Capítulo Seis

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Tyler

Cuando me desperté esta mañana tenia una sensación extraña, era como la antelación a algún acontecimiento importante. Lo asocié a los negocios, pensé que tal vez hoy cerraría otro buen trato y por eso tenía esta sensación que no se iba.

Llegué a la empresa muy temprano, normalmente cuando me ausentaba tantos días, llegaba temprano a la oficina para ponerme al día con los pendientes que nunca faltaban. Me sentí extraño por no recibir un mensaje de mi secretaria con los pendientes del día, eso era algo que Estela solía hacer todos los días. Y que a veces me molestaba por lo insistente que podía ser, pero hoy lo había extrañado.

Recordé que desde hoy tendría una nueva secretaria. La verdad no me gustaba la idea, ya Estela sabía mi forma de trabajar por lo que ella y yo nos entendiamos. Y una nueva secretaria significaba alguien que no sabía como me gustaba trabajar y que tendría que acoplarse. Y no es que fuera malo, pero yo suelo ser muy perfeccionista.

Hice mi recorrido habitual hasta mi oficina con la quietud de la empresa cuando aun no llegaban los empleados, puesto que era muy temprano. Estaba terminando unos negocios en México, específicamente en Cancún. Donde tenia un hotel en el que se estaban haciendo algunos cambios, por lo que necesitaban de mi presencia para tomar decisiones.

Entré a mi oficina, la cual olía a limpio y las luces se encendieron. Puse mi maletín en el sofá y me senté en la silla de mi escritorio. Sin perder tiempo empecé a revisar unos papeles que necesitaban mi firma, empecé a leerlos con detenimiento. Me sumergí tanto en los papeles que leía que no me di cuenta que ya era hora de que mi secretaria llegara. Escuché que alguien tocaba la puerta y deduje que sería ella. Miré el reloj en mi muñeca izquierda cersiorandome de que llegaba temprano. Faltaban cinco minutos para la jornada laboral. Pero me gustó que llegara puntual, yo amaba la puntualidad, no me gustaba perder tiempo ni que me lo hicieran perder. Así que, alcé la voz un poco para decirle que podía pasar y no levanté mi vista de los papeles que leía hasta que escuché algo impactar en el suelo. Mi vista fue a parar a donde yacia una libreta azul con muchas mariposas y una pluma. Fui subiendo mi mirada hasta unos bonitos tacones negros no muy altos. Seguí subiendo y vi una bonitas piernas enfundadas en unas pantimedias negras que me hicieron pensar cosas no muy buenas, seguí ascendiendo hasta visualizar una falda negra hasta un poco más arriba de las rodillas pero no demasiado. Entonces cuando finalmente mi ojos se encontraron con lo de la persona que había entrado en la oficina me quedé paralizado.

Unos ojos marrones que conocía demasiado, estaban mirándome, Valerie Smith estaba frente a mi mirándome con horror. Podría decir que hasta parecía asustada, a mi mientras, me invadió la sorpresa y luego el enojo se hizo presente, pero no por las razones que debería. Estaba enojado porque después de ocho años sin verla, de que ella me haya dejado, seguía causando estragos en mi. Sentía mi corazón latir desbocado y sentía una presión en mi entrepierna. Valeria estaba tan hermosa como siempre o quizás más. Se veía más madura y tenías más curvas.

Después de años ahí estaba ella, con sus bonitos rizos sueltos y su perfume frutal inundó mis fosas nasales llevándome años atrás. Pero el final no había sido bonito y ella no era tan angelical como se veía.

-¿Que mierda haces aquí? -pregunté con tono duro y poniéndome de pie.

-Soy... tu nueva secretaria. -dijo en un hilo de voz.

Esto tenía que ser una puta broma.

-¿No hablas enserio?

-De hecho si.

