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Eran casi las 11 de la mañana, Josh se encontraba en el salón de clases

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Eran casi las 11 de la mañana, Josh se encontraba en el salón de clases. Quién sabe, para qué había ido, si de todas formas no le había puesto atención a lo que decía el maestro; su mente solo pensaba en una cosa... la noche del sábado.

Trataba de descifrar si fueron los tragos o la emoción del momento, pero de algo estaba seguro, él quería seducir a Marcela.

Me he vuelto loco.

Aunque, todo el domingo trato de convérsese de que solo fue el alcohol que lo hizo actuar así, no lo logro; por más que intentaba, ese momento no se lo sacaba de la cabeza.

Basta. Se dijo así mismo. Solo fueron los tragos, mañana verás a Marcela de la misma forma que siempre.

 - Muy bien, eso es todo por hoy – informa el profesor Martínez – pasado mañana espero con ansias la sustentación del trabajo.

Pone una sonrisa un tanto maliciosa y mira a Josh.

- Especialmente, la de la señorita Sánchez.

Si... como era de esperarse, de seguro ese día, atacará a Marcela con miles de pregunta, en la sustentación.

Josh frunce el ceño. Tenía ganas de preguntarle cual era su problema con ella, pero, se contuvo. Es mejor no ganase a un maestro de enemigo.

Guardo sus cosas rápido para salir del salón, no soportaba verlo y mucho menos burlándose de su amiga.

 Al llegar a la autopista, recordó, que no le había dejado un mensaje a Marcela, así que saco su celular rápidamente para escribirle.

Josh

¿Ya saliste? ¿Cómo te fue?

Niña de ojos lindos

Si, ya estoy en la casa, me fue bien, gracias por preguntar.

Nos vemos mañana.


¡JA!

Para Josh había sido la respuesta más corta y seca.

Si le pregunto "¿Cómo le fue?" se supone que me debe decir "me fue bien, la doctora me dijo que se me está pudriendo la pierna derecha, pero, que me la amputaran el jueves, aparte de eso todo bien". Ok, no. Algo no anda bien, ella no contestaría así.

 Marcela se encontraba en casa, devorando todo lo que había en la cocina. Para ser exacto ya casi terminaba lo del estante, lo único que le quedaban era un paquete de galletas, pensó en pasárselas con un jugo de uva que había en la nevera, así que se levanto a cogerlo, pero, cuando se levantó, sintió que algo recorría su garganta, hasta que presintió lo que venía.

Corrió hasta el baño lo más pronto posible y vomitó todo.

- Mierda.

Luego de devolver la comida, se enjuago la boca y subió a su habitación, coloco sus cosas sobre la cama y se sentó en su escritorio, apoyando su cabeza en la mesa. No podía dejar de pensar en lo que le había propuesto la doctora.

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