Capítulo 4

682 81 22
                                    

Bill y Dafnne durmieron juntos en la misma cama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bill y Dafnne durmieron juntos en la misma cama. Claro que el chico respetó el espacio de su amiga y no se le acercó.

Al día siguiente, Martha pasó por el departamento de los chicos y pasó llevándose a su hija, quien únicamente se despidió de Gustav, de Georg y de Bill. A Tom ni siquiera volteó a verlo.

❨˖°.✧

Días después, Dafnne estaba sentada en su cama, revisando su celular cuando en eso le llegó un mensaje de quien menos pensaba, Tom.

❨˖°.✧

Dafnne bajó para avisarle a Bill que Tom vendría por ellos. Éste indeciso aceptó.

— ¡Ay, hija! — exclamó Martha, exaltada. — ¡Me olvidé de ir donde doña Rosa! — se puso de pie rápidamente y se acercó a la puerta.

Ambos adolescentes miraron a la mayor confundidos.

— ¿A qué vas, ma?

— Mija, el chisme diario. — fue lo último que dijo antes de salir de la casa.

Dafnne y Bill se miraron. El chico la miró con confusión y ésta se encogió de hombros.

— Puedes ver la televisión mientras me cambio. — dijo ella, Bill asintió y se sentó nuevamente en el sofá.

Dafnne subió las escaleras y entró a su cuarto.

A Bill le entró la sed. Se puso de pie e iba a ir a la cocina, pero no le gustaba tomar las cosas en casas ajenas (a pesar de que Martha siempre le decía que estaba en su casa).

Bill subió las escaleras para preguntarle a Dafnne si podía tomar un poco de agua. Se acercó a la puerta y vio que estaba entreabierta.

Empujó la puerta lentamente y se asomó en el cuarto. Dafnne estaba de pie frente al espejo, ella se quitó su blusa quedando en brassier.

La chica empezó a bajar su short, deslizándolo por sus piernas hacia abajo, Bill recorría el cuerpo de la menor con la mirada, sintiéndose cada vez más nervioso.

Ella quedó en ropa interior. En eso, sin querer Bill empujó la puerta un poco, lo que provocó un chirrido. Dafnne volteó a la puerta, pero no vio nada. El chico ya se había apartado.

— ¿Bill? — cuestionó. El chico tragó grueso detrás de la puerta, sin decir nada, para que la chica no se diera cuenta de su presencia.

❨˖°.✧

Dafnne ya estaba lista. Se roció con un poco de perfume y luego bajó al primer piso. Al llegar a la sala, no vio a Bill.

— ¿Bill? — susurró. En ese momento su celular sonó al recibir una notificación. Era de Bill.

Dafnne bufó, guardó su celular en el bolso y en ese momento escuchó el claxon del auto de Tom. Salió de la casa y la cerró con llave, pues sabía que su madre tardaría en venir.

Se acercó al auto y se quedó de pie frente a la puerta, viendo a Tom, esperando a ver si éste se dignaba a abrirle la puerta.

— ¿Qué tanto me ves? Súbete.

Dafnne puso los ojos en blanco, abrió la puerta del auto y se subió. Se puso el cinturón de seguridad y miró al frente.

— ¿Y Bill?

— Se fue, pero nos alcanzará en el restaurante. — la chica se cruzó de brazos.

Tom asintió. Arrancó y siguieron unos largos minutos de silencio.

— Y... ¿cómo estás? — el de rastas rompió el silencio.

— Bien. — respondió lo más directo sin siquiera verlo. Tom asintió y siguieron el camino sin más platica.

❨˖°.✧

Al llegar al restaurante, se dirigieron a la mesa reservada. Ambos se sentaron y esperaron a Bill, quien no tardó en llegar.

— Hola, perdón por venir hasta ahora.

— Todo bien, ¿qué vas a ordenar? — preguntó el gemelo, extendiendo el menú a su hermano, quien lo cogió.

❨˖°.✧

Luego de que los tres decidieron lo que iban a ordenar, el mesero llegó. Se llevó los menús y los tres quedaron en silencio.

— Eh... Discúlpenme un momento, iré al baño. — Tom se puso de pie, sacó su celular e iba marcando al momento de caminar.

Tom se fue, dejando a los dos mejores amigos solos. Se formó un silencio incómodo, el cual a los segundos Bill rompió.

— Está lindo el lugar, ¿no?

— Bill, necesito hablar contigo.

El pelinegro se acomodó en la silla y miró a su mejor amiga, quien estaba un poco seria.

— ¿Pasa algo?

Dafnne carraspeó. — Ahora que no está Tom, quería que me aclares algo.

— ¿El qué? — Bill soltó confundido.

Dafnne se acercó un poco más a él y sin dejar de verlo, procedió a hablar.

— ¿Por qué te quedaste mirándome mientras me cambiaba de ropa? — preguntó la castaña sin interrumpir el contacto visual.

Bill guardó silencio, esperaba que Dafnne le dijera todo menos eso.

— ¿De qué hablas? — tartamudeó, siendo lo único que pudo decir.

— No te hagas. Te vi por el espejo, estabas viéndome.

— Dafnne, no sé de qué hablas.

— Claro que sabes de qué hablo. ¿Por qué te quedaste mirándome?

Bill suspiró, sonrió y se acercó más al rostro de su amiga.

— Por la misma razón que tú al saber que te estaba mirando y te seguiste quitando la ropa. — respondió con una sonrisa.

 — respondió con una sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝘀𝘁𝗲𝗮𝗹 𝗮 𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗳𝗿𝗼𝗺 𝘆𝗼𝘂 ٭ bill kaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora