Creación perfecta

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      El serafín favorito de Dios volaba por todo el cielo, su sonrisa alegraba a todos los que lo veían.

- Buenos días Luzbel. - Lo saludo a la distancia, uno de los angeles los cuales estaban caminando por aquellas calles doradas.

Luzbel solamente le sonrió mientras lo saludaba con su mano, iba volando a toda velocidad puesto que se le había hecho tarde para una reunión importante.

Entro rápidamente a la sala y para su fortuna, Dios aún no llegaba, pero eso no lo salvó de no ser regañado por su hermano mayor.

- Qué te dije, Luzbel? Tienes que ser más responsable. - Dijo el arcangel de cabellos dorados, el cual era hermano gemelo de Luzbel y también uno de los favoritos de Dios.

El pequeño serafín solamente agachó su mirada, su hermano tenía razón, debía poner ejemplo pero no podía decirle que se había desvelado la noche anterior intentando aportar en la creación.

Fue a sentarse a su lugar y vió como Sera lo miraba mal, era de las pocas serafines que eran también parte de las reuniones importantes.

Pudo notar como hacía falta su silla, los demás angeles solían hacerle ese tipo de bromas pesadas.

Él solamente les sonreía y no decía nada.

De pronto toda la sala quedó en silencio había entrado a esta el Todopoderoso.

- Hijos míos... Me alegra que estén aquí... Lamento un poco el retraso... Pueden tomar asiento. - Dijo con voz tranquila aquel ser omnisciente, haciendo que todos los presentes se sentarán, a excepción de Luzbel.

No le quedó más remedio que hincarse pero eso solamente ocasionó que su visión fuera obstaculizada, ocasionando las risas de los demás y el sonrojó del pequeño serafín.

Dios levantó su mano y todos rápidamente guardaron silencio mientras daban comienzo a aquella reunión.

El rubio tenía unas enormes ganas de llorar, siempre eran así con él, podía sentir la mirada de su hermano, sabía que sí volteaba a verlo lo regañaría.

Comenzaron a hablar de las creaciones que harían, ya habían pasado 5 días donde todos los habían participado en la creación.

Todos menos Luzbel, el cuál sus ideas habían sido totalmente ignoradas.

Sabía que tal vez en esa reunión su idea podría ser tomada en cuenta, ahí estaba su padre y sabía que él lo amaba.

- Y sí hacemos que la mejor creación sea algo llamado hombre? Un ser igual a nosotros, con sentimientos, pensamientos y qué... - Dijo uno de los arcangeles, dando su idea.

- Yo también tengo una idea. - Dijo Luzbel interrumpiendo sin querer a quien estaba hablando.

El pequeño serafín, quien estaba intentando levantar su mano energéticamente para poder ser visto y obtener su oportunidad para dar su idea. Aquella de la cual había trabajado mucho.

- Luzbel!!! Espera tu turno!!! - Se escuchó la voz irritada de Miguel, lo había estado mirando en silencio, sin decir nada, aguantando sus formas de llamar la atención pero que interrumpiera algo tan importante había sido su límite.

El serafín escucho la voz de su hermano quién estaba regañándolo delante de todos, sintió como sus ojos comenzaban a cristalizarse y bajó su mirada, mordiendo su propio labio inferior, intentando no llorar.

Toda la reunión permaneció en silencio, sintiendo las miradas de todos los presentes.

En cuánto la reunión se terminó, salió inmediatamente y abrió sus alas, yéndose hacía su habitación para esconderse de todos.

Sus ojos estaban cristalizados, no quería que nadie lo viera de esa manera, él debía ser alguien alegre.

En cuanto entro a su habitación se tiró en aquella cama, ocultando su rostro y comenzó a llorar. No entendía porque todos eran tan injustos con él.

Sin darse cuenta se había quedado dormido.

Al día siguiente sintió que alguien acariciaba sus cabellos, abrió sus ojos y miro a su hermano quien estaba a su lado.

- Buenos días hermanito. - Dijo el arcangel quien parecía estar de mejor humor después de lo del día anterior.

El pequeño serafín no le respondió, solamente ocultó su rostro en las almohadas, no quería ver a su hermano después de como lo había regañado el día anterior.

- No vas a responderme, Luzbel? Bueno... Pensé que te gustaría ir a ver la creación de ayer... Fue un éxito... Lo llamaron Adán. Es algo perfecto. - Dijo el arcangel mientras intentaba hacer que su hermano volteara a verlo.

Aquello de cierta manera, atrapó la curiosidad del pequeño rubio. Si su hermano lo halagaba tal era porque así era.

- Bueno, solo quería decirte eso y darte los buenos días... Tengo cosas que hacer... Te veré luego hermanito. - Dijo el arcangel mientras revoloteaba los cabellos dorados del arcángel de ojos azules y creaba un portal individual para salir de su habitación.

El rubio levantó su rostro y de sus ropas saco un patito de hule, esa era su creación, aunque en su imaginación debía ser un ser vivo, era algo que sabía que todos amarían si se dieran el tiempo de conocerlo.

Las palabras de su hermano aún estaban en su cabeza, la creación perfecta ya estaba terminada y podía verla.

Se levantó de su cama, guardó aquel patito y abrió un portal individual con dirección al Edén, debía ver con sus propios ojos aquella creación.

Debería de ser tan increíble como su hermano decía.

Fruto prohibido (AdamApple/AppleAdam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora