CAPÍTULO 11. Soy Inocente

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Me metí nuevamente por la ventana de mi habitación escalando el gran árbol que inclinaba sus ramas hacia ella.

Deje mi habitación hecha nada y me sucumbí entre las sabanas.

Me había desahogado con Jonathan realmente, él no era un mal chico después de todo, pero sabía escuchar más ahora que no éramos nada que cuando estábamos juntos, la verdad no me arrepiento de haber terminado con él, es mejor como amigo que como novio.

AL DIA SIGTE.

Tocan la puerta fuertemente y los gritos de mi madre retumban en mi cabeza.

-Sídney, ¡levántate!, vamos a la escuela.

No abrí la puerta, deje que golpeara la puerta hasta que se cansara y logre que se rindiera.

Abrí cuando supe que se había ido y me metí a la regadera. Salí del baño y fui a mi habitación para vestirme y proceder a salir nuevamente por la ventana. Ya se me hacía divertido bajar por el árbol sin que nadie se diera cuenta y además ahorrándome ver la cara de mi madre y de la hipócrita de Elizabeth.

En auto me demoraba 10 minutos en llegar a la escuela, hoy iba a averiguar cuantos eran caminando. No quiero saber nada de Elizabeth, ni de mi madre, ni de nadie que no sea Alaska y Gavin. Tenía que enfrentarlo porque como conozco a mi madre se ha metido en un lío

Camine un par de cuadras y escuché la bocina de un auto atrás de mí.
Volteé la cara y salude a distancia moviendo mi mano.

-¿Cómo sigues preciosa?- estaciona el auto al lado mío.

-Bien Jonathan.- esboce una sonrisa.

-¿Quieres que te lleve?

-No, caminaré, por algo no saque mi auto hoy.

-Bien, entonces te escoltare hasta la escuela.

-No soy una bebe, sabes que no quiero pelear con nadie haz lo que quieras.

Me siguió un par de cuadras más y me aburrí de que me siguiera así que me subí al auto.

-¡Vaya! Jonathan tu sí que puedes ser fastidioso.- dije mientras me sentaba en el copiloto.

-Yo sé que me amas.

Ruedo los ojos.- ya quisieras, ¿a dónde ibas?

-Al gimnasio, tú deberías volver a practicar boxeo eso distraería tu mente.

-Sí, realmente pienso volver, me hace mucha falta darte unos buenos puños.

Ríe a carcajadas.

-No te rías siempre acabas en el suelo.

-Eres mujer, y además mi ex novia, fuiste la mujer que más ame en la vida después de mi madre.

Sonrió ante su confesión y él me responde con un guiño y una sonrisa.

Llegamos rápidamente a la escuela.


-Gracias, joven Young.


-A ti por la compañía jovencita Taylor.


Entre a la escuela y me topé con Gavin cuando iba subiendo las escaleras.

Nos detuvimos unos segundos para decirnos ¡hola! Y luego continuar con nuestros caminos; saque mi teléfono del bolso y le escribí.

"Tenemos que hablar"

Fui a mi primera clase y no vi a Elizabeth llegar.

Habían pasado media hora cuando Gavin se dignó a responder.

"Sobre que, estoy ocupado, ¿es muy importante?"

Pensé en escribirle "sabes que vete a la mierda" pero opte por ser más educada y no dejar que la situación me hiciera tratar mal a todo el mundo.

"Si lo es, si no lo fuera no te estaría escribiendo"



"Bueno entonces hablaremos en el almuerzo"



"Que parte de la palabra importante no entiendes"



"Sta Sídney todo no gira alrededor suyo, estoy realmente ocupado"



¿Sera que utilizo mi comentario soez sobre Gavin? No, eso solo empeoraría las cosas.

Me está ardiendo la sangre y para que me hierva más acaban de llamarme a la oficina de Madigan.

Tomo mis libros y se me alenta el paso antes de llegar a la puerta, ¿Qué tendrá este viejo para decirme?, para mi sorpresa abro la puerta y encuentro a mi madre, a Gavin y a Walter Madigan mirándome como si hubiera cometido un delito.

-¿Qué haces aquí?

-Vengo a hablar con este señor sobre ti.

-¿De qué hablas?

-Que voy a sacarte de la escuela.- dice mi madre tranquila.

-No puedes hacer eso.

-Claro, que puedo.

-En realidad no puedes, echaras a perder todo mi año escolar.

-Qué más da, conseguiste todo dándole regalitos a tu maestro y no voy a permitir que se aproveche de ti.

-Oiga, señora yo nunca me he aprovechado de su hija...- responde Gavin en su defensa.

-Es cierto, él me ha ayudado y lo sabes.

-Sabes que Sídney, no perderé el tiempo contigo.- tomo su bolso- si no quieres irte de la escuela, no lo hagas pero aténganse todos ustedes a las consecuencias.

-Mamá, ¿Qué vas a hacer?

Ella me miro con odio y se fue.

-¿En qué fue que se metieron ustedes dos?- pregunta con zozobra Madigan.

Gavin niega con la cabeza mientras me mira preocupado.

-Quién sabe qué hará esa señora ahora- dice Gavin.

-Voy a arreglar esto, ¿sí? Sé que es mi culpa, no tienen que ser tan obvios.- ruedo los ojos y me acerco a la puerta para salir.

-Es culpa de ambos, esta así por mí también.

Lo mire y me fui de clases para ir a casa a hablar con mi madre.

-¿Qué es lo que quieres?

-Que te alejes de ese señor.

-Tú le abriste las puertas de esta casa y yo soy la culpable.

-Sabes a qué me refiero, no pienso perder más mi tiempo hablando contigo, eres un problema- dice mientras se sienta en el sofá- créeme que en cuanto te gradúes te enviare a vivir con tu padre.

-¿Crees que eso me disgusta? Nada me haría más feliz que vivir lejos de ti.

Subí a mi habitación y pase el resto del día allí, tratando de organizar todo el desastre que había hecho ayer e intentando restaurar las pocas piezas que quedaban en mi vida.


Llego la noche, mi madre me llamo para cenar, pero lo que menos pide mi cuerpo ahora es comida, ( si Sídney tu cuerpo pide sexo salvaje con Gavin) "me dice la conciencia"

No, no, no voy a dejar que mi madre arruine mi vida, no me importa si Gavin ya no quiere verme por lo que está pasando, él sabe que lo amo, yo sé que él me ama; Es algo que se siente, cuando estoy con el todo es diferente, no puedo dejar que el miedo me venza.


No puedo dormir, no hago más que dar vueltas en la cama y mirar imágenes de Gavin y yo en el teléfono. ¡Dios mío! ¿Cuándo me enamore de este hombre? Si algo le pasa voy a morirme.


Al día siguiente no fui a la escuela por dos razones. 1: me levante tarde por el insomnio que viví anoche. 2: Mi loca madre me ha encerrado en la casa, no se abre la puerta, ni las ventanas, ni tampoco hay nadie en casa. Aún tengo mi teléfono y eso es lo único que puede salvarme.

Tengo batería baja y no encuentro el maldito cargador. Llamo a Jonathan y le pido que venga por mí.

Me dice que en una hora porque está fuera de la ciudad, ¡qué tal mi suerte!

Espero unos minutos y recibo un mensaje de mi madre.

"Espero que este castigo te enseñe a comportarte"

"¿Porque me encerraste?"

"Para que aprendas a respetar a tu madre"


Esta loca, está loca, juro que cuando envejezca la enviare a un ancianato.

Yo que he hecho para merecer esta clase de persona que se hace llamar madre!

Jonathan me llama.

-Hola preciosa, ya voy llegando a tu casa, por cierto tengo que contarte algo.

-Ok, Jonathan conduce con cuidado que tengo una suerte pésima hoy, me cuentas al llegar.

-Vale.

Colgué.

Que estará tramando esta señora.


Jonathan llego a mi casa y trató de sacarme abriendo las puertas con unas pinzas.

-¡Jonathan! - me tire a sus brazos y lo abrace, jamás sentí tanta alegría de verlo.

-¿Porque estas encerrada?

-A mi madre le hace falta un tornillo, espera aquí un momento.

Subí a mi habitación y saque mis maletas listas de debajo de la cama.

-¿A dónde vas?

-Lejos de aquí.

Cerré, subimos las maletas al auto y Jonathan condujo hasta su casa.

-¿Tus padres?

-Mi madre en el supermercado, mi padre trabajando, está fuera de la ciudad, si quieres puedes quedarte.

-No quiero molestar.

-No seas tonta, a mi madre le alegrara tenerte aquí.

-Está bien, gracias Jonathan.

-No te preocupes.

-¿Que ibas a decirme?

-Ah sí, Sid...vi que la policía estaba en la casa de Gavin.

-¿¡Eh!?

-Sí, se lo llevaron en una patrulla.

-Mi madre...

Me puse de pie y camino de un lado a otro.

-¿Que voy a hacer?

-No vayas, espera aquí.

-¿Qué puedo hacer desde aquí?

-Hacer que las cosas no empeoren, ¿qué delito cometió?

-Ninguno John, simplemente se enamoró de la persona equivocada.

Esperé todo el día en casa de Jonathan y quise intentar hablar con Gavin, pero fue inútil. Hasta que un mensaje de Elizabeth resolvió todas mis dudas.

"Sídney, tu madre quiere acusar a Mr. Gavin de abuso menores, sólo que no tiene pruebas suficientes pero aun así puso una denuncia y quiere que lo lleven a un juzgado."

-¿Que mierda es esto?- tire mi teléfono.

-No puede ser Sid, enserio tu madre está loca, pero lo solucionarlas porque nadie más que tu sabe que no fue abuso y nada prueba que el haya estado contigo.- aclara Jonathan.

-Jonathan, no sé, mi madre no tenía necesidad de esto.

Estaba intranquila y recibí una llamada de Gavin.

-Hola Sídney soy Gavin.

-Por Dios, dime ¿qué fue lo que paso? ¿Estás bien?

-Tengo a un oficial de la policía que me persigue a todos lados porque tu madre cree que abuse de ti y además debo hablar a escondidas a no ser que escuchen mis llamadas.

-Lo siento Gavin, lo siento mucho, todo esto es mi culpa...

-En que puede ser tu culpa, fui yo el que tomó la decisión de estar contigo, ¿ahora entiendes por qué fue tan difícil aceptar estar juntos?

-Sí, sí, Gavin voy a arreglar esto solo confía en mí.

-Está bien.

Se corta la llamada y me preocupo aún más.

-¿Todo bien?

-No, ahora nada puede estar bien.

Tocan la puerta fuertemente y escucho unos gritos en el piso de abajo.

-¿Dónde está Sídney?

¿Acaso es la voz de mi madre? Me detengo en las escaleras y me rehusó a que sepa que estoy aquí.

-¿Cómo te encontró?- pregunta Jonathan anonadado.

-No tengo idea, es como si supiera todo sobre mí, es como si me viera a través de su bola de cristal.- le susurré.

-Sídney sé que estas aquí.

-Sra. Mackenzie ¿qué es lo que pasa con usted?- dice la madre de Jonathan impresionada.

-Es mi hija, por favor dígame que está aquí.

-¿Qué pasa?- bajo las escaleras.

-Pasa que eres una malcriada y no te di permiso de salir de la casa.

- Tú me encerraste, ni siquiera pude ir a la escuela.

-Eso es... Porque estas castigada.- trato de disimular delante de ellos.

-No inventes, no saldré de aquí y no volveré a casa nunca más.

-Ah no, tu no decides, tú te vas conmigo ahora, perdón ¿podrían dejarme un momento con mi hija?

Jonathan y su madre se fueron.

-Si tu no me obedeces se le va ir más hondo a tu maestro..

-Con que tú has sido la que se ha empeñado en que se arruine su vida.- dije con voz temblorosa a punto de llorar.

-Ja! Mi querida hija, su vida se arruino desde que te conoció a ti.

-No es mi culpa que estés loca.

Me fulmino con la mirada y se acercó a mí halando mi cabello para acercar mi oído a su boca.

-Escucha mocosa, ninguna hija mía va a desobedecerme, vas a respetarme de ahora en adelante, no me importa si cumples 50 años seré tu madre hasta que mueras te guste o no, así que te subes al auto y dejas el drama por ese tal Gavin, si lo quieres tanto entonces no hagas todo más difícil.

Mi madre me hablaba con furia y brusquedad, logro que derramara unas lágrimas y termine haciendo lo que quería. Me despedí de Jonathan y su madre y me devolví a mi casa.

Mi madre me ayudo a entrar mis maletas a la habitación y cuando tuvo oportunidad me encerró de nuevo en la habitación, esta vez no pelee, al menos esa puerta me separaba de ella.

NARRA GAVIN.

-Enserio, Gavin que es lo que pasa por tu cabeza, porque esa señora loca quiere verte en la cárcel.- dice Walter sin poder creerlo.

-Cree que abuse de su hija, pero eso no es verdad.

-Eso lo sé tonto, sé que no lo hiciste, pero me dijiste que te habías enamorado de una alumna, ¿recuerdas lo que te dije cuando me lo mencionaste?

-Que era mala idea.

-Exacto estúpido, eso te dije que era una mala idea, ¿pero me hiciste caso? Ah no, por eso estas aquí encerrado en tu casa bajo vigilancia.

-Ah! Por favor Walter ya tengo suficiente.- dejo caer mi cuerpo sobre el sofá.

-Solo dime que hiciste, ¿paso algo entre Sídney y tú que no debió pasar?

Asentí. No podía mentirle a Walter Madigan él era mi mejor amigo y además esposo de mi hermana.

-Sí, paso.

-Tú y ella- hace un gesto obsceno queriéndome decir lo que significaba.

-Ay Gavin, pero que débil eres, con razón su madre te quiere meter al calabozo, Sídney es una niñita de escasos 18 años y además una rebelde, ¿Qué fue lo que te hizo esa muchachita que te enloqueció?

-Solamente la conocí, la conocí como nadie la ha conocido.

-Y vaya que la conociste, el problema aquí es que su madre piensa que fue algo que su hija no quería y si quiso ¿verdad?

-Y tú qué crees- rode los ojos y tome una copa de vino.

-Te advertí sobre ella, pero qué más da ya metiste las patas hasta el fondo, no te das cuenta de que podrían descubrir tu pasado y créeme amigo, por eso e darían 50 años de cárcel solo por sospecha.

-Ya cállate, Walter, deberías subirme el ánimo en vez de hacerme caer en cuenta de que fui un tonto.

-Pues lo siento ¿Qué quieres que te haga porras para subirte el ánimo? Más bien lárgate a dormir que mañana debes ir a la escuela, hare lo posible porque no pierdas tu trabajo por culpa de esa mocosa.

-¡Oye!, ¡oye!, aunque este en problemas no es su culpa y aunque se me vaya hondo no me arrepiento de nada porque la amo en verdad.- lo señalo.

-Ay! Pero que romántico, en serio me enamore- pestañea rápidamente y se burla- vete a dormir antes de que me dé un coma diabético.

NARRA SÍDNEY

No importa que pase de ahora en adelante, no dejare que mi madre gane la batalla, no dejare que gane lo único real que he tenido en mi vida, lo único que puede detenerme es que Gavin deje de quererme y quiera hacer su vida lejos de mí, pero de lo contrario voy a pelear...


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