Mientras me sumergía en el debate interno sobre mis propios sentimientos y responsabilidades como terapeuta, una voz interior insistente me recordaba la importancia de mantener la objetividad y la profesionalidad en mi enfoque hacia Jungkook. A pesar de la perturbadora revelación que acababa de hacer y de las emociones contradictorias que despertaba en mí, debía recordar que mi principal objetivo era ayudar a este hombre a superar sus problemas mentales y emocionales.
Con determinación, continué la sesión, explorando más a fondo las raíces de los conflictos internos de Jungkook y buscando posibles estrategias para abordarlos de manera constructiva.
Sin embargo, a medida que la sesión llegaba a su fin, una sensación de inquietud persistente se aferraba a mí. A pesar de mis esfuerzos por mantener la calma y la compostura, la confesión de Jungkook seguía resonando en mi mente, dejando una marca indeleble en mi conciencia.
"Ahora luchó internamente con el deseo de querer poseerte." dijo, con una seriedad que heló mi sangre, pero que, inexplicablemente, también despertó una chispa de emoción en lo más profundo de mi ser.
¿Cómo podía lidiar con la complejidad de esta situación sin comprometer mi integridad profesional ni poner en peligro mi seguridad?
Mientras salía de la sala, me di cuenta de que este sería solo el comienzo de un viaje tumultuoso y desafiante, tanto para Jungkook como para mí. Pero estaba decidido a enfrentar los desafíos que se presentaran con valentía y determinación, sabiendo que, al final del día, mi compromiso con la salud mental y el bienestar de mi paciente prevalecería sobre cualquier otra consideración.
De regreso a mi oficina, me siento frente a mi escritorio y abro el expediente de Jungkook. Las páginas están llenas de notas meticulosas, intentos de descifrar la mente compleja y retorcida de este hombre. Pero por más que lo intente, sigo sin poder comprender completamente su naturaleza.
Me estremezco ante el recuerdo, consciente de lo peligroso que es permitirme sentir algo así por un paciente, especialmente uno tan volátil como Jeon. Sé que debo mantenerme firme en mi profesionalismo, que no puedo permitir que mis emociones nublen mi juicio. Pero a veces, es difícil recordar eso cuando estoy cara a cara con el abismo que es su mente.
Cierro el expediente con un suspiro resignado y me obligo a apartarlo. No puedo permitir que Jungkook se convierta en una obsesión para mí, una sombra que oscurece mi juicio y mi ética profesional. Mi deber es ayudarlo a encontrar la paz dentro de sí mismo, aunque eso signifique enfrentarme a la oscuridad que habita en su interior.
Con determinación, me levanto de mi escritorio y decido dejar atrás las dudas y las emociones conflictivas. Mañana será otro día, otra oportunidad para desentrañar los misterios que rodean a Jungkook y ayudarlo a encontrar el camino hacia la redención, antes de que sea demasiado tarde para ambos.
El día había sido agotador en la clínica, especialmente con Jungkook, cuyo caso absorbía gran parte de mi tiempo y energía. Justo cuando estaba a punto de llegar a casa, mi teléfono sonó. Era Namjoon, el hombre del que había estado enamorado durante tanto tiempo.
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Mi Dulce Sufrimiento. [KookTae]
Rastgele- Jeon Jungkook. - ¿Es de él del que quieres hablar? - Así es... quiero que tengas mucho cuidado con él, Taehyung, es muy peligroso. - Creo que deberías de decirle eso a su psiquiatra. - ¿Aún no te lo han informado? - ¿Que cosa? - Es exactamente p...