Comienzan los exterminios

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      Habían pasado varios meses desde que su esposa se había ido con su hija, para ese entonces el cielo había convocado a Lucifer a una reunión para hablar sobre un tema muy importante.

Aquel soberano soltó un suspiro mientras miraba aquella embajada, era la única manera en qué tenía contacto con el cielo, ocasionalmente charlaba con su gemelo pero la mayoría de las veces terminaban discutiendo.

Maldita sea... Ahora qué quieren? — Dijo aquel monarca entre dientes mientras tocaba el timbre de aquel mostrador.

Vió como inmediatamente una puerta se abría, haciendole entrar por ese lugar y encontrarse con aquel castaño.

Hola perra... Te has olvidado de mi? — Dijo aquel castaño mientras devoraba una costilla de un plato.

Lucifer no podía creerlo... Cómo era posible que aquel primer hombre que conocía ahora era un ángel.

A-Adam? — Murmuró el rubio sin dar crédito a lo que veía... Si era cierto lo que miraba significaba que estaba muerto.

Si te acordaste... Vaya... Y yo qué creí que solamente te acordaste de como me quitaste a MI mujer... — Dijo aquel castaño mientras se quitaba su casco y lo miraba a los ojos.

Aquel ángel era prácticamente similar a su forma humana, con diferencia del cambio en el color de sus ojos, la cuál ahora era dorada.

Vamos... Acaso te comió la lengua la serpiente? — Dijo aquel castaño, claramente se notaba que estaba molesto.

Yo... No sé que decir... No esperaba verte... — Admitió aquel rubio mientras desviaba su mirada... Cómo iba a ver a aquel hombre que tanto había amado y que era el padre de su hija? Obviamente él no lo sabía pero tampoco se lo contaría.

Da igual... No vengo como amigo... Vengo a cumplir mi parte del trato contigo... Lilith fue a verme... Y me dió la solución para mantener este lugar de mierda bajo control. — Dijo aquel castaño mientras continuaba comiendo aquellas costillas.

Aquellas palabras llamaron la atención de Lucifer, quién levantó su mirada hacia el castaño... Si él sabía dónde estaba Lilith, de seguro sabría dónde se encontraba su hija.

Dónde está Lilith? Dónde está ella? — Dijo aquel rubio mientras intentaba tomar al castaño del cuello pero sus manos atravesaron algo que parecía ser un holograma, dejándolo completamente desconcertado.

Aquel castaño soltó una carcajada mientras miraba a Lucifer intentando entender lo que había pasado.

Me crees tan idiota como para venir a bajar a este cochino lugar? Como sea... Solamente tengo que avisarte que cada año vendré a hacer un exterminio... Mataré a cada demonio que haya en ese inmundo lugar... — Dijo aquel castaño mientras se colocaba su casco y le mostraba un documento donde Lilith aceptaba los exterminios como reina.

Lucifer no podía creerlo, realmente Lilith había llegado a eso?

Espera... Quiero poner una condición con este trato... — Dijo aquel monarca mientras miraba aquel que antes había sido su mejor amigo.

Sabía que sería imposible romperlo pero al menos podía intentar modificarlo un poco.

No pueden hacerle daño a los que han nacido en mi reino... — Continuo hablando aquel rubio mientras miraba la respuesta del castaño.

Bien... No tocaremos a los que nacieron en este lugar... Se que quieres proteger a tu hija con Lilith... Me importa una mierda... Mientras podamos matar a esos pecadores... — Dijo aquel castaño claramente molesto.

Lucifer desvío la mirada...

Pero ellos son tus hijos... Son parte de tu descendencia... Los matarás aún sabiendo eso? — Preguntó aquel monarca mientras miraba de reojo a aquel castaño.

Ninguno es mi hijo... Mientras esté viviendo en este asqueroso lugar... No son parte de mi descendencia... — Dijo aquel castaño mientras se levantaba de su lugar.

Aquellas palabras de cierta manera le dolían a aquel pequeño monarca, su propia hija era la primogénita del primer hombre y él ni siquiera lo sabía y estaba rechazandola solamente por vivir en el infierno.

Bien... Solamente cumple mi condición y puedes matar a quien quieras... — Dijo aquel monarca mientras se levantaba de su lugar y salía de la habitación intentando luchar con las lágrimas en sus ojos.

Bye... Bye... Perra... — Se alcanzo a escuchar la voz burlona del primer hombre.

Pensaba que al menos lograría poder hablar con aquel castaño, pero no había quedado nada de aquel hombre que había conocido.

Entró a su mansión y pudo ver cómo aquella torre comenzaba a hacer una cuenta regresiva. 365 días...

Soltó un suspiro mientras intentaba comprender que era lo que estaba haciendo Lilith... Y lo que más le importaba, dónde mantenía oculta a su hija.

Maldita sea... No puedo pensar bien... _ Dijo aquel monarca mientras chasqueaba sus dedos haciendo aparecer una copa de vino, dándole un pequeño sorbo.

Fruto prohibido (AdamApple/AppleAdam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora