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Pasaron unos días. Dafnne se sentía mejor, pero no por completo. Ese día se encontraba en el departamento de los chicos (por poco y ya vive ahí), ella estaba sentada en la cama de Bill. Pensaba en muchas cosas, demasiadas.
Conectó todo y había llegado a una conclusión: embarazo.
Sus mareos, sus dolores de cabeza, las náuseas y había algo más que aún no le había contado a Bill. Pero ¿cómo le diría que su período se había retrasado?
Aunque unos días no confirmaban nada, todo lo demás sí y no sabía qué más podría ser además de eso.
Dafnne estaba sentada en la cama de Bill, miraba fijamente el mueble enfrente de ella sin decir nada, pues se encontraba sola.
La puerta del cuarto se abrió, pero la fémina no le tomó importancia, es más, ni siquiera se dio cuenta pues estaba tan distraía en sus pensamientos.
— ¿Daf? — Tom entró al cuarto y cerró la puerta detrás de él. Al no obtener respuesta, se acercó a Dafnne y se sentó a su lado. — Daf, ¿estás bien?
Ella negó lentamente.
— ¿Qué tienes?
— No sé. — ella levantó la mirada y vio que era Tom, pero eso no impidió que siguiera hablando. — No sé qué tengo.
— ¿Quieres contarme qué pasa...?
— ¿Por qué te contaría a ti qué me pasa? — dijo con la voz baja.
— Porque somos amigos. — ella volvió a mirarlo a los ojos. — A pesar de todo lo que pasó... siempre fuimos amigos. Confía en mí. — su mano se apoyó en el hombro de la chica y lo acarició.
— Te puedo contar, pero prométeme que no le dirás a nadie, mucho menos a Bill.
— Te lo prometo. — dijo él con una sonrisa.
— Creo que estoy embarazada. — susurró inaudible aunque Tom pudo entenderle claro y abrió los ojos en sorpresa. — No estoy segura, pero creo que sí.
— Pero ¿estás segura?
— ¿No me estás escuchando que te estoy diciendo que no sé?
Tom sacudió su cabeza, reaccionando del shock. — Sí, pe-perdón... ¿Ya se lo dijiste a Bill?
Dafnne negó. — No, tampoco pienso decirle hasta no estar completamente segura.
Tom asintió levemente y luego de unos segundos, habló: — ¿Quieres ir a la farmacia por unas pruebas?
— ¿Tú conmigo?
— Sí, bueno, sí quieres.
— ¿Y Bill?
— Se fue con los chicos al supermercado. No te dijo nada porque pensó que de pronto si te decía, querrías ir y sabe que te sientes mal.