Respiré profundo e incluso tuve que salir de mi oficina para no respirar su mismo aire, sin duda me había agarrado fuera de base, siempre pensé que cuando la volviera a ver, sabría como reaccionar pero es obvio que del dicho al hecho hay mucho trecho. Porque pensé que cuando la volviera a ver no sentiría más que desprecio por ella. Pero mi maldito cuerpo me estaba traicionando porque si bien es cierto que verla me hizo enojarme al recordar la forma en que terminó lo nuestro, sin embargo no contaba con que también tendría estas ganas inmensas de follarla sobre mi escritorio y arrancarle esas bonitas pantimedias.

Yo que siempre parecía tener el control, que nunca nadie lograba sacarme de mis casillas ni desestabilizarme, iba en dirección a mi auto para salir de aquí. Necesitaba poner en orden mis ideas, necesitaba estabilizarme antes de volver a mi oficina, antes de enfrentarla. No quería que ella me viera así, no le iba a dar el gusto de ver que después de tanto, aún lograba esas reacciones en mi.

Mientras conducía tomé mi móvil para llamar a Alexander. Necesitaba hablar con alguien o iba a explotar. Él contestó al tercer tono y antes de que pudiera decir algo me adelanté y hablé yo.

-¿Estás en tu oficina?

-Si ¿pasa algo? te escuchas agitado.

-Estoy conduciendo hacía tu oficina, cuando llegue te cuento.

-De acuerdo, aquí te espero.

Media hora después estaba en el bufete de abogados de la familia de Alex. Cuando su secretaria quiso decirme que espere para anunciarme, entré tras de ella sin importar que me miraba con cara de pocos amigos, era bastante obvio que era nueva, pues nunca debía avisarme cuando iba a la oficina de Alex. Este estaba en una llamada, que colgó tras verme.

-Está bien, Sol. No pasa nada.

Cuando la chica salió y cerró la puerta me senté en la silla que le pertenecía a Alex.

-Vi a Valerie. -solté sin más.

-¿Espera que?

-Valerie Smith, mi novia de la secundaria es mi nueva secretaria.

Él me miraba sin poder creerlo.

-¡Mierda! Eso si es inesperado. -fue hasta el pequeño mini bar que tenía en una esquina de su oficina y me sirvió un whisky a las rocas. -Creo que lo necesitas.

Me lo tomé de un trago y fui por más.

-Tu nunca tomas tan temprano, verla enserio te afectó.

-La odio.

-Creo que lo que odias es no poder odiarla.

El bastardo me conocía bien, después de todo era mi mejor amigo de toda la vida y él había presenciado de cerca lo mucho que amé a Valerie, ella era mi vida. Y pensé que ella me amaba de la misma manera, pero estaba muy ciego de amor para ver quien era ella en realidad.

-No digas estupideces. -fue lo que dije porque no admitiría en voz alta que verla causó sensaciones en mi que nunca pensé que precisamente ella causaría.

-No son estupideces, es obvio que verla te afectó. No eres alguien que pierde los estribos fácilmente, pero verla te hizo salir de tu oficina y conducir hasta aquí, además de tomar alcohol a esta hora de la mañana. A mi no me parece que son estupideces.

Me puse de pie, acomodé mi corbata y caminé hacía la puerta.

-¿Que vas a hacer?

-Volveré a mi oficina y trataré a Valerie como lo que es.

-¿Y que es? -me preguntó arqueando las cejas.

-Mi secretaria.

Entonces salí de la oficina de mi mejor amigo, llegué a mi auto y tardé unos minutos frente al volante pero sin ponerlo en marcha.

-No dejaré que ella me afecte. -me dije a mi mismo, mientras ponía mi auto en marcha.

Era hora de enfrentar a Valerie.

N/A : Ha sido una semana buena en cuanto a la inspiración 😁 así que les traje un nuevo cap :) sean buenos y si les gusta déjenme un voto y un comentario, me haría feliz :)

Espero estén bien. Yo estoy muriendo de gripe 🤧

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Trabajando Con Mi Ex (Libro I) 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora