Capitulo 14: No te vayas por favor

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Dae García.

Me muero de frío

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Me muero de frío.

Antes de salir de esa casa, me puse lo primero que encontré; unos vaqueros, unos tenis que no ocupan agujetas y un suéter de algodón que no me ayuda a esquivar el frío de invierno. Estaba demasiado asustada para pensar en otra cosa. Tomé a Bowie y salí corriendo despavorida. Hui sin rumbo fijo. Primero quise ir a casa de mi abuela, pero en ese estado solo iba a conseguir aturdirla, después pensé en mi departamento, pero sería la misma historia con Lilly. Y ni hablar de la clínica, todos los animalitos son sensibles a las emociones de los humanos y tampoco quería perjudicarlos.

Entonces vine al cementerio, vine a ver a Cris.

—Quizá no estes muy feliz de... de tenerme aquí, frente a tu lapida. —seco las lágrimas que siguen brotando de mis ojos— pero... pero no tengo a donde ir. En realidad, nunca he tenido a donde ir.

El frio aire nos golpe a Bowie y a mí incesantemente. Estamos sobre la tierra, junto a la lápida, acurrucados.

—Perdóname Cris. —se me quiebra la voz— por no venir a verte, por... por abandonarte aquí, pero... pero no tenía cara para hacerlo después de que... de que por mi culpa tú... tú partieras. Te juro que yo no quería que te pasara nada y si pudiera... si pudiera intercambiar el lugar lo haría sin pensarlo.

Mis suspiros se hacen cada vez más melancólicos y estremecedores.

—Creo que ahora sí estoy en serios problemas, conocí a unos mafiosos y... uno de ellos quiso matarme e incluso me amenazó con acabar con todo lo que me rodea. Me lo merezco, ¿sabes? —carraspeo mirando un momento al cielo— no tenía derecho de enamorarme ni de ser feliz cuando yo fui quien destruyó tu vida. Pero no lo hice a propósito, te lo juro, lo olvidé, lo olvidé en brazos de Hoseok, porque él me hace sentir viva, me hace sentir que soy una chica valiosa, que soy lo más bonito que le pudo pasar... 

Me rompo por milésima vez en el día, lloro, lloro otra vez y eso me hace temblar el doble. Sorbo por la nariz una y otra vez en medio de los sollozos que desprende mi tristeza.

—Sé que no debería pedirte nada. Pero por el cariño y la hermandad que un día tuvimos, te ruego que protejas a nuestra abuelita, a Lilly y sobre todo a Hoseok, que no le pase nada, que Jungkook no le haga daño, por favor, te lo ruego. No sé si lo vuelva a ver o si... o si esto es el final —me duele horrores pensar en eso—, pero no importa, yo quiero que él este bien incluso si yo no puedo estar allí para comprobarlo.

—Dae...

Me sobresalto y creo estar volviéndome loca. Me pareció escuchar la voz de...

—Dae, mi Dae... aquí estas... —Hoseok aparece como esa bendita luz en medio de la inmensa oscuridad. Analizo su rostro mientras camina a cuestas junto a nosotros, rodeando la lápida de Cris.

Tiene golpes muy marcados en las mejillas, en el labio, debajo del ojo derecho y alcanzo a distinguir manchas de sangre debajo de su saco. Me atormenta el doble verlo en ese estado. Puedo imaginarme lo que sucedió.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora