TEACHER

CAPITULO 21. Y ya que te habia Olvidado

Fuimos a casa de mi madre para guardar mis cosas antes de emprender el camino a Liverpool. El camino a casa fue silencioso y bastante tenso, no veía hace mucho a mi madre y no esperaba que fuera diferente después de tanto tiempo.

—Hola Sidney— me saluda mi madre sin mostrar ningún afecto.

—Madre.

—¡Sidney!— se lanza sobre mi Elizabeth.

—Eli ¿que haces aquí? Pensé que estabas con tus padres.

—Supe que venias hoy así que quise  despedirme de ti, mañana en la noche viajo a Estados Unidos.

No puede ser que ahora si vaya a estar sin el apoyo de Eli, ahora si me encuentro completamente sola.

—Ay! Eli— se encharcan mis ojos.

—No vayas a llorar por favor, Sidney sabes que nos veremos en navidad, en verano y hablaremos cada noche. —me abraza consolandome.

—Es que estamos juntas desde siempre, eres como una hermana para mi y no veía venir que nos separaramos.

—Lo se, hemos vivido mucho tiempo juntas, pero...— limpia sus ojos— no hay que llorar, hay que disfrutar este día para recordarlo el resto de la vida.

—Esta bien, quiero presentarte a alguien.— llamo a Alan.

—Alan ella es Elizabeth, mi mejor amiga en el mundo; Elizabeth el es Alan el hombre perfecto.

Ambos se dan la mano y Alan deposita un beso en la mejilla de Eli.

—Bien, entonces ¿salimos?

—Vamos.— insiste Eli.

Alan conduce mi auto ya que mi madre se había tomado la delicadeza de ir por el y sacarlo del garaje de Gavin. Fuimos a un bar al que Jonathan solía ir mucho y nos encontramos con él a petición de Eli. Genial ahora quedamos como si estuviéramos emparejados.

Mas o menos pude contarle a Eli por lo que estaba pasando ya que su meloso novio no la soltaba. Estuvimos casi una hora alegres y libres de preocupaciones, Alan me invito a bailar y al terminar la canción y enfocar mi visión hacia las barras del bar estaba ese hombre justo en frente de mi como si lo hubiera invocado con mi mente.

Él volteo a verme fijamente penetrando desde lejos sus profundos ojos azules en los mios, mientras dejaba a Walter Madigan con la palabra en la boca.

—¿Pasa algo?— pregunta Alan distraído.

—Ven a bailar conmigo una vez más.— no quito la mirada de Gavin y bebo del pico de la botella de cerveza que había en nuestra mesa.

Vuelvo a la pista con Alan y trato de distraerme mirando a quien esta aquí y ahora conmigo. Alan me toma por la cintura y las luces fluorescentes combinadas en la oscuridad le dan un ambiente tentador al lugar. Mis poros se abrieron ante el calor impresionante que se sentía en medio de la multitud, y la musica retumbaba en mi pecho. Alan se sentía bien conmigo y me transmitía una confianza que sin pensarlo más rodee su cuello con mis brazos y le di en bandeja de plata una oportunidad más para besarme.

Esta vez si siento culpa y debe ser porque en estos momentos me observan nuevamente ese par de ojos tristes que solían mirarme llenos de alegría.

Corro hacia el baño dejando a Alan solo sin ninguna explicación, lavo mi cara y me siento estúpida por haberlo hecho, cuento hasta diez y salgo del baño descarriada. Me estrello con alguien al salir con rapidez y observo el rostro de esa persona.

—Per...don— tartamudee al ver a Gavin.

—No, todos cometemos errores. — me responde.

Ignoró lo que pasa y salgo rápido del bar.