Me encontré

1. Ucero

Hace 20 años atrás....

Por un oscuro pasillo 2 pequeños traviesos caminaban sigilosamente, para no ser descubiertos ni por la seguridad de la casa ni por sus padres, con el objetivo de llegar al cuarto de la de integrante más pequeña de la familia.

-Shhhh, si caminas rápido haces ruido con tus zapatos- Dijo susurrando el hermano mayor llevándose el dedo índice al los labios haciendo la mímica del silencio.

-Te recuerdo que a sido idea tuya escabullirnos- dijo malhumorado el hermano del medio, reduciendo la velocidad de sus pasos- Yo quería seguir durmiendo.

-Pero si seguias durmiendo no cumpliriamos la promesa que le hicimos a sorella, anda, no te quejes ya casi llegamos- doblaron hacia la derecha.

Al fondo de ese pasillo se encontraba la puerta de la pequeña hermana, al llegar abrieron la misma con sumo cuidado de no hacer tanto ruido y ambos entraron entrecerrando la puerta a sus espaldas, para luego caminar hacia la cama donde se encontraba su hermana durmiendo cómodamente.

-Sorella- Dice el más grande acariciando su hermoso cabello- Vamos despierta- Paso lentamente sus dedos alrededor de su nariz

-Mmmmm dejame dormir- Contestó ella entre sueños

-Anda pulguita levántate las estrellas ya salieron- La sacude el otro hermano

La pequeña abrió uno de sus ojos hermosos ojos celestes mirando al mayor -¿Salieron las estelas?-

-Si pequeña ya están las estrellas, vayamos a verlas un rato- Le estira los brazos

La niña de tan solo tres años recién cumplidos suelta un pequeño y corto bostezo, se estira en la cama y como si se tratara de un resorte salta a los brazos de su hermano de 6 años quedando adherida a el como si fuera un koala, mientras que su otro hermano toma unas de las tantas frazadas que se encuentran en la cama y le tapa la espalda, ya que las noches en Italia, comenzaron a refrescar bastantes debido a que se acercaba el cambio de estaciones. Los tres hermanos salieron de la habitación para recorrer nuevamente el pasillo, con la diferencia de que ahora bajaron las escaleras de mármol, atravesando así el magnificó living que se encontraba a los pies de las escaleras, avanzaron por el cuarto llegando así al comedor, para dirigirse a la cocina y poder salir por la puerta trasera al majestuoso patio.

-¿Fata mucho?- preguntó la niña refregándose los ojos y lanzando un pequeño bostezo que quedó ahogado por el pecho de su hermano-

-No, ya casi llegamos- Se dirigieron a la parte más oscura del patio, una vez allí los tres niños se acostaron en el césped, dejando a su hermana entre ellos y asá en silencio comenzaron a observar las pequeñas, hermosas pero distantes estrellas, pasó un buen rato hasta que el mayor reconoció una de las tantas constelaciones.

-Mira sorella, si unes esas estrellas encontrarás la constelación de Orión- Señaló al cielo y con su dedo fue uniendo imaginariamente las estrellas hasta formar la figura del cazador-

-Es es Usero- Dijo la pequeña ,un poco más despierta, señalando a la estrella más cercana a la luna y que brillaba más que el resto

-Se llama Lucero, no Usero- dijo el hermano del medio corrigiendo a la pequeña que a veces se le dificultaba algunas palabras-

Y así pasaron la mayor parte de la noche, los tres juntos observando las estrellas entre algunas bromas y risas, disfrutando la compañía que se brindaban mutuamente. Ellos eran los niños más felices ya que se tenían los unos a los otros y a pesar de no ser unos niños normales eran felices de todas formas. Esta anormalidad se debía a sus padres, no eran nada menos que los líderes de la mas grande mafia de Italia Lucio y Anna Stracci, ellos amaban más que nada en el mundo que los cuidaban y protegían de todo lo malo que los rodeaban, y aunque el hermano mayor estaba siendo incluido en el mundo que se manejaban sus padres, jamás dejaron que el pequeño perdiera las etapas de su niñez.