Bastian Volkov...
Las cuatro paredes de mi oficina me están volviendo un jodido loco, no puedo parar de pensar en lo que pasó esa maldita noche, llevo más de dos horas tratando de concentrarme en el maldito contrato y no puedo.
Estuve a punto de romper la promesa que le hice, casi la abandonó...
En cuanto Theodore me soltó aquella bomba en la cara, le he ordenado que no se separe de ella, que la custodie en una distancia prudente, que se aprenda su rutina y que siga cada uno de sus pasos, hasta que yo pueda terminar con todas estas reuniones viajar a los Estados Unidos para poder confirmar si es o no es ella. Pero hace una semana no se sabe nada de ella, es como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra y eso me trae totalmente loco.
Aun me quedan dudas, durante todos estos años el resto de mis agentes, que fueron especialmente contratados para encontrarla, me han informado varias veces sobre el supuesto paradero, pero al llegar, ella no es quien busco. Pero esta vez ha sido Theo y eso me sorprende, el al igual que yo, tenemos un vago recuerdo de ella por lo que me descolocó mucho la imagen que me mandó. Hasta donde yo sabía mi princesa no tenía el cabello negro y eso era lo que más perdido me tiene.
-Toc toc- Salgo de mis pensamientos- Adelante
-Perdón molestarlo señor Volkov... Pero tenemos un inconveniente afuera- Me informa mi secretaria-
-¿Y ahora qué es lo que sucede?- Me lleve mis manos a la cabeza masajeándomela con los dedos tratando de no perder la paciencia-
-La señorita Lombardi se encuentra en la recepción y me está exigiendo verlo a usted-
- ¿Y porque mierda la han dejado subir?- La miro enfadado-
- Le ha dicho a los de seguridad que es su prometida..., lo siento señor- Agacha el rostro-
-Suspiro tratando de tranquilizarme- Hazla pasar y estate atenta al teléfono-
-Si señor- Se retira de la oficina, pero no pasas ni cinco segundos que entra Rebecca-
-Hola cariño- Habla acercándose con una sonrisa que deslumbraría a cualquiera, pero no a mí,
-Rebecca sabes que no tienes que estar aquí- La miro seriamente-
-Yo estoy muy bien gracias por preguntar- Contestó con fingida indignación- Quiero que vayamos a cenar esta noche- Se sienta en el sillón que está al frente mío, cruzando las piernas haciendo que se suba un poco su vestido-
-Pero yo no, ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?
-Anda cariño, estas muy estresado- Se levanta y camina poniéndose detrás se mi silla y pasa sus por mi espalda haciéndome un tipo de masaje, que se siente más a un manoseo que un masaje- Estas muy contracturado amor, no te vendría mal la salida, podríamos comer en algún restaurante de eso que tanto te gustan, para sacar tus dolores de cabeza y malestares....- Se inclina para hablarme al oído- Y luego ir a tu departamento para que liberes todo tu estrés- Me besa la mejilla-
-Tomo sus manos y las aparto de mi cuerpo poniéndome de pie- La única salida que me sacara el dolor de cabeza que tengo es la tuya, así que haz el favor de irte y de dejar de decir que eres mi prometida-
-El contrato di...-
-Me importa una mierda lo que diga- Tomo el teléfono y me responden de la otra líneas- Señorita Nuñez llame a seguridad para que escolten hacías la salida a la señorita Lombardi- Dejo el teléfono en el escritorio otra vez-
-¡¿Porque nunca quieres poner de tu parte para que esto funcione de una maldita vez?!- Grita dirigiéndose hacia el sillón donde estaba sentada-
- ¡¡Porque tú no eres ella!!- Grite totalmente furioso-
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Me encontré
RomanceA ella toda su vida le dijieron que hacer, como vestir, que pensar, que cosas pueden o no gustarle, que sentir, creando así, una nueva versión de ella. Pero nada puede esconderse por tanto tiempo debajo de las piedras... A causa de la aparición de p...