Pasear por los pasillos del Archer mientras intento no vomitar ante las muestras de amor de Noah y Blake es un triunfo. Hace más de una semana que discutí con Evan, si es que a eso se le puede llamar discutir, porque para eso hace falta poder contestar y yo no pude.
He borrado y escrito cerca de cien veces un mensaje que pudiera mandarle para intentar que la "relación" vuelva a la normalidad, pero no sé que decir porque no sé que es lo que se supone que hice. De todos modos, creo que no valdría de mucho porque lleva los mismos días pasando todas las mañanas por mi casa para irse a correr con Noah y Mason y si me dice hola es de milagro.
Nunca lo reconoceré, pero echo de menos el estúpido mote de rubita, porque oírle pronunciar mi nombre enfadado es mucho peor que cuando me hace rabiar.
—¿Te apuntas? —Centro mi atención en Noah. Veo su brazo sobre los hombros de Blake y como me mira con sus cejas rubias arqueadas —. Bien, me gusta cuando mi hermana favorita me escucha.
—Soy tú única hermana.
—No me lo recuerdes...entonces, ¿te apuntas o no?
Miro al final del pasillo, a la última fila de taquillas y el estómago se me retuerce. Es fácil saber quién viene por allí cuando las masas se abren como si fuera Moisés separando las aguas.
Respiro hondo dejando mi cara totalmente sin expresión. Sé de sobra lo que viene ahora, unos saludos maravillosos para todos menos para mí. Cosa que evidentemente ocurre.
—Ey gran Brown —resoplo de manera inconsciente ante ese estúpido apodo. Como si él necesitara que le dijeran a diario lo maravilloso que es —, acuérdate de lo de este fin de semana.
—La fiesta en el lago. —Mierda, yo intentando pasar desapercibida y el clavando sus preciosos ojos azules sobre mí —. Allí estaré Noah. Nos vemos Lennon.
Parpadeo muy despacio y finjo una sonrisa encantadora. Bueno, al menos se acuerda de mi nombre cosa que podría haber considerado improbable después de toda la semana pasando de mí de una manera demasiado obvia.
Observo con calma como sigue su camino con la mochila a un hombro y esa manera de andar tan seguro de si mismo que asusta, y entonces lo veo claro. Si él no quiere hablarme por intentar invitarle a un estúpido café, no va a tener más remedio que aguantarme en las fiestas a las que vaya mi hermano, que por cierto son todas.
—Iré. —Sentencio elevando una ceja y asintiendo lentamente con la cabeza. Ya es hora de que empiece a vivir, total el año que viene no vamos a estar juntos.
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Orión
Teen FictionOrión emerge como el cazador mitológico, un ser entrenado desde su infancia para la caza, la supervivencia y la implacable búsqueda de la excelencia. Es un alma atormentada, por las sombras que lo persiguen. La soledad es su compañera más fiel, y la...