Samuel aparta sendas puertas acristálalas a los lados, pasando del ambiente frío y silencioso a otro notablemente más cálido y con un ruido blanco constante de fondo.
Ante sus ojos se impone un largo túnel similar a aquellos que pasan por debajo de las montañas. El suelo aparenta ser asfaltado y pintado con líneas cortas idénticas a las de una autopista. Subiendo la mirada encuentra la fuente del rumor resonante, siendo esta una gran cantidad de ventiladores gigantescos repartidos por pares cada cincuenta metros. En las paredes de hormigón se encuentran distribuidas hacia el horizonte dos filas de puertas con símbolos que Samuel no logra identificar.
- Sin entidades y completamente solo, ¿eh?- suelta el chico en tono irónico.
A pesar del traqueteo de los motores encima de su cabeza, el joven no tiene sensación de estar intimidado por algo o alguien en esta ocasión. Sus ojos parecen haberse relajado y la expresión desencajada por la caída se ha transformado en otra con semblante de confianza. Samuel se decide a acercarse a una de las puertas y tratar de abrirla.
- Cerrada- suspira tras proferir un par de empujones contra la madera de color ocre.
Se dispone a avanzar hacia la siguiente puerta de la misma acera, no teniendo éxito tampoco.
- Tú también, ¿eh?
Trata de abrir a la fuerza un par de puertas más, no siendo capaz. Respira hondo tres veces y cruza a la otra parte del túnel, intentando nuevamente acceder al interior de alguna de ellas. Los trompazos no quiebran ni lo más mínimo los pomos o los marcos de las entradas, provocando que el chico comience a impacientarse.
- Venga ya... Tiene que haber alguna forma de salir de aquí -hace una pausa para revisar su entorno en busca de algo que le indique una respuesta- son solo unos trozos de madera.
Samuel camina con leve agitación mientras se posiciona en el centro de la carretera, mirando en todas direcciones intentando ver una alternativa para no tener que comprobar todas las puertas una a una. Avanza con rapidez, pisando las líneas blancas bajo sus pies, dejando pasar tras de sí las hileras de rectángulos a sus lados.
- Un pasillo. Puede que lleve a una cámara secreta o algo así -Samuel se mofa de su situación, transformando sus nervios en ganas irremediables de tomar el tunel aledaño.
Al asomarse por el orificio, el cual tiene poco más de dos metros de altura, aprecia que al otro lado del camino repleto de luces perecidas a las de una mina existe un resplandor anaranjado brillante. Se adentra en el túnel, observando con máxima quietud la deslumbrante luz naranja crecer en intensidad. Con cada paso que da se percata que la luz comienza a dejar ver una hilera de puertas del mismo color a las que ya ha tratado de forzar.
- Esto tiene que ser una broma -el joven corre en dirección a la salida con urgencia- no puede ser lo que creo que está pasando.
Llega al final del angosto espacio, visualizando lo que sospechaba: se encuentra en un túnel idéntico al que acaba de abandonar, con una carretera igual, líneas distribuidas intermitentemente y dos aceras con puertas en cada una de ellas.
- Esto tiene que ser una broma - Samuel se arrodilla y comienza a desesperarse -¡¿después de lo que he pasado me voy a quedar encerrado en un sitio para nada peligroso?!
Mira a la izquierda y a la derecha, viendo como las infinitas carreteras son empequeñecidas por los voluminosos ventiladores que cuelgan del techo del túnel. El chico, con cierto desasosiego, se dirige a la acera contraria, apretando el pomo de la puerta justo enfrente de él como si su vida dependiera de ello.
- ¡Ábrete, por favor, ábrete! -le espeta a misma, girando con impotencia la muñeca, sin lograr que la puerta se abra lo más mínimo.
Samuel desiste, apoyando los puños contra la madera áspera. Se desliza hasta caer al suelo y deja caer los brazos hasta el suelo con lentitud. A la par que se posiciona sobre su rodillas, sus ojos comienzan a lagrimear, tratando este de retener el impulso de llorar de rabia.
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The Backrooms: la otra realidad
Mystery / ThrillerA veces las peores pesadillas son las que uno experimenta en vida y es que...*La realidad supera la ficción*. Esto es justo lo que le sucede a Samuel, joven que sin saber cómo, acaba en un suelo húmedo, el cuál será el inicio de un tormento. Este ev...