Exiliados

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      El pequeño serafín estaba atado en cadenas, vió como sus hermanos comenzaban a juzgarlo con la mirada y comenzaban a hablar entre ellos.

💬: Se suponía que era el favorito de papá.

💬: Cómo pudo terminar así?

💬: Dicen que fornico con Adam y ahora está en cinta.

💬: Es una deshonra para ser uno de nosotros.

El rubio escuchaba cada una de sus palabras, no podía creer que sus propios hermanos dijeran esas cosas de él.

- Traigan a la culpable. - Se escuchó la voz de Sera quién se encontraba a lo alto del tribunal.

El rubio abrió sus ojos como platos al ver a la rubia encadenada.

- Li-Lilith... - Dijo el rubio intentando moverse pero sus alas estaban clavadas a unas lanzas en el suelo.

Sentía mucho dolor pero no le importaba, no podía dejar que su amiga fuera castigada por algo que él había hecho.

- Lilith... Por el pecado de inducir a uno de los nuestros para darle el fruto prohibido... Y por probar del mismo... La corte te condena al exilió. - Dijo Sera con voz audible.

La mirada de la rubia y el serafín se cruzaron, el pequeño serafín intentó moverse un éxito.

- Esperen!!! Ella no es culpable!!! Déjenla... - Dijo el serafín mientras intentaba liberarse de aquellas ataduras.

Sentía como sus alas comenzaban a desgarrarse lentamente, el dolor era realmente insoportable.

- Por qué son tan injustos? Se supone que ella es creación perfecta... No tiene ningún pecado... - Decía el rubio entre sollozos.

- Ningún pecado? Dices que ella no tiene ningún pecado... Tiene que atenerse a las consecuencias. - Dijo la serafín mientras se acercaba al rubio lo suficientemente cerca para verlo a los ojos.

- Y dónde quedó la justicia? Ni siquiera tuvo un juicio. - Replicaba el rubio intentando hacer entrar en razón a sus hermanos.

- No hables de justicia... Si fuéramos justos, el primero que debería conocer las consecuencias de sus acciones eres tú Luzbel... Eres un alborotador, loco, fornicaste con Adam, llevas su fruto en tu vientre... Y para rematar... Acabas de darle el fruto prohibido a Eva... Quieres que continúe? - Dijo la serafín mientras lo miraba furiosa.

El pequeño serafin escuchaba sus palabras, sabía que de cierta manera ella tenía razón pero no debían ser tan duros con ellos.

La rabia comenzó a llenar su pequeño cuerpo, crujió sus dientes mientras sentía como su cuerpo comenzaba a cambiar.

- Puedes decir lo que quieras... Pero no estoy de acuerdo con que traten a Lilith de esta manera. - Dijo el rubio realmente molesto.

La serafín seguía con su mirada fija en él, el murmullo de todos los seres angelicales comenzó a escucharse.

- Tú no tienes voz ni voto aquí Luzbel... Tu castigo será mayor por haberte rebelado. Lástima que no podemos eliminarte... Ese fruto de tu vientre no tiene pecado... - Dijo la serafín mientras chasqueaba sus dedos y un portal aparecía debajo de la rubia para llevársela al exilió.

El rubio abrió sus ojos como platos mientras veía como la rubia iba descendiendo.

- Lilith... - Grito el rubio mientras comenzaba a intentar liberarse, no iba a permitir tal injusticia contra la rubia.

Los movimientos de serafín lograron ser efectivos, puesto que logró romper aquellas lanzas e intentó volar rápidamente para intentar ayudarla.

El rubio tomó su mano e intentó volar pero sus alas estaban realmente lastimadas, ocasionando que cayera junto con ella al inframundo.

- Luzbel!!! - Se logró escuchar la voz del arcángel Miguel, quien intentaba ir tras su pequeño hermano pero fue retenido por varios ángeles. No podían permitirse perder a otro ser angelical por culpa de una simple humana.

El rubio vió como ambos caían por aquel lugar oscuro, no lo pensó dos veces y abrazó a la rubia, cubriéndola con sus alas y cerrando sus ojos mientras esperaba el impacto.

Una luz atravesó por aquel lugar oscuro, iluminándolo por unos instantes... Ambos cayeron ocasionando un cráter en el suelo.

Para fortuna de la rubia el serafin había recibido todo el impacto, quedando ella con solo unos rasguños.

- Luzbel... Luzbel... - Se escuchó la voz de la rubia quien tomaba las mejillas del rubio y miraba al pequeño serafín sin conocimiento.

Lilith lo abrazo con todas sus fuerzas, mirando con miedo aquella oscuridad que los rodeaba. Solamente podía verse la misma luz del serafín, lo cuál les impedía estar en total oscuridad.

Al poco tiempo el pequeño serafín abrió sus ojos y miro a la rubia, la cual estaba bañada en llanto, su aspecto había cambiado, ahora tenía cuernos.

La rubia lo miró reaccionar y lo abrazó, sintió como su cuerpo le dolía pero no importaba al menos ella estaba bien.

- Por qué lloras? Te lastimaste? - Dijo el rubio mientras la miraba a los ojos y extendía su mano para acariciar su mejilla.

- No... Estoy bien... Luzbel... Tu... - Dijo la rubia aún con lágrimas en los ojos mientras señalaba los cuernos del rubio.

El pequeño serafin intentó levantarse e inspeccionó su propio cuerpo. Notando como había cambiado.

Por inercia puso su mano en su vientre recordando su embarazo. Esperaba que no le hubiera pasado nada a su bebé por aquella caída.

Miro a la rubia que se encontraba aún arrodillada y le extendió su mano para ayudarle a levantarse.

Fruto prohibido (AdamApple/AppleAdam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora