Samuel pasa del ambiente lúgubre de La Encrucijada a otro notablemente iluminado y en el que se respira un aire más puro. Frente a sus ojos se alza un árbol que alberga una casa de madera entre sus hojas, el cual está rodeado a su vez de un césped pulidamente cortado y con vallado dispuesto de forma rectangular.
- Esto es... ¿Mi jardín? -el chico se sorprende al comprobar cómo cada detalle de aquel lugar es idéntico al del mundo real.
Tarda poco en darse cuenta de que aquella casa es la que él y su hermana ayudaron a construir con su padre.
- Sara... No te imaginas lo que daría por volver a subir ahí arriba otra vez a tener esas largas tardes de charlas "sabrosas y salseonas", como tú las querías llamar.
El chico se ajusta la capucha de la sudadera, al notarla ligeramente torcida de un lado. Al recolocarla, nota como un pequeño papel se cae al suelo, quedándose parcialmente desdoblado. Samuel lo coge casi sin pensarlo y termina por desvelar el contenido.
"Siento mucho tener que hacerte pasar por esto, pero te he visto con bastante actitud y confío en que podrás con el desafío y mucho más.
Por motivos obvios solo puedo decirte que has entrado en el nivel 18 y que aquí te enfrentarás a tus recuerdos más amargos. Aunque no lo parezca, la felicidad que experimentes al principio se transformará en voces y visiones no tan apacibles, por lo que te recomiendo que estés alerta. Como tal, no hay entidades, pero aquí el peligro más inmediato eres tú mismo. Ándate con ojo y no prestes atención a lo que suceda en tu entorno, solo céntrate en luchar tus temores y encontrar la salida.
Y si, lo sé. Soy consciente de que parezco arisco, pero esto lo he hecho por tu bien. Quiero asegurarme de que tu viaje no acabe tan pronto. Nos vemos dentro de poco. Cuento con ello".
- Al fina resulta que no eras tan borde como aparentabas -Samuel suspira con actitud relajada, metiendo el papel en la mochila- ¿Quién sabe si me puede servir más adelante?
Una brisa que mueve sinuosamente el césped del jardín desvía la atención del chico, provocando que desplace la mirada de nuevo hacia la casa del árbol. La corriente de aire le despeina, provocando que tenga que ajustarse el peinado con ambas manos.
- Debería ver qué es lo que hay en este lugar, quizás algo me ayude a encontrar la manera de salir.
Samuel da un paso al frente, sintiendo un repentino escalofrío que le deja petrificado. Una voz familiar hace que se gire sobre sus talones y mire en la dirección opuesta.
- ¡Sa, eres idiota! - el joven agudiza el oido para localizar la fuente que reproduce la voz de su hermana.
- ¿Sandra? ¡No, no eres mi hermana! - espeta al aire, aún con el cuerpo paralizado.
- Mamá y papá nunca quisieron que tuviera un hermano. No has hecho más que estorbar. ¡Nunca me encontrarás! Me fui por tu culpa. Si no hubieras nacido nada de esto habría pasado.
Samuel está en shock. Las palabras que acaba de escuchar tienen el tono de voz angelical de Sandra, pero aún así desconfía. Su mirada se torna airada, como si ante él se alzara un muro inquebrantable.
- ¡Mi hermana jamás diría semejante barbaridad! Ella siempre me ha querido y me lo ha hecho saber -se le empiezan humedecer los ojos, ante lo cual, trata de mantener la compostura y el tono firme de voz- Además, estoy convencido de que si ha llegado a decirme eso es por los celos normales de cualquiera que acaba de tener un hermano pequeño.
- Sa, no te mientas. Si realmente me quisieras, no habrías dejado que desapareciera.
- Sabes de sobra que nunca habría permitido que te pasara nada y jamás de los jamases me lo hubieras echado en cara aunque hubiera sucedido. En la vida hemos tenido algún problema importante más allá de las discusiones por ver quién acababa antes de desayunar.
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The Backrooms: la otra realidad
Mystery / ThrillerA veces las peores pesadillas son las que uno experimenta en vida y es que...*La realidad supera la ficción*. Esto es justo lo que le sucede a Samuel, joven que sin saber cómo, acaba en un suelo húmedo, el cuál será el inicio de un tormento. Este ev...