Capitulo 11: Una mujer extraordinaria.

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Jung Hoseok.

Una lengua semi húmeda y rasposa. Es lo que estoy sintiendo sobre mi mejilla derecha en este momento y aunque quiero abrir los ojos, no lo consigo de inmediato. Cuando pasan los minutos, una presión en mi hombro me hace pensar que tengo algo o alguien allí.

Al fin veo los escasos rayos de sol que se asoman por el ventanal y lo segundo que veo es una bola de pelos color gris y blanco justo en la zona afectada. Es Bowie.

—Hola, amiguito

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—Hola, amiguito. —obviamente no me responde, pero sigue lamiendo mi rostro, como si hubiéramos creado una conexión especial desde que lo recogí del departamento de Dae— espero que no hayas lamido tus genitales antes de poner tu lengua en mi cara...

El gatito maúlla y yo entrecierro los ojos. Al voltear la cabeza a mi derecha, veo el bonito cabello de Dae. Durmió aquí conmigo después de mi arranque estúpido de anoche.

Carajo, no sé que hubiera hecho si Dae me hubiera abandonado.

Me remuevo con cuidado de no despertarla, le dejo un beso en la sien y me levanto. No me molesto en cambiar el traje con el que dormí y así salgo hacia el salón en donde intervinieron a Namjoon.

—¿Cómo está? ¿Ya despertó? —giro mi cabeza a ambos lados buscando a Jungkook, pero no lo localizo.

Shane parece mas desvelado que yo. —Si, está lucido. —sonríe— Dae hizo un muy buen trabajo al frenar el sangrado y al actuar rápido, sin ella, Namjoon no estaría aquí. Ahora solo necesita mucho reposo y una dieta especial.

Es lo único que me hace sonreír. —Yo me encargo.

Shane acomoda sus utensilios médicos en un maletín y regresa con el personal que lo asistió ayer.

—¿Dónde esta Jungkook? —Le pregunto a Taehyung, quien se quedó de guardia toda la noche.

—En la parte trasera, en el bar, jefe.

—¿Allí durmió?

—Si. Nadie lo pudo sacar. —se encoje de hombros.

Paso saliva que me sabe muy amarga porque sé que esto va a empeorar su problema con el alcohol.

Me traslado hasta allá, abro la puerta y el aroma a alcohol me da un golpe en la cara. Jungkook esta en el piso, sentado, con la espalda apoyada en una mesa de baile.

—Kook, despierta. —me pongo en cuclillas y lo muevo con delicadeza de la cabeza— Jungkook, vamos, abre esos ojos.

—Déjame en paz...

Me armo de paciencia. —¿No te interesa saber que Namjoon está vivo?

Al fin abre los ojos. Esos ojos que son mas tristes que cualquier otra cosa que haya visto antes. —Es, es... genial —responde con nula emoción— Pero mis perros no lo están... —su voz se quiebra.

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