Tú creaste los patos?

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      Sintió como el castaño tomaba sus mejillas, vió sus ojos marrones mientras sentía como sus mejillas se teñian de carmín.

Luzbel... Me gustas. — Dijo el castaño mientras se acercaba a él para besar sus labios.
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Luzbel abrió sus ojos, dándose cuenta que estaba en su habitación, aquello había sido tan real.

El pequeño serafín tocó sus labios mientras recordaba aquel sueño que había tenido. Sentía como su corazón latía rápidamente.

Mi-mierda... — Dijo aquella mala palabra y rápidamente tapó su boca y mirando hacía todos lados para ver si alguien lo había escuchado.

Aún no le levantaban el castigo por haber ido a ver a Adam sin permiso, llevaba varios días encerrado en su habitación.

Buenos días Luzbel. — Se escuchó la voz del arcángel quién había creado un portal individual para entrar a la habitación de su hermano menor.

Buenos días. — Respondió el pequeño serafín mientras tallaba sus ojos aún somnoliento.

Te dormiste de nuevo muy tarde? — Preguntó preocupado el arcángel mientras se sentaba en la cama del menor y revoloteaba sus cabellos.

El pequeño serafín últimamente solía costarle mucho el quedarse dormido.

Talló de nuevo sus ojos y estiró sus brazos y alas teniendo cuidado de no golpear accidentalmente a su hermano.

Bueno... Te tengo una noticia... Hablé con nuestro padre y dijo que podíamos levantarte el castigo... Al parecer tu creación fue muy buena y Adam está encantado con ella... — Dijo el arcángel mientras le sonreía a su hermano.

De verdad? Le gustó mi creación a papá? — Preguntó el rubio mientras lo miraba fijamente a los ojos.

Si... Ahora levántate que el desayuno está listo. — Dijo el arcángel mientras revoloteaba sus cabellos dorados.

Miguel se levantó de la cama y abrió un portal para salir de la habitación de su hermano.

El pequeño serafin sentía una curiosidad de ver con sus propios ojos a Adam interactuando con su creación.

Dudoso abrió un portal individual hacia el Edén, voló por aquellos cielos, buscando a aquel hombre.

A lo lejos vió un estanque, dónde había varios patitos. Sus ojos se abrieron como platos y emocionado decidió acercarse para ver.

Vió como en el agua se creaba una onda de agua y momentos después algo surgió.

Vió como Adam surgía del agua y le salpicaba el rostro de agua y caía de sentón sin saber que decir ni hacer.

Tú qué eres? — Dijo curioso el castaño mientras miraba al rubio y sus ropas extrañas.

El pequeño serafin no sabía ni cómo reaccionar... Vió como se acercaba a él y tocaba sus ropas.

Tienes nombre? Te pareces mucho a mí, pero más pequeño. — Dijo el castaño mientras lo ayudaba al rubio a levantarse.

El serafín hizo un pequeño puchero, no le gustaba que mencionaran su estatura, siempre se burlaban de él por ser más bajo que los demás.

Luzbel... Me llamó Luzbel... — Dijo el serafín mientras miraba al castaño y acomodaba su sombrero.

Luzbel? Pues yo soy Adam... Te crearon para hacerme compañía, así como Lilith y Eva? — Dijo el castaño mientras lo miraba con una sonrisa.

Lilith y Eva? — Preguntó curioso el rubio, había estado tanto tiempo encerrado que no sabía lo que había pasado en todo ese tiempo.

Sí... Ellas son mis compañeras para procrear. Tú también vas a ayudarnos para poblar la tierra? — Preguntó el castaño haciendo sonrojar al rubio.

Pro...Procrear? — El serafín no conocía la definición de ese término pero estaba seguro que no le gustaba lo que significaba.

No... Yo no vine a eso... Yo... Vengo del cielo... Soy un serafín... — Dijo el rubio intentando explicarle al castaño y abriendo sus alas para que entendiera.

El castaño abrió sus ojos y se acercó para tocar sus plumas.

Son hermosas... Le recuerdan a las de Pato... — Dijo el castaño mientras seguía acariciando curioso.

Pato? Bueno... Eso... Fue mi invención... Yo lo hice. — Admitió el serafín un tanto avergonzado.

De verdad? Tú creaste los patos? Son increíbles... — Dijo el castaño emocionado mientras tomaba sus manos.

Aquella acción hizo que el pequeño serafín de cabellos dorados se sonrojara y apartará sus manos.

Bueno... Yo... Tengo que irme... Se supone que no debería estar aquí... — Dijo el serafín mientras desviaba su mirada ignorando los latidos de su corazón.

Vendrás después a verme? — Preguntó el castaño mientras lo miraba un tanto desilusionado.

El pequeño serafin sintió de nuevo como su corazón dejaba de latir al mirar las expresiones del primer hombre.

De acuerdo... Es una promesa... Vendré a verte... — Dijo el serafín mientras le sonreía y alzaba sus alas para irse de nuevo al cielo.

Se despidió con su mano y abrió un portal individual hacía su habitación y rápidamente desapareció del Edén.

Se recostó en su cama mientras intentaba controlar los latidos acelerados de su corazón, esperaba que nadie se hubiera dado cuenta de que había estado tan cerca de Adam.

Mi corazón late muy rápido... Siento que se me va a salir del pecho. — Dijo el serafín mientras se recostaba en su cama y tapaba su rostro completamente avergonzado.

Fruto prohibido (AdamApple/AppleAdam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora