Fruto prohibido (AdamApple/AppleAdam)

Una familia

      El castaño no podía creer lo que el rubio le estaba diciendo, aunque si hacia cuentas desde la ultima vez que habían estado juntos y la edad de la princesa, entonces ella era su primogénita.

Ahora Adam se sentía mal por como la había tratado cuando la conoció. Su odio a la rubia que lo había abandonado le había cegado.

— No puedes venir a decirme esa clase de mierda como si no fuera nada importante...... — Dijo el castaño molesto mientras apartaba al pequeño monarca y le daba un zape.

— Auch... Por que hiciste eso idiota? — Dijo el rubio mientras se quejaba sobándose la frente donde lo había golpeado.

— Eso es por decirme de esa manera que la princesa arcoíris es mi hija... — Dijo molesto el castaño. — Y no he terminado contigo enano... No voy a perdonarte el hecho de que no me dijeras que estabas esperando a mi hija. —

— Claro que intente decírtelo, cuando te pedí huir conmigo... Pero tu no quisiste... — Dijo el rubio mientras hacía un pequeño puchero.

Aquello sorprendió al castaño, aun recordaba esa vez cuando eran mejores amigos y que Lucifer cuando era un Serafín le pedia escapar con él y huir de sus obligaciones.

— Pero no me dijiste nada de tu embarazo... Joder!!! Esto es demasiado... — Dijo aquel ángel mientras ponía su mano en su frente claramente frustrado.

El castaño no sabia como lidiar con todas aquellas emociones... Se sentía frustrado y a la vez aliviado de que la princesa fuera su hija y no de Lilith.

— Lo siento... Ok? Lo siento por no saber expresarme y por tampoco decírtelo... Por desaparecer después de tener sexo contigo... Me habían castigado... Pero sabes que? No me arrepiento de tener a Charlie... Ella fue mi luz en esta oscuridad... — Dijo aquel pequeño monarca con lágrimas en los ojos, era la primera vez que estaba siendo totalmente sincero.

Aquella revelación sorprendió al castaño, no iba a mentir que si se había preguntado que había pasado con Lucifer cuando estuvo ausente... De cierta manera comenzaba a entenderlo pero eso no justificaba el hecho de que le había ocultado algo tan importante.

— Bien... Charlie es mi hija... En verdad le pusiste ese nombre de marimacha a nuestra hija? — Pregunto el castaño mientras miraba al rubio.

— Su nombre es Charlotte... Y no es nombre de marimacha, idiota. — Dijo el rubio, claramente molesto mientras intentaba limpiar sus lágrimas. Odiaba que criticaran a su hija.

— Bien... Ya... Ya me quedo claro... No puedo opinar porque no estuve presente durante su crecimiento... Y sabes que? Eso me molesta... Odie tanto a esa niña... Pensando que era fruto de la traición de quien se suponía que era mi mejor amigo y con quien tuve la mejor conexión al coger... — Dijo el castaño avergonzandose inmediatamente por sus palabras.

Lucifer se sorprendió de escucharlo y sintió como sus mejillas se teñían de carmín y desvió su mirada.

— Como sea... Tal vez... Sea parte del destino... O yo que se... Pero quiero ser ese padre para nuestra hija... Y tal vez... Considere... Mierda... Esto es difícil... Tener una relación contigo... Seamos una familia... — Dijo el castaño mientras desviaba su mirada al decir esas palabras.

Lucifer se sonrojo cada vez mas... Ni siquiera se había dado cuenta que el castaño se había acercado a él y lo obligaba a sentarse en su regazo y lo besaba.

El pequeño monarca no supo cómo reaccionar, solamente cerró sus ojos y al poco tiempo comenzó a corresponderle.

Sus lenguas comenzaron a entrelazarse, mientras las manos del castaño comenzaban a acariciar el pequeño cuerpo del monarca.

Lucifer soltó un jadeo durante aquel beso y de un movimiento estaba sobre él cuerpo del castaño siendo totalmente dominante, lo cual sorprendió al castaño.

Lucifer tocó el miembro del castaño sobre aquella túnica y comenzó a acariciarlo.

El castaño soltó un gruñido, tenía mucho tiempo que otra mano no intentaba complacerlo, solía darse placer solo.

— Vaya... Dónde quedó aquel pequeño serafín inocente? — Dijo el castaño con una sonrisa.

Lucifer sonrió mientras lamía sus labios y le mostraba su gran lengua.

— Ahora es el rey del infierno... — Dijo aquel monarca con una sonrisa traviesa.

Ambos siguieron besando sus labios, era más que obvio que deseaban estar juntos.

— Mmmmmgr... Si sigues así... Voy a querer cogerte... — Murmuró el castaño entre jadeos, no iba a negar que el rubio era bueno con sus manos.

— Y quién dice que tal vez no te la meta yo? La última vez me dejaste embarazado... Crees que dejaré que vuelvas a hacerlo? — Dijo aquel monarca mientras seguía acariciando aquel mientras y comenzaba a bajar su mano, introduciendola debajo de su túnica y yendo hasta su entrada.

El castaño abrió sus ojos como platos al sentir los dedos del rubio tocar su entrada, para nada esperaba ese giro.

— Es-espera... Nunca he sido penetrado por un hombre... Ni siquiera sé si me guste... — Decía entre jadeos aquel castaño mientras sentía como Lucifer comenzaba a estimular su interior.

— Al menos déjame hacerte correr solamente con esto... Después veremos quién se la pone a quien... — Dijo el rubio mientras seguía moviendo sus dedos, simulando pequeñas embestidas.

— Es-espera... Ni siquiera... Ni siquiera me respondiste... Quieres tener una relación conmigo? — Decía el castaño mientras se aferraba al pequeño cuerpo del mayor.

— No me diste tiempo de responder... Pero es más que claro que sí. — Dijo Lucifer mientras seguía estimulando al castaño.