Kim BeomGyu nació de forma atroz y dolorosa, a su vez, siendo la mayor felicidad para su familia.
BeomGyu había resultado ser la mezcla perfecta entre la agonía y manías de su papi SeokJin y el desinterés y persistencia de su papá TaeHyung. Por otro...
-¿TaeHyun? -El mayor rompió el beso gruñendo molesto por la interrupción, buscando a su alrededor a quien fuera que le hubiera llamado.
-¿BeomGyu? -El llamado miró a su derecha para encontrarse con su amigo sin camiseta y en bañador.
-¿YeonJun? -Preguntó TaeHyun desconcertado.
-¿ChangBin? -Siguió, casi a la par, BeomGyu. La sonrisa ladeada, de burla y pícara, hizo reír al cuestionado. -Bonnie.
-Gyu. -Dijo de igual modo el Omega más bajo, ambos amigos abrazándose y dejando a los Alfas de lado.
-Ya. -Exigió TaeHyun cuando BeomGyu comenzó a besar el rostro de su amigo, YeonJun tiró del brazo de ChangBin hacia él.
-Es mi bestie. -Gritaron ambos como si aquello les diera derecho a manosearse y llenarse de besos. Ambos Alfas negaron, ambos Omegas los ignoraron.
-¿Qué haces aquí? -Preguntó BeomGyu a su amigo.
-Secreto. -Elevó su dedo meñique, BeomGyu lo enredó con el suyo. -Cuando nos inscribí en la guerra de bandas conocí a YeonJun. -Señaló al Alfa a su lado.
-¿Sigues con lo de la guerra de bandas? -Cuestionó TaeHyun a YeonJun.
-Este año hace cinco desde que ganamos. -Ambos menores los señalaron con tanta emoción que la cara seria y fría de Kang se rompió al ver a BeomGyu.
-¡¿Estábais en ma misma banda?! -Ambos mayores asintieron. -Que fantasía.
-Pero Tae dejó que todo quedara en el olvido. -La siguiente afirmación de YeonJun volvió a decaer el ambiente. BeomGyu lo sintió tanto que simplemente tomó la mano del Alfa y sonrió educado.
-Hablaremos el lunes cuando nos veamos en tu casa, Binnie. -Pidió abrazándose más y más al mayor. -De momento te pido que no digáis nada.
-No soy nadie para hacerlo. -Confirmó YeonJun cuando la mirada filosa, y a la vez suplicante, de BeomGyu cayó sobre él.
-Adiós. -Se despidió tirando del callado, serio y estirado, TaeHyun de nuevo.
Una simple mención de su pasado, algo que al hablarlo con él no había pasado tan atroz, lo había dejado desencajado. TaeHyun volvía a ser el frío señor Kang, BeomGyu se sintió inferior y cansado.
-Hey. -Susurró el mayor, consciente de cómo su actuar había afectado al risueño Omega. BeomGyu no se merecía que sus fantasmas lo ahogaran a él. Esa coraza que ponía frente a los demás, de indiferencia y seriedad, no la merecía quien podía hacerlo reír a carcajadas y latir cálido. -¿Qué opinas de que tire cuarto traje por ti?
-¿Qué? -Preguntó confuso, su ceño fruncido. -¡Tae! -Exclamó al ser se nuevo alzado, lanzado después al mar y recibiendo un cuerpo grande sobre el suyo para rodar juntos por la orilla.
Las carcajas de ambos, música celestial, el cielo y el mar unidos aquella noche en la orilla.
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-Tengo, el plan. -Dramatizó, sus manos alzadas sobre su cabeza, su cuerpecito delgado bailando ante la emoción de la idea que había tenido nada más levantarse.
-¿Debería tener miedo? -Preguntó TaeHyun con sus ambas manos en los bolsillos de la bata del hotel. -Algo me dice que sí.
-Cállate. -Lo señaló con una de las tortitas enrolladas que comía para desayuno. -Si me cumples este deseo, te prometo sexo salvaje a la vuelta al hotel. -TaeHyun elevó una ceja curioso repentinamente, BeomGyu rio a carcajadas contagiándolo. -Además, mi intuición de Omega me dice que esta idea te hará feliz.
-Acepto solo porque estoy intrigado. -BeomGyu besó castasmente sus labios, sonriendo y lamiéndolos después para retirar la pequeña mota de chocolate que había dejado en ellos.
-Mentiroso. -Burló, corriendo hacia su mochila para tirar todo su contenido sobre la cama. Varios conjuntos de ropa cayeron sobre las sábanas deshechas, el menor revisando cada una de ellas. -Esto para mí. -Apartó unos vaqueros cortos por la rodilla y una camiseta de manga corta gris con letras blancas. -Y esto... -Mostró unos vaqueros anchos, de corte recto y tachuelas que rasgaban sus enganches, junto a una camiseta blanca de emojis en negro. -Para ti.
-Gyu. -Murmuró negativo. La ropa obviamente le vendría, porque el Omega era más delgado que él, pero sus ropas siempre eran anchas y parecía haber buscado las más grandes de todas. Pero la simple idea de verse así de nuevo era demasiado sobrecogedora. De nuevo sentía que podía volver el tiempo atrás y no quería olvidarse de su presente, no quería dejar quien era ahora por un amor que le gustaría haber vivido en su adolescencia
-Por fa. -Juntó sus manos bajo su barbilla y pestañeó seguido. El viejo truco que su papi o su Hyung gastaban con sus parejas parecía estar derritiendo el hielo negativo en TaeHyun. -Por favor, cielo.
-Cariño, yo... -La apelación dulce y cariñosa, el mote que surgió solo cuando nunca lo había gastado con nadie ni nadie con él, le hizo temblar al escucharlo en su voz. Fue que BeomGyu le llamara "cielo", después de su conversación el día antes, lo que le hizo darse cuenta de la realidad.
BeomGyu no le hacía volver al pasado u olvidar quien era. BeomGyu no debía ser su amor adolescente.
BromGyu le recordaba quien era realmente, mezclando a la perfección su presente y pasado. BeomGyu era su amor de la madurez.
-Pero no puedo ir con mocasines y esa ropa, cariño. -BeomGyu saltó feliz, yendo a abrazarlo y besar su rostro repetidas veces mientras reía y provocando risas en él mismo.
-Busquemos unas zapatillas en la tienda del hotel.
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Horas más tarde, skates alquilados bajos sus pies, ambos recorrían la costa con sus manos entrelazadas.
-¡Lo sentimos! -Gritó BeomGyu cuando casi arrollan a una mujer por ir riendo y hablando entre ambos.
-¡En verdad no lo siente! ¡Es un mentiroso! -La faceta resuelta, ligera, bromista y divertida de TaeHyun eran bocanas de aire puro y con aroma a yogur para BeomGyu. Las ironías y sus frases bordes que nadie nunca había entendido ni compartido, el mayor parecía siempre adelantarse y apoyarlas.
-Tae, ven. -BeomGyu tiró de ellos, causando más caos a su alrededor, hasta detenerse frente a la puerta ee una tienda de comida rápida. -Hagámosnos unas fotos.
El fotomatón, con las escasas monedas que el menor portaba consigo, solo dio para hacer tres fotografías. En la primera ambos sonreían con sus mejillas pegadas a la cámara, en la segunda BeomGyu besaba su mejilla y en la tercera ambos pares de labios estaban unidos de forma inocente.
-Tae, tú podrías... -La pregunta comenzó a ser formulada, nunca terminada, cuando el mayor lo volvió a besar.
-Vayamos al hotel de vuelta. -Murmuró acariciando sus labios con cada palabra. -Quiero que mi lobo conozca el tuyo, necesito que mi Alfa acepte al Omega portador de semejante hombre maravilloso que eres BeomGyu.
