Funámbula

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¿Y yo, ahora, qué soy?
¿Y yo qué soy, más que tu acompañante?
Mi aciago ser te doy,
mi encantador amante...
Te suplico, adormece mi alma errante.

Que no acabe el camino,
porque me es tan difícil liberarte...
¿Es un castigo divino,
o es sólo un punto y aparte?
Yo tan solo quiero amarte, salvarte...

Duele ver que te pierdo.
Mi torpeza te arranca de mis brazos
y, por mí, nuestro acuerdo,
ahora hecho pedazos,
sufre los impactos de mil balazos.

Lira sin melodía,
ser únicos y ya no una mitad.
Parece cobardía,
falta de voluntad,
el reflejo de mi deslealtad.

Pero me saludó
y entonces me dio un vuelco el corazón...
Mi amor no te dudó,
fue como un tropezón.
Ya sabes que él no apela a la razón.




El amor puede parecer un juego de funambulismo, ¿no creéis?

Las circunstancias te ponen en la cuerda floja, y mantenerte allí arriba depende de tu agilidad y habilidad. ¿Pero qué pasa cuando ni siquiera tu mejor versión está a la altura de la situación?; ¿cuando tu corazón va un par de pasos por delante de tu razón, y de repente la cuerda se tensa?; ¿cuando todo te confunde? Pues, hace un par de días, en clase de filosofía del arte, me dijeron que el verdadero Eros se encuentra en esta tensión, en la unión de dos puntos.

A pesar de esto, no creo que se pueda aplicar al Eros en su más pura esencia: cuando el amor se tensa, puede llegar a ser peligroso. No niego que en este momento decisivo se deben mostrar cuáles son nuestras intenciones y cómo de puro es nuestro sentir, pero no me creo que el amor real sea dicha tensión. Se me haría demasiado triste creer que estamos hechos para sufrir de manera tan innecesaria... Sólo diré que el amor es bonito cuando es sincero, y que no me gusta en absoluto el funambulismo.

Enlace a la publicación de Instagram —también lo tenéis en mi perfil—: https://www.instagram.com/p/CyI-Q7OoO28/?igsh=bmx1dmU1aDk3bnNi

Charlas, una colección de poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora