Capítulo Veintidós

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                             Tyler

Había pasado una semana sin ir a la oficina, después de lo que había pasado no tenía cabeza para nada, y en los negocios siempre hay que tener la cabeza fría. Sin embargo estar con mi hija y con Valerie me había recargado de energía. No sabía que tener una hija me podía llenar tanto el corazón, pero ya no podía imaginarme nunca más sin ella. Sin sus manitas suaves agarrando las mías para que la siga, sin sus ojitos tan iguales a los míos, sin su sonrisa, sin ver películas infantiles y sin su manera tan linda de ser.

Ella era lo más importante para mi y se lo iba a demostrar. Por ello me había despertado más temprano de lo habitual para ir hasta el apartamento de Valerie para ir por ella y por mi hija. Quería que juntos lleváramos a nuestra hija a la escuela.

Mi hermana Alison aun estaba en mi apartamento y ya estaba despierta cuando tomé mi maletín para salir.

—¿Regresas a la oficina?

—Si, ya me he ausentado mucho y no confío mucho en Ronald.

—¿Cuando conoceré a mi sobrina?

—Estoy tratando de que se adapte a mi antes de decirle que soy su papá, aunque algo me dice que ya le agrado y que saber que soy su papá le va a encantar.

—¿Como es ella? —me pregunta.

—Es hermosa e inteligente, tiene una energía inagotable y tiene heterocromia como yo.

—¡Joder! Según sé solo el uno por ciento de la población tiene heterocromia y justo ella tiene al igual que tu.

—Si, me sorprendió cuando la vi.

—Te brillan los ojos cuando hablas de ella.

—Cuando la conozcas, me vas a entender.

—Pues espero conocerla pronto.

—Así será, ya debo irme nos vemos en la noche.

—Ya estoy buscando donde quedarme.

—No molesta que estés aquí.

—Lo sé, pero quiero mi propio espacio ahora que he decidido que me quedaré en Nueva York.

—Pues espero que encuentres algo que te guste.

Le di un beso en la frente a mi hermana y me despedí de ella.

Ya en mi auto, puse mi maletín en el asiento trasero y empecé a conducir hasta el apartamento de mis chicas favoritas. No le avisé a Valerie que iría por ellas porque quería sorprenderlas. Estaba algo ansioso, así que para distraerme encendí la radio. Una música suave se hizo escuchar y de pronto empecé a mover la cabeza al ritmo de la música. Mientras lo hacía me di cuenta que después que conocí a mi hija, estoy más relajado, normalmente no era así, siempre vivía estresado, no tomaba tiempo libre y parecía no poder relajarme nunca.

Unos minutos después estacioné mi auto frente al destartalado edificio de apartamentos donde vivían Valerie y mi hija, esperaba que pronto pudieran venir a vivir conmigo, no me gustaba el lugar donde de vivían y la zona no parecía muy segura. No tuve que entrar, pues mi hija, Valerie y su amiga venían saliendo hablando muy animadas.

Mi hija llevaba puesto unos vaqueros negros, una blusa morada, zapatillas deportivas blancas y tenía el pelo atado en una perfecta coleta de la que no se salía ningún mechón de cabello, estaba preciosa. Valerie llevaba una camisa se botones azul, una falda de tubo negra y zapatos de tacón no tan altos, llevaba sus rizos sueltos y se había maquillado de manera sutil.

—Mira mamá es Ty. —gritó mi hija señalandome emocionada.

Valerie me miró, primero vi reflejada la impresión por no esperar que apareciera por aquí, luego fue notable su sonrisa, le había gustado la sorpresa al igual que a nuestra hija.

Trabajando Con Mi Ex (Libro I) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora