on stage » bts; myg + kth

13.

Mis brazos rodeaban a Taehyung por el pecho mientras mi cabeza permanecía recargada sobre el costado de su hombro. Su alarma había sonado aproximadamente unos cinco minutos atrás sin embargo él seguía con los ojos entrecerrados, en el limbo entre el sueño y la realidad. Sonreí al alzar la cabeza para mirarle desde mi posición y resbalé una de mis manos hasta su nariz, apretujando entre mis dedos índice y pulgar su punta redonda.

—Taehyung... —susurré al alargar la última sílaba, apretando de nuevo—. Es hora ya. Despierta, dormilón.

Se quejó despacio, casi en un ronroneo, y arrugó la nariz cuando volví a molestarle oprimiendo la punta. Entonces abrió poco a poco sus ojos para hacer ademán de querer morderme la mano que estaba tan cerca de su cara. Me quejé soltando un indignado "¡yah!" mientras él sonreía y estiraba los músculos de su cuerpo, finalmente desperezándose.

—Hey. Tienes la cara toda hinchada —dije por lo bajo, paseando mi vista por su rostro adormilado—. ¿Estás bien? ¿Pudiste descansar?

—Buenos días, guapa —me miró y aún con una sonrisa pequeña de labios pegados me dio un beso en la frente, estirando su brazo para rodearme por encima de mis hombros—. Estoy bien, sí. Sólo... no pude dormir hasta muy entrada la madrugada. Tengo mucho sueño.

Chasqueé la lengua con un pequeño puchero en los labios mientras Tae utilizaba su mano libre para restregarse los ojos. Largó un gran bostezo, casi tan sonoro como los estornudos que soltaba de vez en vez. Eran tan ruidosos como los de mi padre y, honestamente, eso ya era decir mucho.

—Joder, Tae. ¿Por qué no me despertaste? Te hubiese preparado un té caliente o... no sé, de menos te hubiera acompañado en lo que te daba sueño.

—Mh —sonrió suave volviendo a estirarse—. Lo pensé, pero preferí no interrumpir el concierto.

—¿De qué hablas, tonto? ¿Qué concierto?

Fruncí el ceño con una sonrisa de confusión en mis labios. Entonces Tae comenzó a reír suave, girándose para quedar frente a mí mientras me sostenía de la cintura con sus dos manos para finalmente morderse la punta de la lengua.

—Pues el de tus ronquidos, obviamente.

—¡Yah! —di un par de golpeteos en su pecho mientras él se reía y buscaba llenar mi cuello y mis mejillas de besos—. ¡No te escucharás a ti mismo pero roncas más que mi padre, Kim Taehyung!

—Te adoro, Seori —musitó contra mi piel. Le di un coscorrón en la frente ante el que él volvió a reírse, terso—. Pero hasta esos conciertos tuyos me encantan. Adoro que sean para mí y sólo para mí.

Un pequeño dolor en el centro de mi pecho se hizo presente cuando le escuché decirme aquello. Sellé y retraje ligeramente mis labios tratando de evitar formular un puchero que delatara mis acongojadas emociones y sólo me dediqué a chascar la lengua por lo bajo, sonriéndole al final. Los ojos de Tae se perdieron momentáneamente en mi rostro mientras llevaba una de sus manos a acariciar mi mejilla con delicadeza, como si quisiera capturar aquel instante; hacerlo durar para siempre.

—Y no recuerdo si te lo he dicho antes... pero te ves preciosa mientras duermes.

—Si no te quisiera tanto probablemente habría salido corriendo justo ahora, Taehyung —jugué, provocándole una risa pequeña y un tanto boba.

—Bueno, en mi defensa desde un inicio te hice saber que sería tu sasaeng. No puedes culparme si ya estabas advertida.

Nos reímos en conjunto para tratar de ignorar aquel sentimiento que se había vuelto el gran elefante en la habitación. Esa sensación de tristeza, una extraña nostalgia cargada de anhelo por algo que ni siquiera había ocurrido todavía y que cuando tratábamos de ignorar se sentía como querer tapar el sol con un dedo. Al principio era más fácil de ocultar, pero conforme el paso de las semanas, se había vuelto cada vez más difícil, asfixiante y casi imposible pretender.