Capítulo 13

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El reloj marcaba las diez de la noche cuando el psiquiatra, el Dr. Kim, regresó a su casa. Las manos le temblaban más que nunca, y su corazón latía con fuerza descontrolada. Cerró la puerta con un susurro, como si temiera despertar a algún monstruo dormido en las sombras.

Se quitó el abrigo y se dejó caer en el sofá, sintiendo el frío del cuero bajo su piel. La luz de la lámpara parpadeaba débilmente, sumiendo la habitación en una penumbra inquietante. Apretó los puños con fuerza, intentando contener el temblor de sus manos, pero era inútil. La imagen de Jungkook, con su mirada fría y su sonrisa retorcida, se había grabado a fuego en su mente.

Taehyung se levantó con un suspiro y se dirigió a la cocina. Necesitaba algo para calmar sus nervios, aunque sabía que ninguna bebida podría hacer desaparecer el miedo que lo consumía desde que el psicópata lo obligó a aceptar ser su pareja.

Mientras llenaba un vaso de agua, los recuerdos del encuentro con Jungkook invadieron su mente. La amenaza, la sensación de impotencia, el terror de saber que su vida ahora estaba en manos de un asesino despiadado. ¿Cómo podría vivir con esa sombra acechándolo en cada esquina de su existencia?

El sonido de un crujido en el suelo lo sacó de sus pensamientos. Giró lentamente hacia la entrada de la cocina, con el corazón en un puño. La luz parpadeó nuevamente, proyectando sombras siniestras en las paredes.

—¿Quién está ahí? —susurró, apenas audible, incluso para sus propios oídos.

El silencio fue su única respuesta, pero pudo sentir el peso del miedo en el aire, denso y palpable. Cerró los ojos por un instante, tratando de reunir el coraje suficiente para enfrentar lo que sea que estuviera esperándolo al otro lado.

Con pasos vacilantes, se acercó a la entrada de la cocina y encendió la luz. Un suspiro de alivio escapó de sus labios al ver que estaba solo. Al parecer, su mente le estaba haciendo malas jugadas.

Se obligó a volver al sofá y se sentó con la mirada perdida en el vacío. Sabía que no podría escapar de esa pesadilla en la que se había convertido su vida, al menos no por ahora. Pero él seguiría luchando, buscando una forma de liberarse de esa oscuridad que amenazaba con consumirlo por completo.

Se dejó caer en el sofá, sintiendo el peso del cansancio acumulado en cada fibra de su ser. ¿Cómo podría enfrentar esta situación? ¿Cómo protegerse a sí mismo y a quienes lo rodeaban sin exponerlos al peligro que representaba aquel individuo?

Se pasó una mano por el rostro, buscando claridad en medio del caos de sus pensamientos. No podía involucrar a la policía, eso solo pondría en riesgo su vida aún más. Tampoco podía confiar en sus compañeros o amigos; no quería poner en peligro sus vidas. En especial a Namjoon. Si Jungkook se llegara a enterar de los sentimientos que tiene hacia él, no quiere ni imaginar lo que sería capaz de hacerle.

"¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer?" Eran las preguntas que rondaban su mente. Se sentía atrapado en un laberinto sin salida, con el peligro acechando en cada esquina.

Intentó encontrar una solución en su mente, pero todo lo que vislumbraba eran callejones sin salida. No podía permitir que Jungkook controlara su vida, pero enfrentarlo directamente podría ser fatal.

Decidió darse una ducha, esperando que el agua caliente ayudara a calmar su mente agitada. Se dirigió al baño y se miró en el espejo. Sin embargo, lo que vio lo dejó sin aliento.

Marcas rojas rodeaban su cuello, como huellas dejadas por unas manos implacables. Recordó el momento en que el Jungkook lo había agarrado del cuello, amenazándolo con arrebatarle la vida.

Una oleada de terror recorrió su cuerpo. La realidad de la situación se volvió más clara que nunca: estaba más que en grave peligro. No podía permitir que el psicópata siguiera controlándolo, pero ¿cómo detener a alguien tan despiadado?

Mi Dulce Sufrimiento. [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora