Capítulo 17~Eres tú

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Cuando TaeHyun despertó la suite estaba en completa penumbra, la escasez de luz que entraba por los grandes ventanales no ayudó a despejar su sueño con rapidez. Hacía demasiado tiempo, cinco años exactos, que no despertaba tan relajado, sin prisa, sin exaltaciones y en automático.

Los recuerdos de lo sucedido horas antes fueron excesivamente abrumadores para él. Nunca nada se había sentido igual, ningún encuentro sexual le había saciado tan rápido y de forma completa. La suavidad de la piel en BeomGyu, su olor a melocotón, sus ojos oscuros en deseo... su voz.

La jodida voz de BeomGyu gimiendo su nombre, la forma en que pasaba de ser ese niño demandante y rebelde a uno sumiso y complaciente en un parpadeo.

Girando de lado en la cama se encontró con la locura personificada en su vida. Por la Luna si su vida ya estaba escrita y planificada, se estaba llevando a cabo como debía ser esos últimos años, y la aparición de ese Omega estaba siendo una vuelta al pasado.

Tener a BeomGyu, a su lado, en la cama, desnudo, haciendo pucheros mientras dormía, era una segunda oportunidad para ser feliz.

Su ex novia había sido todo para él, su primer amor, su primer todo. ChaeWon era la madre de lo único bueno que había hecho en la vida, su SeungMin. Ella era bailarina de ballet, él un rebelde con ropas anchas y machacadas por el asfalto. Ahora, cinco años después, él era el estirado en traje y BeomGyu su chico del skate.

El menor se removió, borrando las angustias crecientes en el Alfa, para tan solo buscar donde anclarse. Terminó por tomar la gran mano del mayor, que casi cubría su rostro, y la abrazó contra su pecho ronroneando.

-¿Estás despierto? -Preguntó dulcemente el castaño.

-Depende de para qué. -Murmuró BeomGyu, TaeHyun soltó una leve risa nasal.

-Para comer. -Respondió, su cuerpo pidiendo cercanía y cediendo a abrazar al menor contra sí.

-Para comer siempre hay tiempo, hambre y uno nunca tiene suficiente sueño. -Ambos rieron en acople y finalmente BeomGyu abrió sus ojos. Al observar, por primera vez, las facciones relajadas de TaeHyun... el Omega supo que había caído por él tan profundo como roca al río.

Tras la cena en el puerto, donde jugaron piedra, papel o tijera para uno de ellos escoger, BeomGyu lo llevó a un puesto callejero que no pensó gustaría tanto al mayor

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Tras la cena en el puerto, donde jugaron piedra, papel o tijera para uno de ellos escoger, BeomGyu lo llevó a un puesto callejero que no pensó gustaría tanto al mayor. La conversación giró entorno a la comida, llevando de modo absurdo a ser sobre arte.

TaeHyun, ensimismado, escuchaba a BeomGyu hablar sobre el arte más desvalorizado y olvidado del mundo: la carpintería. La manera brillante, en la que sus ojos rasgados se expresaban, sobre las maderas, recortes, aristas, restauración, maquetación y tapizados en los muebles de su hogar le hizo a Kang creer que era solo un idiota suertudo con dinero.

Ahora, mientras BeomGyu le explicaba su pánico a decidir qué ser en la vida, las miradas de los transeúntes se quedaban fijas en ellos sin disimulo.

-Claro, sé que ya no soy un niño u adolescente. -Decía, siendo irónico, caminando sobre el borde de cemento que dividía la arena de la playa del paseo. -Pero combertir algo que me gusta tanto como la música o la carpintería en mi trabajo, sería cargarme un gran hobby. -Sus pies trastabillaron y TaeHyun fue rápido al alcanzar su mano.

-Entiendo lo que quieres decir. -Secundó, alzando su mano cuando BeomGyu elevó sus brazos para mantener el equilibrio. -Sabía que era bueno en las leyes, vengo de una familia de jueces. Tener este trabajo fue la elección fácil para no odiar mis aficiones.

-¿Y cuáles son tus aficiones? -El siguiente grito de BeomGyu cortó la respuesta ambigua que iba a dar el mayor. -¡Sí, es mi sugar daddy!

El dedo medio del menor, libre del agarre con TaeHyun, se había elevado hacia un grupo de ancianos que veían todo con horror. El Alfa, en un rápido movimiento, lo cargó sobre su hombro y se adentró hacia la oscura playa desierta huyendo de los gritos de los ancianos.

-¡Deja de sacarles el dedo! -Protestó, aún sin verlo, pero sabiendo que lo hacía, con ambas manos mientras colgaba de su espalda.

-¡Me estaban poniendo de los nervios! -Rebatió defendiento como obvia su acción. -No eres tan mayor a mi lado, solo nos miran así porque tú vas con traje y yo en vaqueros. -TaeHyun lo bajó a la arena blanda y lo encaró. -Por cierto, ¿es que no tienes nada más en tu armario que trajes? La gente no viene en traje a la playa. ¿Para estar en tu casa también te pones camisas? -Hablaba tan rápido, rojo de rabia por como lo habían juzgado esas personas, que a penas se le entendía. -Porque solo te he visto desnudo, en pijama o con traje; ¿sabes?

La manera, que descubrió más eficaz, de callar al menor fue con un beso suave pero pesado en sus labios. Una profunda presión que dejó bobo y parpadeando en busca de ubicación a BeomGyu.

-Tenía otra ropa, puede que aún esté por alguna parte de mi casa, pero llevo demasiado tiempo llevando solo trajes. -El Omega analizó sus palabras, ladrando su cabeza de modo tierno.

-¿Tiene algo eso que ver con tus aficiones? -TaeHyun, de nuevo, se preguntó cómo era posible que ese niño le leyera como un libro abierto.

-Yo... -Dudó, claro que lo hizo, pero solo el ruido del oleaje les rodeaba, la brisa movía con gracia su largo cabello azabache con mechas blancas y su piel brillaba bajo la luz de la luna de forma perlada. -Yo estaba en una banda y hacía skate...

-Eres tú. -La suave interrupción fue prácticamente perfecta. -Sí, eras tú. -La felicidad en su tono de voz fue música para sus oídos. -¿Cómo no me di cuenta antes?

-¿Yo? -Preguntó TaeHyun desconcertado. La proximidad entre ambos hizo que pudiera respirar el aroma a melocotón en exceso dulce, mostrando así la felicidad en el menor. -Joder. -BeomGyu rio ante la maldición perpleja del mayor. -Fuiste tú quien me dijo que de cada mala experiencia se podía sacar algo positivo.

BeomGyu asintió con emoción. Los recuerdos de años atrás acordándolos como si fueran del presente.

Las manos de TaeHyun abarcaron su rostro delicado, viendo esos gestos adorados en aquel adolescente que le salvó sin pretenderlo realmente. BeomGyu volvió a reír, para contener las lágrimas, de tener de nuevo ante él a quien le abrió la puerta a su felicidad y encontrar su camino.

Algo cambió, las conversaciones y el hecho de saber que se habían reencontrado, dejó que la atracción sexual se opacara por una más peligrosa y profunda.

Sentimientos, allí brillaban abiertamente sin ocultarse o avergonzarse, sentimientos.

-Fuiste tú quien me dijo que la música es la expresión de las almas atormentadas. -La lejanía fue rota por ambos, un nuevo beso con connotaciones diferentes y bellas. Ahora su sangre ardía como fuego, sus lobos aullando.

-¿TaeHyun?

-¿BeomGyu?

El jefe de mi sobrina (TaeGyu ~ Kang TaeHyun y Choi BeomGyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora