da un empujón a Rosana, haciendo que se hunda un poco. Su cara no tardo en ponerse blanca mientras que su boca se convierte en una gran O. Rosana comienza a patalear dentro del agua, Mari, se da cuenta que la estaba ahogando, así que la saca rápido.
- Perdóname ¿te encuentra bien?
A su novia no parece importarle, porque apenas logra recuperar la respiración, se dirige a Marcela.
- ¿Cómo rayos supiste?
Marce alza los hombros.
- No le digas a los demás – suplica Maricarmen.
- Si quisiera decirles, lo hubiera hecho hace rato – repone Marcela – a decir verdad, me di cuenta el día que jugamos a la botella – aclara y se dirige a Rosana – cuando te preguntaron cuándo fue la última vez que besaste, respondiste con picardía, mirando a Maricarmen.
Ambas se quedan mirando, y sus rostros ya no eran pálidos, sino de un rojo avergonzado.
- Tienen mi apoyo – agrega – felicidades.
Ninguna de la dos sabía que decir, no esperaban que su amiga soltara esa bomba de la nada. ¿Acaso era su amiga una adivina?
No, a decir verdad, una persona que ha pasado casi toda su vida soltera, se le era fácil observar y aprender de las demás relaciones, tanto que distingues la mirada de aquellos que están enamorados, pensando en si algún día viviría algo así similar.
Marcela mira a Josh, como si no creyera que ese día al fin había llegado. Sale del Mar, para dirigirse al él que aún seguía en la hamaca, bronceándose.
El sol reflejaba en sus gafas y la brisa lo colocaba soñoliento. Pero, de pronto, unas manos taparon el resplandor.
Josh abrió los ojos y se encontró con su novia. Ambos se regalaron una sonrisa.