CAPÍTULO 18. El Peor Error Que Cometí

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—Eli! Elizabeth! Eliza!, Kaynilatuy, nos llegó correo— gritaba mientras subía por las escaleras con las manos llenas de correspondencia.

—¿Qué pasa? Estoy tomando un baño. — responde Elizabeth desde su cuarto de baño.

—Ok, te meteré las cartas por debajo de la puerta y luego me cuentas.

—Está bien Sid.

Metí las cartas y me encerré en la habitación.

Abrí mis cartas, unas de las universidades a las que había aplicado en la preparatoria, pero no fui admitida para arte, el cupo estaba en su límite, por el contrario podía estudiar economía y biología, pero ni loca iba meterme en algo que no fuera arte, y menos sabiendo que gracias a mi amor estaba en la universidad de artes de Londres.

Eli abrió la puerta de mi habitación con prisa, su expresión era de preocupación, desesperación y a la vez alegría.

— ¿Que te sucede?— le preguntó mientras la veo pasearse de lado a lado con una carta en las manos.

— ¿Cómo te fue?

—Genial, no me aceptaron en ninguna universidad, así que tomare definitivamente la universidad de artes de Londres ¿y tú?

Eli exhala una bocanada de aire y me entrega la carta. Observo su membrete y sé que se trata de Harvard y de estados unidos.

— ¿Vas a irte?— pregunto con desaire.

—Es Harvard Sid, es la oportunidad de mi vida. —dice con melancolía.

—Si lo sé, pero nunca me dijiste nada.

—Es que nunca imagine que pudieran aceptarme.

—Como no tonta, eres la persona más inteligente que conozco.

—Gracias Sid. —sonríe a medias.

—Parece que tomamos caminos diferentes después de tener una vida planeada desde que estábamos pequeñas.

—La vida da vueltas Sidney y no sé qué hacer, es muy difícil que tenga que separarme de ti.

—Yo sí sé que debes hacer, ve a Harvard, estudia y prepárate y conoce mucho, estoy muy orgullosa de ti, te extrañare mucho pero sé que pronto nos veremos de nuevo.— le respondo y la abrazo.

Eli limpia algunas de sus lágrimas.

—Nos podemos ver todos los veranos, sin falta. — extiende su meñique.

—Sin falta amiga— engancho mi meñique en el suyo.

—No sé cómo decirle esto a Jonathan, esto que estoy viviendo con él es tan bonito que no quiero que termine.

—Ay Eli, él va a entender, si es tan dulce como tú dices, va entender, Jonathan te  quiere, se le nota. — digo con resistencia.

—Eso espero, pienso viajar en agosto.

Sonrío.

—Al menos aún tenemos tiempo para festejar que acabamos este hermoso ciclo de nuestras vidas.

—Escuche decir eso de ti, Gavin te cambió.

—No del todo, bromeo, ¡por fin se acabó esta mierda!— exclame.

—Esa si eres tú.

—Lo único bueno que saque de la escuela fue a Gavin y de mi vida también.

—Te quiero Sid.

—Yo a ti Eli.

Nos abrazamos nuevamente.

Abro la puerta de mi habitación y nos dirigimos al living.

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